No valoraba a mis padres hasta que conocí a mi suegra. Pensaba que mi madre estaba obligada a hacerme la comida y lavarme la ropa, por el hecho de ser mi madre. Pues no. Lo hace porque me quiere, me cuida y porque, reconozcámoslo, me tiene un poco consentida.

Os cuento mi historia: comencé a salir con mi novio a los 18 años. A los pocos meses de salir juntos ya me metió en su familia, conocí a su madre y flipé. Es la persona con más cara que he conocido en mi vida.

Para empezar, él me contaba que, desde que empezó a trabajar, le pagaba a su madre por vivir en casa. Mi novio dejó los estudios muy joven y con 17 años ya estaba trabajando, pues desde ese momento comenzó a darle a su madre parte del sueldo. Yo le decía que es normal que los hijos aporten un dinero en casa para gastos, sobre todo, como era el caso, si su madre estaba sola porque su padre había fallecido, y solo contaba con una pensión de viudedad. Pues mi novio me recalcaba que lo que hacía él era pagar por vivir en su casa, una especie de alquiler por su habitación. Cuando conocí a su madre me di cuenta de que todo lo que me había contado era cierto y que no exageraba lo más mínimo.

 

La madre no hacía nada por él, no le limpiaba la habitación, ni le lavaba la ropa, ni le cocinaba, era él quien ponía sus propias lavadoras y se hacía la comida y la cena. Más que madre e hijo, parecían compañeros de piso. Que diréis, oye pues eso está muy bien para que el chico empiece a comprender de que va la vida adulta, pero es que yo he visto situaciones que me chirriaban muchísimo viniendo de una madre. Llegar mi chico de trabajar sobre las 9 de la noche y la madre estar haciendo la cena solo para ella. Que tu hijo viene de trabajar, no te cuesta nada hacer dos filetes en vez de uno, sabiendo que él llega siempre a esa hora a casa.

O estar mi chico agobiado por un gasto imprevisto, proponerle a su madre no darle dinero ese mes para solventar el problema, y ella amenazarle con echarlo de casa si no le pagaba. Una vez se le averió el coche y tuve que dejarle yo el dinero para la reparación porque su madre no aceptaba que ese mes no le pagara.

Pensaréis, bueno, igual es que la madre no llega a fin de mes y necesita ese dinero que le da su hijo. Pues no lo creo… tiene una pensión normalita pero cada dos por tres se está comprando ropa, una tele nueva, un sillón de masajes, o se va de viaje con las amigas. Todo eso con el dinero extra que le da su hijo.

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Y no sólo le echa morro con su hijo, es una persona con bastante cara en general. Yo la he visto pedirle el móvil una vecina para hacer una llamada y así no gastar saldo del suyo, cuando aún lo móviles se recargaban con saldo; nos hemos ido de vacaciones con ella, porque esa es otra, se acopla a todos nuestros planes, y no poner un duro para nada, ni para la comida, ni para el alquiler del apartamento, cero euros. Y con todo el morro decirnos que era nuestra invitada y por eso no tenía que poner. Además de cosas como llegar a las 12 de la mañana a la playa y es la típica que se planta en primera línea de playa en un mini hueco e incomoda al resto de bañistas. Yo me moría de vergüenza.

Como veis, le tengo un gran aprecio a mi suegra… lo bueno es que, cómo os decía al principio, me ha servido para valorar a mis padres y darme cuenta de que una madre, por el simple hecho de ser madre, no está obligada a hacer nada por sus hijos. Que una madre actúa movida por el amor que siente hacia sus hijos.

 

Anónimo

 

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