Hoy me apetece jugar – Primera Parte

Hoy me apetece jugar – Segunda parte

 

 

Te siento detrás de mí pisándome los talones, pero no me da tiempo ni a encararme hacía la habitación. Me coges por detrás y empiezas a besarme el cuello lentamente mientras me pellizcas los pezones y me diriges hacía el sofá. Me giro y empiezo a besarte con desesperación, aprovechando para quitarte la ropa que todavía te queda puesta. Y te contemplo desnudo mientras me muerdo los labios con deseo. Pienso disfrutar de cada uno de los centímetros que se me muestran erectos e imponentes.

Mientras me relamo fantaseando, me atraes fuertemente hacía a ti y me besas. De golpe me das la vuelta con brusquedad y empiezas a frotar mi clítoris. Estoy tan lubricada que tus dedos circulan sin ninguna dificultad. Todavía no me has penetrado y yo ya estoy a punto de correrme. Jadeo y gimo dejándome llevar por la corriente eléctrica que recorre todo mi cuerpo. Y de repente, te detienes.

  • No tan rápido pequeña. Me gusta saborear el postre.

Me lanzas hacia el sofá bajando mi cadera hasta el borde. Coges mis piernas y te las pones sobre los hombros mientras me miras intensamente. Sabiendo que lo que viene ahora nos va encantar. Y ahora sí. Empiezas a comerme como tú sólo sabes hacerlo. Y yo no paro de gemir. Está siendo la mejor comida de mi vida. Empiezo a arquear mi espalda, se acerca el momento. Y entonces introduces lentamente dos dedos mientras no dejas de comer. Ya está. Este es mi punto de no retorno. Y tú lo sabes, por eso observas con atención cada una de mis reacciones y movimientos. No quieres perderte nada. Empiezo a convulsionar y una gran corriente de placer recorre todo mi cuerpo. Gimo desde lo más profundo y me derrumbo.

  • Me pone muchísimo ver cómo te corres de esta manera tan brutal. Me muero por follarte.

Te sonrío con picardía y me incorporo lentamente.

  • Tus deseos son órdenes.

Te siento en el sofá y me subo encima de ti. Consigo encajar nuestros cuerpos y empiezo a bajar lentamente, mientras miro atentamente tu reacción. Me aprietas fuertemente el culo acompañando mi movimiento y gruñes. Por fin estamos conectados. Empiezo a moverme de manera rítmica subiendo y bajando. Mientras nos miramos a los ojos con intensidad. Jadeando y sudando. Empiezo a subir el ritmo de las embestidas  y dirijo mis manos hacía mi clítoris. Aquí viene el segundo orgasmo de la noche. Y mientras vuelvo a convulsionar me coges fuertemente las nalgas y empujas con fuerza. Entrando todavía más profundamente en mí.

  • Estoy a punto de correrme pequeña.
  • No todavía. Quiero mi postre.

Bajo de encima de ti y me arrodillo frente a tu miembro. Empiezo a lamerlo hasta que finalmente lo introduzco lentamente en mi boca y empiezo a succionar. Acelero el ritmo mientras lo lubrico con intensidad, ejerciendo presión en la entrada y la salida. Hasta que finalmente lo noto convulsionar y explotas dentro de mí. Y con los ojos fijos en los tuyos, acabo de lamer cada uno de los rincones que me han quedado pendientes.

  • Al final tampoco pasa nada por llegar un poco tarde si luego te lo compenso así ¿No crees? – Te pregunto con fingida inocencia.

Y tú sonríes mientras me acaricias el pelo y recorres mis labios con tus dedos:

  • Si es así, lleguemos tarde todos los días mi amor.