Puedo parecer una alcohólica con este post, pero lo cierto es que poco me importa. Muchos estaréis de acuerdo conmigo en que la parte más fastidiosa de una dieta es dejar el alcohol. Las cervecitas del vermut dominguero, el vino que trae un amigo y va perfecto con tu carne a la parrilla, la copa en la mano mientras bailas en un bar. Beber es el acto más social que existe y parece que cuando destierras el alcohol de tu vida te conviertes en un incomprendido. Ojo, hay gente a la que no le gusta beber y eso está fantástico pero a título personal diré que nunca me fío de aquellos a los que no les gusta el queso o una cerveza bien fría. ¡Por favor! ¡Si son dos de los grandes placeres de la vida!
El caso es que debemos reducir nuestra ingesta de alcohol. Ya no solo por evitar calorías vacías (aquellas que van directas al culo y encima ni te quitan el hambre ni te aportan nutrientes), sino también por el futuro de nuestro hígado. Una vez hemos decidido que en vez de casi cada día dejaremos la bibiricha para los fines de semana, aquí tenéis unos cuantos tips para superar vuestro objetivo:
Ron Suspiro. En Brugal han sido los primeros espabilados en beber el filón del ‘alcohol light’ (si es que eso existe). Cada cubata protagonizado por esta bebida tiene tan solo 55kcal (si lo mezclamos, por ejemplo, con Coca Cola Light) pero para conseguir rebajarlo calóricamente han tenido que dejarse por el camino unos cuantos grados de alcohol. Osea, el Brugal Suspiro sirve para dar el pego y sentir que te estás tomando un ron de toda la vida (pero más suavecito de sabor), pero si lo que quieres es tajarte tendrás que beber el doble = al final acabas ingiriendo las mismas calorías.
Tequila. Para mi, un gran aliado. Más que nada porque aunque su aporte calórico es importante las cantidades que vas a ingerir son mucho menores gracias a su grado de alcohol. Un chupito de tequila aporta unas 40kcal. Aunque te tomes 4 o 5 seguirá siendo calóricamente muy inferior a una copa de cualquier bebida y sin embargo es probable que el pelotazo que lleves sea considerablemente superior al de una copa a secas.
Tinto de verano. Ahora no mola tanto, pero cuando llega el veranito pocas cosas apetecen más que un tinto de verano en una terraza. Bueno pues estamos de suerte porque un tinto bien rebajado con gaseosa tiene apenas 30kcal por 100ml. Unas 60kcal por un buen vaso con hielo de las cuales tan solo 3 o 4 son hidratos de carbono. La clave (si lo podemos hacer casero, mejor que mejor), está en rebajar el vino que ya de por sí no es muy calórico con una bebida light.
El problema de la cerveza. De por si la cerveza no es que sea lo que más engorda pero las leyendas urbanas no mienten. La birra va directa a la tripa, te hincha, te pone en modo pez globo y encima tiene un trillón de hidratos de carbono. Parece que la meas mientras la bebes, pero no. Lo peor de la cerveza se quedará habitando en nuestra barriga y será complicado quitárselo de encima.
En definitiva. La idea es evitar el alcohol lo máximo posible mientras estamos tratando de bajar de peso, pero si no queremos aislarnos del mundo y seguir brindando de vez en cuando, siempre hay solución para todo.
¿Cuál es vuestra bebida favorita? ¿Qué es lo que más echáis de menos estando a dieta?