Me he preguntado esto mil veces. Podría conocer gente nueva pero aún así prefiero seguir acostándome con mi ex.

No es la primera vez que me pasa y sé que no soy a la única a la que le sucede. Incluso he llegado a leer que acostarse con un ex puede ser muy positivo.

No nos vamos a engañar tampoco, seguir acostándome con mi ex tiene algunas ventajas:

La verdad es que es muy fácil. Él ya sabe lo que me gusta, cómo, cuando y donde. Por no hablar de que esa barrera previa de incomodidad y acostumbrarse al cuerpo del otro ya la pasamos hace años.

Además, tengo la confianza suficiente como para decirle que pare si no me apetece hacer algo concreto y también para aventurarme a hacer cosas nuevas.

Todo ese rollo de levantarse 10 mins antes para peinarse y echarse corrector es totalmente innecesario. Mi ex se conoce hasta los pelos que tengo en la barbilla.

Pero más allá de todas las ventajas sexuales, creo que siempre ha existido una causa mayor de fondo.

¿Por qué sigo acostándome con mi ex? ¿Por qué tengo el mejor sexo que podría estar teniendo?

No chicas, abramos la caja de pandora y saquemos la mierda.

La razón de fondo es mucho más profunda y me ha llevado semanas reconocer lo siguiente: No quiero sentirme sola y me da miedo tener que construir una intimidad con una persona nueva.

Llevo meses sola, pero aun no me acostumbro a prescindir de ese cariño o de esa intimidad que me aporta el sexo.

El sexo puede ser traicionero, nos da una falsa sensación de intimidad que en muchos casos se puede confundir con confianza. Y mira, sé que confío en mi ex y sé que me aporta ese cariño y esa intimidad a la que no quiero renunciar.

Por otra parte, me aterra pensar que en algún momento tendré que exponerme a sufrir por otra persona. El coqueteo es divertido, el conocerse poco a poco también pero toda la incertidumbre que acarrea empezar de cero con alguien es algo que me tiene acojonada.

Ser gorda no ayuda. Las cosas son como son. Los cuerpos normativos son muchísimo más aceptados que los cuerpos con sobrepeso y muchas veces, pensar en que tendré que quitarme mi pantalón de talla 50 delante de una persona nueva, me da un poco de pirrilera.

¿Por qué sigo acostándome con mi ex? ¡Porque no quiero salir de mi puta zona de confort!

Y mira, admitirlo de una vez por todas, es lo que me dado la valentía para dejar de hacerlo.

Mi relación acabó hace más de un año y en este tiempo he conocido a personas interesantes con las que no he querido avanzar, porque me decía a mi misma que nadie me follaría como mi ex. Por que de alguna manera, existe algo perverso en mi mente que me dice «Follar con una gorda no es algo que cualquier pueda hacer».

El concepto en sí es una estupidez rotunda. No son más que excusas baratas para no tener que salir de nuevo a un mundo que a veces es cruel, en el que te puedes sentir rechazada o engañada.

¿Pero sabes qué? Todo lo malo se queda en anécdotas que superas fácilmente y todo lo bueno que experimentes y vivas, te lo quedarás contigo para siempre.

Aunque valoro mucho mi independencia, me muero de ganas por encontrar a una persona y volver a enamorarme como si tuviera 15 años. No sé, estoy llena de ganas e ilusión por conocer y darme a conocer.

Desde que he dejado de ver a mi ex me siento como una mujer nueva. Incluso ahora con distancia, no entiendo como me podían gustar ciertas cosas de él.

He ganado en valentía, en seguridad en mi misma y en calidad de vida. Le he echado dos ovarios al tema y me siento la ostia de poderosa.

Vale, si, un ex te puede follar muy rico. Pero la sensación de que se fascinen al descubrirte, es mejor que cualquier polvo.

 

Anónimo

 

Envía tus movidas a [email protected]