‘O tu novio o yo’, así me lo soltó, sin anestesia, sin haberme invitado a un café ni haberme llevado al cine.

Cierto es que la actitud de mi amiga se veía venir desde hace tiempo. Pero nunca me imaginé que acabaría haciéndome elegir así, de una manera tan brusca.

Os cuento con más detalle:

Conocí a mi amiga hace más de 8 años, en aquel momento, las dos habíamos salido de relaciones tóxicas y conocernos fue como un milagro. Teníamos muchas cosas en común y nos divertíamos mucho juntas. Además de salir con mi amiga, yo salía con más gente. Intenté juntar ambos mundos varias veces, pero el resto de amistades no estaban muy cómodas con mi amiga (Lo sé, flag número 1)

El caso esque al principio de nuestra amistad a mi me costaba trabajo repartir mi tiempo social entre mis amistades, porque esta amiga cuestión quería y demandaba la totalidad de mi tiempo (Ya… flag número 2). En varias ocasiones tuve que poner límites, hablar con ella, razonar y hacerle ver la normalidad de la situación y creedme si os digo que no fue nada fácil.

En varias ocasiones ella me acusó de utilizarla, porque había díás que no quería quedar con ella y otros sí.

Continuamente me amenzaba o me reprochaba que tuviera más amistades e hiciera planes sin ella. Este era un tema que me jodía, pero también veía que ella, por aquella época no estaba del todo bien y decidí aguantar el chaparrón.

Ella fue desarrollando una dependencia emocional un tanto macabra. Me llamaba más de 3 veces al día para contarme cosas absurdas como lo que había merendado y empezó a ser incapaz de hacer nada sola. No quería ni ir al supermercado sola, tenía que acompañarla yo o su madre.

Yo le presté mi apoyo siempre que pude, pero claro, también miré por mi propio bienestar y fui poniendo distancia. Por que, el desgaste emocional que nos hacen sufrir personas así, es brutal, atómico y completamente arrasador.

¿Y entonces qué pasó? Que encontré al amor de mi vida.

Más de 4 años entrados en la amistad con mi amiga, conocí a mi chico y empezamos a quedar. Yo estaba muy emocionada, llevaba varios años soltera, no tenía planes de empezar nada y quería disfrutar de mi vida independiente, pero me enamoré como una idiota.

El caso, esque ahora, en vez de tener que repartir mi tiempo sólo entre mis amigos, ahora tenía que repartirlo también entre amigos y pareja.

Yo solía ver a mi amiga unas 3 veces a la semana y cuando empecé a salir con mi novio, la veía 1 vez a la semana. Bueno, pues ella removió cielo e infierno para hacerme creer que estaba desarrollando una dependencia emocional respecto a mi novio y que nuestra relación no era sana.

Y lo más curioso esque casi le veía más a ella de lo que veía a mi novio. Por que sobretodo al principio de la relación, mi amiga se acoplaba a muchos de los planes que hacía con mi novio.

Pasó más de 5 meses criticando a mi novio y haciendome «intervenciones» porque pasaba mucho tiempo con mi novio. Cuando lo que realmente lo que le jodía esque no estuviera a su plena disposición como siempre.

Un día me tocó tanto las narices que le dije claramente «Creo que tus intenciones no son buenas cuando me hablas así de mi pareja y no voy a dejar de pasar tiempo con él, te guste o no. Así que te pido que por favor respetes mi relación»

¿Sabéis lo que me dijo? «No nos puedes tener a los dos, así que elige»

Yo empecé a buscar a mi alrededor la cámara oculta, pero no, aquello era de verdad señoras. Le dije que no podía creerme en la posición en la que me había puesto y que obviamente, si ella necesitaba que renunciara a mi felicidad sentimental por seguir siendo su amiga, que aquello no era ni amistad ni pollas.

Era su única amiga y su toxicidad era tan jodida que estaba incluso arremetiendo contra mí, su única amistad. En aquel momento supe ver que aquello no era mi problema y aunque ella me llamó en varias ocasiones al de pocos días de aquello, yo ya no podía ayudarla más.

Pasamos meses sin hablar. Por sus redes sociales me enteré de que había estado haciendo terapia, porque era la típica que compartía en instagram cuando cagaba y hasta tus bucles en pleno SPM. Yo continué con mi vida, me mudé con mi novio y seguía saliendo con el resto de mis amigas.

13 meses después de aquella bronca  me llamó por teléfono para disculparse.

Me contó que al quedarse sola y sin amigas se había replanteado muchas cosas, que había estado haciendo terapia y me pidió disculpas por su comportamiento. Me dijo que entendía porque me había alejado de ella, sabía que en aquel momento ella era una persona muy tóxica y que no le sorprende que acabara quedándose sola.

Entre otras tantas cosas ella me explicó parte de su proceso de sanación y cómo veía las cosas ahora y me alegré mucho por ella. Pude ver que después de un tropezón, ella había vuelto a recuperar su luz y que probablemente algo dentro de su interior fue lo que fue aislándola para que pudiera darse cuenta de que tenía que trabajar en ella misma.

Resulta que no siempre todas las personas están en su mejor momento y es por eso por lo que alejarse es necesario para las personas que resultamos estar en el entorno.

Pero de la misma manera que normalizamos buscar nuestro propio bienestar, debemos normalizar que, de la misma manera que nosotros sanamos, los demás también son capaces de sanar. Yo elegí volver a ver a mi amiga de vez en cuando, porque dar la mano a una persona que necesitaba pasar por su proceso personal de sanación es igual de digno e independiente que alejarse de ella.

Anónimo

Envía tus movidas a [email protected]