Nací con un defecto del tubo neural y esta es mi postura sobre el aborto 

Hace casi 32 años, nací con Espina Bífida e Hidrocefalia, un defecto del tubo neural, ese problema por el que te dicen que tomes ácido fólico si quieres ser mamá. 

La verdad es que escribo este texto sin haber llegado nunca a hablar con mi madre sobre si se planteó abortar.

Me detectaron el problema casi a punto de nacer (10 días antes, imaginaos el panorama) porque las ecografías no dejaban ver el bosque del marronazo que se nos venía encima. Pero la cuestión es que, de haberme detectado antes la patología, ¿Qué hubiera hecho mi madre? ¿Hubiera abortado? ¿Hubiera llegado a existir para poder escribir esto? 

aborto

Nunca ha surgido esa conversación, pero en parte es como si lo tuviese claro como el agua sin tener que hablarlo: sí, podría haber tomado esa decisión. Podría, con todo el derecho del mundo y más, haber decidido que aquello era demasiado para ella y que no valía la pena que yo naciese. Porque os puedo asegurar que las palabras de los médicos fueron de todo menos tranquilizadoras. Al nacer, quienes la atendieron le dieron solo dos posibles futuros para mí: o morirme o quedarme en estado vegetativo. Como se puede apreciar, no dieron pie con bola con sus pronósticos y aquí estoy. 

A raíz de la nueva barbaridad legislativa estadounidense (se empieza a apreciar mi postura, ¿verdad?), he decidido compartir un poco cómo vivo todo esto. Cuando abro este tema de conversación, la gente puede pensar dos cosas: 

“Esta tía seguro que está a favor, no puede querer que nazcan más bebés con su problema…” 

O bien:

“Esta tía seguro que está en contra, no puede querer que aborten a un bebé por tener lo mismo que ella” 

Entonces, ¿Qué pienso yo, persona susceptible de haber sido abortada? Pues que el derecho al aborto debe existir. Toda mujer, ante un embarazo, merece y tiene derecho a encontrar sobre la mesa todas las posibilidades existentes. No negaré que me da una punzada en el corazón cuando oigo que una mujer ha abortado al saber que su bebé tenía Espina Bífida, pero eso no me da derecho a decirle que se ha equivocado. Es su decisión. 

Además, por experiencia, sé el tipo de mensajes que lanzan muchos médicos a las mujeres. A mi madre le lanzaron esos mismos mensajes. No tengo nada en contra de los profesionales sanitarios (le dijeron a mi madre que me moriría, pero ellos mismos me salvaron la vida), pero es común que se coloquen en el lado tremendista de la historia y digan que ese bebé va a tener una vida terrible. ¿Qué va a hacer una embarazada entonces? Pues creer ese discurso palabra por palabra e interrumpir el embarazo. No vas a discutirle a un profesional que, en teoría, sabe mucho más que tú, ¿cierto? No puedo hacer más que empatizar con cualquier mujer en esa situación y entender que no quiera arriesgarse a ver qué ocurre con su bebé. 

¿Y yo? ¿Qué haría yo si me quedara embarazada y mi bebé viniese con alguna patología?

Respuesta simple y a la vez compleja: depende. Depende de la patología, depende del grado de afectación dentro de esa patología, depende de los riesgos para mí, depende… Depende de mil factores que tengo en cuenta gracias a todo lo que he visto en mi vida. Gracias a pertenecer al colectivo al que pertenezco, sé que hay grises entre el blanco y el negro. 

Sí que hay algo que haría una vez el médico me ha comunicado la noticia: buscar asociaciones de esa patología. ¿Es desconfianza hacia los profesionales sanitarios? En absoluto, su opinión debe ser tenida muy en cuenta, su conocimiento no debe ser ignorado. Pero siempre es interesante conocer a quienes viven con esa patología día a día. ¿Es cierto que han tenido tantas necesidades médicas? ¿Cómo les ha afectado eso? ¿Han podido ir al colegio? ¿Han hecho amigos y socializar? ¿Dependen de terceros o puedes desarrollar habilidades para su autonomía? Dentro de lo malo, ¿es tan malo como se aprecia desde la perspectiva médica? 

Sí, voy en silla de ruedas. Sí, durante mis primeros años tuve que operarme tropecientas veces. Pero también he podido sacar mis estudios adelante, excepto el doctorado. He tenido muchos amigos. He tenido varias parejas. Tengo una casa en propiedad. He viajado por casi toda España y unos 6 países diferentes. 

Como yo, somos cientos. Cientos de historias muy diferentes. Historias felices y tristes. Y si tu bebé viene con Espina Bífida, no puedo decirte cómo será la suya.

Puedo decirte que no estás sola si decides seguir. Y puedo decirte que, si decides dejarlo aquí, estás en tu derecho, que nadie venga a decirte lo contrario. 

 

Mia Shekmet