Todo comenzó en una calurosa tarde de verano en la oficina. Era la típica empresa donde cada  día era igual de aburrido que el anterior, y el único motivo por el que no me largaba de allí era  mi hipoteca y las facturas que se acumulaban en mi buzón. Pero claro, como en todas partes,  llegó el anuncio de la tan esperada fiesta de la oficina. Todos sabíamos que sería la misma  rutina: algunos se emborracharían más de la cuenta, otros intentarían ligar con los compañeros y los jefes estarían ahí para recordarnos que, aunque estuviéramos en una fiesta,  se podía hablar de trabajo. 

Pero esta vez, algo en el aire parecía diferente. Había un rumor flotando entre los pasillos de la  oficina. Algo grande iba a suceder en esa fiesta. ¿Y qué hicimos? Pues como buitres  hambrientos, nos pusimos a especular y a crear teorías descabelladas. Que si el jefe iba a  anunciar un ascenso sorpresa, que si íbamos a tener un aumento de sueldo, que si iban a traer  un famoso como entretenimiento. Lo que no podíamos imaginar es que la sorpresa vendría de  la mano de la enigmática empleada, Laura. 

Laura era la típica chica que pasaba desapercibida en la oficina. Llevaba trabajando más de 10  años y era una de las veteranas. Siempre en su esquina, con sus gafas y su pelo recogido en un  moño, nadie le prestaba demasiada atención. Pero en la fiesta, Laura se transformó en una  mujer radiante y llena de misterio. Vestía un vestido que dejaba a todos boquiabiertos, y su  confianza era palpable a kilómetros de distancia. 

La música estaba a todo volumen, la bebida fluía como un río y todos nos movíamos al ritmo  de la música. Pero lo que nadie esperaba era que Laura subiría al escenario y tomaría el  micrófono.  

Con una voz que atrapó a todos, comenzó a contar su historia. Habló de que iba a dejar su  trabajo. Que le encantaba formar parte de un proyecto ambicioso como suponía esta gran  empresa, pero que necesitaba perseguir su verdadera pasión: la música. Había formado una  banda y estaban a punto de firmar un contrato discográfico. Por este motivo, dejaba la  empresa. Entonces nos dijo que quería compartir con nosotros uno de los temas que incluiría  en su disco. Aunque su banda no había venido, cantaría ella sobre una base musical que había  traído.  

Sonó la música y empezó a cantar con una voz sublime. En ese momento, la sala estalló en  aplausos y vítores. Cuando acabó su canción los aplausos, gritos y silbidos fueron increíbles.  Ella, visiblemente emocionada, nos agradeció la calidez y bajó del escenario para abrazar a  varias de las que nos acercamos para darle la enhorabuena. 

Yo estaba fascinada por su valentía y determinación. Laura me hizo darme cuenta de que, a  veces, necesitamos arriesgarnos para encontrar la verdadera felicidad. En ese momento,  decidí que era hora de tomar el control de mi vida. No podía seguir atada a un trabajo que  odiaba solo por miedo a lo desconocido. Laura me inspiró a seguir mis sueños, a buscar mi  pasión y a tomar riesgos. 

La noche siguió su curso, pero mi mente estaba en otro lugar. Comencé a hablar con Laura y  me di cuenta de que teníamos mucho en común. Ella había luchado contra sus propios  demonios y había salido victoriosa. Me animó a no tener miedo de cambiar mi vida. 

Los días posteriores a la fiesta fueron un torbellino de emociones. Pasaron meses hasta que  hablé con mi jefe y le expliqué que estaba dejando el trabajo para buscar lo que realmente me  apasionaba. Fue un momento aterrador, pero también liberador.  

Decidí seguir mis intereses en el mundo de la fotografía, algo que siempre me había  apasionado pero que nunca me había atrevido a perseguir. Me formé, trabajé en proyectos  personales y, poco a poco, comencé a construir una carrera en ese campo.

Laura se convirtió en mi amiga y mentora, guiándome a través de los altibajos de mi nueva  vida. A medida que pasaba el tiempo, mi autoestima creció, y me di cuenta de que había  hecho lo correcto al dejar mi antiguo trabajo.  

No todo fue fácil, por supuesto. Hubo momentos difíciles y desafíos en el camino, pero me di  cuenta de que la verdadera felicidad no se encuentra en la comodidad de la rutina. 

Así que aquí estoy, escribiendo mi historia, animándote a tomar riesgos y perseguir tus  pasiones. La fiesta de la oficina que cambió mi vida también tuvo un impacto positivo en otros  compañeros.  

Quién nos iba a decir que la chica más tímida de la oficina se convertiría en una gran  inspiración. 

 

AnnaKonda