Hacer deporte no te gusta. Te entiendo. A mí tampoco. Y cuesta decirlo en sociedad. Porque siempre hay alguien que te dice: algún deporte te gustará. Y tú piensas: pues no. Y te miran raro. Odias ir al gimnasio, te da pereza nadar, correr te agota y las clases de spinning son un suplicio para ti. De pequeña tus padres intentaron que hicieras deporte escolar. Probaste la gimnasia rítmica, el tenis, el atletismo y el baloncesto. Pero no, no eres buena en ninguno de ellos. No te gusta. Y punto. Me incluyo. Si has probado todos los deportes habidos y por haber y puedes afirmar que no te gusta hacer deporte, que no es lo tuyo, que no se te da bien, sigue leyendo.

Creo que no existe el deporte perfecto que a todo el mundo gusta. Pero estos que he probado últimamente han cambiado en mí esa negatividad hacia el ejercicio físico. Apunta.

  • Jumping fitness: un deporte en el que mueves el body de lo lindo y que se acompaña con música. ¿El secreto? Encontrar un grupo de tu nivel en el que te sientas como pez en el agua. La primera clase puede parecerte frustrante, pero te prometo que en pocas semanas lo pillarás.
  • Chi Kung: si llevas mucho tiempo sin practicar deporte y te asfixias enseguida puedes probar con el Chi Kung. Más que un deporte es una práctica para trabajar la energía y empezar a soltar todo lo que tenemos agarrotado. Se asemeja al Tai Chi.
  • Nordic Walking: la marcha nórdica es un ejercicio de andar con bastones en el que ejercitamos muchos músculos. Aunque la técnica tenga sus peculiaridades, se adapta a las condiciones físicas de cada una fácilmente. En algunas comunidades hay grupos de práctica. Así, además de hacer ejercicio conocerás gente y te costará más escaquearte. La presión social hace mucho, amigas. La lista de beneficios es innumerable, pero te recomendamos que lo pruebes por ti misma.

Si ninguna de estas actividades te convence, prueba a ver con estas otras del artículo que escribió nuestra compañera.

Nekane Solano