A diario llegan a nuestro foro las historias de mujeres que siguen viviendo años después las secuelas del bullying que sufrieron durante su adolescencia e infancia. Muchas de ellas reconocen que ese acoso les ha pasado factura, lo que supone el primer paso para superarlo, pero todavía hay gente que sufre a diario sin entender muy bien el porqué de sus sentimientos.

Cuáles son las secuelas del bullying

Aunque cada persona es un mundo, hay varias secuelas emocionales que suelen experimentar aquellos que han sufrido acoso:

  • Síntomas depresivos: tristeza, apatía o desmotivación. Si no detectamos estos patrones a tiempo, pueden desembocar en un trastorno del estado de ánimo.
  • Ansiedad: se trata de un estado mental que genera una enorme sensación de inquietud y preocupación, y nos vuelve inseguros en muchas las situaciones.
  • Baja autoestima: cuando te repiten constantemente que no vales para nada, acabas interiorizándolo.
  • Problemas a la hora de tomar decisiones: es común que las personas que sufren acoso desarrollen patrones de conducta dependientes, y en consecuencia suelen necesitar a alguien que les ayude a tomar decisiones porque tienen miedo de hacer las cosas mal.
  • Hipersensibilidad y susceptibilidad: es la tendencia a reaccionar de forma desproporcionada ante cosas que a la mayoría les resultan poco importantes.
  • Indefensión aprendida: se trata de la sensación de que nada puede mejorar hagamos lo que hagamos, que nuestro esfuerzo es en vano y que las cosas no pueden cambiar. Normalmente aparece cuando hemos experimentado una situación negativa ajena a nuestro control, y es uno de los pilares de la depresión.
  • Desconfianza: es tan grande el miedo a que les vuelvan a hacer daño, que dejan de confiar en las personas. Incluso las buenas acciones generan suspicacia, y hace falta mucho tiempo y paciencia para lograr un vínculo seguro.

Cómo superar las secuelas del bullying

El primer paso para lidiar con los efectos del acoso es dejar la culpa atrás. Si has sufrido bullying, es posible que por tu cabeza haya pasado alguna vez el pensamiento de que te lo hacían porque te lo merecías. Borra esta idea de tu cabeza.

Normalmente, los agresores y maltratadores buscan a personas tímidas, inseguras, que no se quejan y que son diferentes en algún aspecto, ya que necesitan pisotear a los demás para sentirse más fuertes, pero eso no te define a ti, define al acosador.

Los adolescentes buscan a toda costa encajar en el molde de lo socialmente preestablecido. Si os paráis a pensar, es la edad en la que más influenciables somos. Por eso, en cuanto alguien se sale de lo esperado, se vuelve el foco de los abusones, ya que lo extraordinario y lo peculiar les hace sentir inseguros. Ser diferente es una virtud, y es algo que aprendemos a medida que crecemos.

Una vez te tatúas a fuego la idea de que no es culpa tuya, es hora de pasar a la acción:

  • Pide ayuda psicológica: si no tienes las herramientas necesarias para superar el problema, pide ayuda a un profesional de la salud mental.
  • Deja el rencor a un lado: es lógico que sientas odio hacia todos aquellos que te hicieron sufrir y hacia todas las personas que te recuerdan a tu agresor, pero el rencor únicamente sirve para anclarnos al sufrimiento del pasado. No es cuestión de olvidar, sino de dejar de lado todos esos mensajes cargados de negatividad ya que te envenenan más a ti que a los que te hicieron daño.
  • Convierte el dolor en arte: el arte puede adoptar muchas formas, pero el verdadero objetivo es hacer cosas que inspiren y te inspiren, que sirvan para curar tu dolor y para ayudar a personas que están pasando por lo que tu viviste.
  • Aprende a confiar: por miedo a sufrir, puedes alejar de tu lado a personas buenas que solo quieren verte feliz. No te conviertas en aquello que te hizo sufrir, y déjate ayudar y mimar por tus amigos, por tu familia y por tu pareja.
  • Di adiós a los pensamientos autodestructivos: cada vez que pase por tu mente el pensamiento de que “no vales para nada”, “nadie te va a querer” o que “están contigo por interés”, di STOP y párate a pensar en la lógica de esas ideas. Intenta ser realista y racional, y trata de refutar todas esas creencias tan destructivas.
  • Empodérate: cuando tú sabes lo que vales, la opinión de los demás te importa un colín. Quiérete cada día de tu vida y trabaja para ser una mejor versión de ti misma, no para parecerte a nadie más.

@ManriMandarina