A lo largo de mi carrera profesional he conocido a muchas personas, entre ellas profesionales de la salud, que creen que la asexualidad es un trastorno mental porque consideran que “lo normal” en las personas es sentir atracción sexual hacia los demás, independientemente de la orientación sexual. Es decir, hay un porcentaje amplio de personas que piensan que ser asexual es estar enfermo. Por poner un ejemplo, una vez tuve una profesora (UNA PROFESORA), que me dijo que una persona asexual no iría nunca a un sexólogo porque no tiene sexualidad. Respecto a esto, dos cosas importantes:

  1. Los seres humanos no es que tengamos sexualidad, es que SOMOS sexualidad. Esto es así porque desde que nacemos hasta que morimos somos seres sexuados. La sexualidad no es como una prenda de ropa, que te la pones o te la quitas cuando te apetece. Nadie tiene sexualidad porque nadie puede levantarse un día y decir “uy, hoy no me pongo la sexualidad”, si no que es algo inherente a la especie, lo queramos o no.

  2. La asexualidad es una orientación sexual (como la heterosexualidad, la homosexualidad o la bisexualidad) en la que simplemente no hay objeto de deseo. Es decir, la persona asexual no siente atracción sexual por otras personas pero sí puede sentir atracción romántica, estética, platónica o intelectual por alguien, independientemente de su sexo o identidad de género.

¿Cuáles son los motivos por los que alguien puede ser asexual?

Los motivos por los que alguien puede ser asexual son los mismos que pudieran ser en cualquier otra orientación sexual. La asexualidad no se elige ni se aprende ni es consecuencia de algo especial. Nada tiene que ver con violaciones o abusos sexuales en la infancia, maltrato, educación de los padres y la escuela, o porque no se haya probado “el buen sexo”. Ya sabemos que a veces la gente es un poco bocazas y enseguida piensa que todo lo que no sea ser heterosexual es ser raro; y es que estos mismos motivos que acabo de descartar pertenecen a los típicos comentarios que la gente suele soltar al respecto y que, como es obvio, no sientan nada bien. A veces nos creemos con el derecho a juzgar a los demás y no sabemos el daño que podemos hacer con eso.

¿Puede un asexual sentir deseo sexual sin que la finalidad sea tener relaciones sexuales con alguien?

Pues claro que sí y eso se traduce en masturbación. A todos nos ha pasado alguna vez, ¿no? Nos masturbamos, quedamos satisfechos y no necesitamos a nadie más. Bueno, pues esto es algo que ocurre en las personas asexuales ya que pueden presentar libido o impulso sexual sin la necesidad de interactuar con alguien.

¿Puede un asexual tener pareja o relaciones sexuales?

Ser asexual no implica necesariamente abstinencia o celibato, así que sí, las personas asexuales, si lo desean, pueden tener relaciones sexuales y disfrutarlas. El motivo de disfrute en este caso no es la culminación del deseo hacia la pareja si no que puede estar sujeto a otros factores como las sensaciones físicas o corporales (el cuerpo responde a los estímulos durante el encuentro, así que la excitación o el orgasmo pueden darse igualmente), la unión emocional que experimentan en esos momentos con su pareja o ver cómo la otra persona experimenta placer, entre cualquier otro motivo, porque ya sabemos que cada persona es un mundo y que para gustos los colores.

Hay personas asexuales con pareja que negocian todos los aspectos relacionados con los encuentros eróticos, como las prácticas que se van a realizar o la frecuencia (algo que deberíamos hacer todos y todas, seamos asexuales o no). Por otra parte, hay quién prefiere abrir la relación de forma unilateral y que su pareja no asexual tenga relaciones sexuales con otras personas; y también cabe la posibilidad de que decidan no tener pareja si la otra persona no es asexual, o directamente no tener pareja. Hay muchas posibilidades.

Podemos encontrarnos con personas asexuales que incluso se casan y tienen hijos. También hay parejas en las que uno de los dos es asexual y no son conscientes hasta pasado un tiempo porque por desconocimiento, se suele relacionar la falta de deseo sexual con algún diagnóstico clínico como el deseo sexual hipoactivo, algún trastorno endocrino e incluso, como decía más arriba, con algún tipo de trauma del pasado. Sí, hay diagnósticos que cuentan con estas causas, pero el problema es que las personas asexuales no se sienten cómodas bajo ninguna de estas etiquetas porque no consideran tener un problema clínico, dado que su condición no les genera malestar; el malestar generalmente proviene de no saber qué les ocurre porque “no se sienten como los demás” o porque sienten que están manteniendo relaciones sexuales sin apetencia, como algo que tienen que hacer “por cumplir” con las funciones del rol de pareja.

3 tipos de asexualidad:

Asexualidad:

Podríamos decir que es la asexualidad en estado puro.

Gris-asexualidad:

La persona experimenta atracción sexual alguna vez, pero de bajo impulso sexual, sin llegar a querer llevarlo a la práctica o en muy pocas ocasiones.

Demisexualidad:

Podría definirse como una asexualidad temporal. La persona es asexual hasta que conoce a alguien con quien puede crear una fuerte conexión emocional. Llegado este momento se “activa” el deseo sexual exclusivamente hacia esta persona con quien tiene esa conexión emocional.

Creo que soy asexual, ¿qué hago?

Aquí tienes algunos consejos prácticos:

  • Sinceridad contigo y con los demás. Si algún día te sientes atraído/a por alguien de manera romántica o emocional, en el proceso de conoceros cuéntale cuál es tu percepción de las relaciones de pareja y qué opinas respecto al contacto sexual. Si esa persona considera que va a ser feliz a tu lado teniendo en cuenta esto, no tienes por qué tener problema. Con esto volvemos a recordar que, lo fundamental en una relación es la comunicación. Cualquier pareja, funcione como funcione y tenga la etiqueta que quiera ponerse (poliamorosa, monógama, asexual, swinger, etc), ha de trabajar la comunicación porque a través de ésta es como se construye la confianza y el respeto.

  • No accedas a mantener contacto sexual por presión social o de tu pareja. Si no quieres, no quieres. Grábatelo a fuego. De nada sirve acostarte con alguien si luego no te vas a sentir bien. Hay cosas que no hace falta probarlas para saber que no te gustan. En las relaciones sexuales de pareja en las que uno de los miembros es asexual es muy necesario trabajar el consentimiento y el consenso.

  • Acéptate tal y como eres. Es comprensible que, viviendo en una sociedad tan hipersexualizada, puedas sentir que no estás integrado/a, pero no eres una ameba, cualquier persona en el mundo puede ser asexual. De hecho se estima que el 1% de la población lo es, así que no estás solo/a.

  • No busques en internet cosas sobre la asexualidad. Yo misma lo he hecho para ver qué había sobre el tema y casi me echo a llorar por toda falsa información que hay al respecto.

  • Si aún entendiendo todo esto sigues angustiado/a o te sientes identificado/a pero tienes dudas sobre lo qué te puede estar ocurriendo, acude a un Psicólogo especializado en Sexología para que te ayude a encontrar la causa de tu malestar y buscar tu estabilidad emocional.