Creo que el tema de poner límites es uno de los que más oímos últimamente. La mayoría de las veces nos suena a misión imposible porque tenemos mucho miedo al conflicto, porque las personas que más nos hieren son de nuestro círculo más cercano…Pero la realidad es que no hay nada más sano que soltar lastres que no te pertenecen. 

Desde muy pequeña me aterraba el conflicto. Lo veía todos los días en mi casa, donde mis padres discutían a todas horas por cualquier cosa. Lo veía con mis amigas, cuando decíamos algo que a la otra le sentaba mal y eso provocaba un malestar impresionante. Eso, sumado a la inseguridad con mi físico que desarrollé súper temprano, hizo que cada vez me diera más miedo decir o hacer algo que pudiera provocar que el otro se enfadara porque me daba la sensación de que iban a abandonarme y me quedaría más sola que la una. Puedes pensar que es una chorrada pero TODO lo que recibimos, sobre todo de pequeños, va creando nuestra red de pensamiento, nuestra personalidad…Por lo que si hoy eres una persona complaciente, que intenta hacer feliz a todo el mundo menos a sí misma, que evitas que la gente se enfade a costa de tener que amoldarte tú…Esto es para ti. 

La única oportunidad que tienes para vivir tu vida es ahora. Ni mañana, ni la semana próxima.

Sé que llevas mucho tiempo oyendo esto pero hasta que no te convenzas de ello no podrás avanzar: Deja de hipotecar tu vida por los demás. Tu única labor es cuidar de ti misma y tu única responsabilidad es actuar en concordancia a lo que eres, a tus valores, desde el respeto, la empatía y procurando hacer un bien en este mundo. Cada persona lleva una mochila cargada de vivencias, de historias, de heridas, de miedos, de creencias, de valores…Y solo uno puede cargar su mochila. Con esta metáfora quizás te es más fácil verlo pero imagínate que estás en una excursión por el monte con toda la gente de tu entorno. Imagínate a ti cargando la mochila de todos ellos, más la tuya. Te sentirías cansada, ¿verdad? Te dolería la espalda, te fatigarías más que el resto…Ellos irían caminando livianos, cansados por la propia ruta pero sin la carga pesada de su mochila. Pues lo mismo pasa en la vida. Hay personas que asumimos la carga de los demás por miedo a que nos abandonen, a que nos quieran menos o les parezcamos peores personas. Hay personas tan poco dispuestas a trabajar en sí mismas que te responsabilizarán a ti de todos sus males y te harán creer que tú mereces cargar con su pesada mochila. Pero no es así. Es responsabilidad de cada uno trabajar en sí mismo, conocerse, entender y gestionar sus emociones y cuidar que sus relaciones sean saludables. 

No podemos seguir normalizando que la gente nos trate mal cuando tienen un mal día, ni que mi amiga me cuente todas sus ralladas pero nunca escuche las mías, ni que mi familia me cuente sus problemas para que yo les salve a todos. No. Asumir todo lo que le pasa al resto como una tarea mía no es generosidad, es no conocer otra vía para sentirme validada por mi entorno. Poner límites a la gente no es egoísmo ni soberbia, es amor propio y priorizar tu paz mental. Ya, ya sé que cuesta mucho verlo de esta forma pero arrastramos modelos de relación que siguen perpetuando la idea de que hay que darlo todo por la gente que queremos aunque eso signifique arrastrarnos a nosotros y nuestra salud mental. Lo siento pero no. No he conseguido tener relaciones sanas hasta el momento en el que no he sabido ponerle límites a la gente que quiero para que entiendan que por supuesto voy a estar a su lado, pero sin olvidarme de mí misma. 

 

Y por si fueran pocas las mochilas que cargamos de nuestra gente querida, todavía nos queremos cargar con las de los desconocidos que nos hacen partícipes de sus movidas. Así es, vengo a repetirte la frase que más has oído en tu vida: DA IGUAL LO QUE OPINE LA GENTE. Da igual porque ellos solo pueden verte desde su prisma, que seguramente no tenga nada que ver con el tuyo, y a eso tendrás que sumarle todo lo que lleven en su ya nombrada mochila. Que, amiga, habrá gente que esa mochila la lleve llena de florecitas y porras con chocolate pero otros la habrán cargado con todo el residuo orgánico de años de traumas y vengan a tirarlo al salón de tu casa… ¿De verdad estás dispuesta? ¿De verdad importa tanto lo que una persona que no te conoce dice sobre ti? 

Deja ir cargas que no son tuyas. Los traumas de los demás, sus creencias, sus valores, sus miedos, sus opiniones…No son tuyos. Seguro que habrá cosas que puedan aportarte y enriquecerte pero otras sencillamente no lo harán, será solo una forma de aliviar el peso de sus mochilas. 

 

La pregunta es: ¿hasta cuando estás dispuesta a seguir cargándolo tú?

Redacción WLS