Hemos comprado un columpio sexual y ha sido la hostia

 

Hugo y yo llevamos más de 5 años juntos y tuvimos a nuestro hijo hace dos años. Como muchos padres, nuestra vida sexual cayó en picado desde que estrenamos la paternidad/maternidad y aunque ha ido mejorando estos últimos meses, no había llegado al nivel que teníamos antes de ser padres. 

El otro día mirando “stories” en Instagram, una chica estaba haciendo una colaboración con una tienda online de productos eróticos y ofreciendo un código descuento para la misma.

Entré a cotillear y de todo lo que vi, lo que más me llamó la atención fue un columpio sexual; lo abrí pensando que no sería apto para nosotros, ya que la gran mayoría de las sillas por ejemplo aguantan hasta 100kg, y yo peso un poco más de 100kg, así que pensé que aún con más razón, un columpio que se cuelga aguantaría menos peso. 

columpio sexual

Para mi sorpresa, el columpio era apto hasta 130kg, así que aguantaba bien mi cuerpo serrano.

 

Dudé en si cogerlo ya que pensaba que sería incómodo y me clavaría todas las tiras e incluso romperíamos la puerta, pero finalmente me animé y lo compré. 

Lo instalamos en una habitación que tenemos casi de trastero sin uso y el otro día que nuestro hijo se durmió pronto, decidimos dar rienda suelta a nuestra pasión y probar el invento. 

Me recordó a un columpio normal pero con más sujeciones y posiciones disponibles. 

Calentamos previamente la situación en el sofá, nos besamos, acariciamos e hicimos manitas, después nos fuimos a la habitación y me acomodé en el asiento cogiéndome también de las asas que tenía en la parte superior.

columpio sexual

Lo ajustamos en altura y se acercó para besarme e ir bajando poco a poco por mi cuello, pechos y el torso hasta llegar a mi sexo; Abrió mis pliegues, y lamió y succionó mi clítoris mientras me penetraba con sus dedos.

Para él era más cómodo que una cama porque tenía más sitio para jugar con sus manos y yo me sentía en las nubes, súper ligera y sujeta, sólo pendiente de recibir placer; empecé a notar un cosquilleo recorriendo mi cuerpo y me dejé llevar en un orgasmo brutal. 

 

Después se levantó, se colocó entre mis piernas y de una embestida estaba dentro de mí; se cogió del columpio para acercarlo y alejarlo mientras me penetraba; el balanceo era muy agradable y las tiras no me dolían nada. 

Subí los pies a las correas inferiores y la penetración en esa posición era más profunda que normalmente, notaba absolutamente cada centímetro dentro de mí, llenándome por completo; Aceleró el ritmo y en unos minutos se corrió dentro de mí como un auténtico animal, tal y como sucedía antiguamente; por unos minutos sentí que volvíamos a ser los mismos que hacía unos años, recuperando el deseo sexual que teníamos un poco olvidado con la monotonía. 

Me encantó el columpio, yo que soy grandota (aunque él también) me sentí fácil de manejar por él, además de sentirme tremendamente sexy; Disfruté muchísimo, tanto que creo que lo dejaremos colgado ya en la habitación y la transformaremos en la habitación del placer. 

Os animo a todos a probarlo, son bastante económicos y tienen muchas posibilidades; si de pequeño os gustaba balancearos en los columpios del parque, la versión para adultos os encantará.

 

Oaipa