Estás emocionada cuando te conceden la beca Erasmus, lo publicas en Instagram para que todo el mundo se entere y piensas que la fecha está muy lejos. Pero sin darte cuanta ha pasado el tiempo y te encuentras bajando de un avión con dos maletas que bien podrían usarse para hacer la mudanza de tu casa, sin saber que pasará contigo durante los próximos 9 meses.

Y descubres que irse de Erasmus no es tan sencillo como salir de fiesta y viajar. Porque hay muchas cosas en las que no habías pensado y todas estas cosas se presentan ante ti de manera inesperada mientras te dices a ti misma: ¿Por qué no había pensado en esto antes?

Pues bien amigas, he venido a solucionaros la vida para que estos dramas no os pillen desprevenidas y no seáis tan melodramáticas como yo lo fui en su momento.

  1. Hacer la maleta. Esta situación ocurre todavía en la tranquilidad de tu hogar, así que se supera bastante bien buscando en Google “Hacer la maleta para el Erasmus”. Porque metas lo que metas en la maleta algo esencial se te olvidará y tendrás que aprender a vivir sin ello.
  2. Rellenar papeles, formularios y encuestas que no entiendes que fin tienen. Pero que además te tienen que firmar responsables de toda la universidad. Esto se vuelve más complicado que conseguir en rebajas no comprarte nada de la nueva colección.
  3. No encontrar casa. Después de haber pasado por todos los Airbnb de la ciudad llega un momento que te da igual vivir en una casa con otras 10 personas mientras puedas por fin deshacer la maleta.
  4. Ir a clase y pensar que el profesor habla en Alto Valyrio. Porque aunque hables un poquito el idioma no te enteras de nada y mucho menos si son las 8 de la mañana. Solo piensas en poder enchufar al profesor con el mando y activar la opción de subtítulos en castellano.
  5. Conseguir Wifi en casa se vuelve la tarea más difícil de tu vida. Porque hoy en día nadie se puede imaginar no poder mirar las redes sociales o pasarte una tarde de domingo viendo Netflix. Así que el Wifi es muy necesario y a veces es un poco complicado conseguir un puto contrato por menos de un año.
  6. Escuchar a alguien por la calle hablando español y emocionarte como cuando ponen en la tele maratón de Harry Potter.  Esa voz te parece angelical y lo mínimo que le dices es que hable un poquito contigo que a este paso vas a volver a casa sin poder mantener una conversación como una persona adulta.
  7. Echar de menos Mercadona, sus precios y sobre todo (en mi caso) su guacamole. Una de las cosas que te encanaría hacer y no puedes es ir a un supermercado y no tener que dejar la mitad de tu beca en llenar el carro.
  8. Y lo peor de todo, llega un momento en el que te pasa algo que jamás creerías que ocurriría. Te hartas de la comida de ese país y si te pasa con la pasta y la pizza creedme que no es nada agradable.