Hay mujeres que saben que quieren ser madres desde que tienen uso de razón. Otras que carecen por completo de instinto maternal. Muchas que no saben si quieren tener hijos o no. Mujeres que pensaban que sí, pero después fue que no. Y algunas que creían que no, y luego sí.

Yo pertenezco al primer grupo.

Siempre he deseado ser mamá y siempre pensé que lo sería jovencita. Si me hubieran preguntado a los diez años cómo me imaginaba cuando llegara a la treintena, contestaría que casada y con dos o tres hijos.

Ya un poquito mayor habría eliminado el matrimonio de la ecuación, porque la idea de casarme era más una cuestión de reproducir el modelo de familia predominante que un auténtico deseo propio. Sin embargo, mi respuesta seguiría incluyendo los hijos, quizá reducidos a solamente un par. O a uno y un perrito.

Ahora que he pasado los treinta, que soy una persona autónoma e independiente, que no tengo pareja ni se le espera, y que es obvio que no he cumplido los plazos autoimpuestos, he decidido que ya está bien de posponer.

Ha llegado mi momento y estas son las razones por las que quiero y voy a ser madre soltera:

 

  • Porque es mi mayor deseo y no voy a seguir esperando a alguien que me acompañe en mi camino a la codiciada maternidad. Afortunadamente hoy en día existe la posibilidad de que una mujer se convierta en madre sin necesidad de tener una pareja masculina. De hecho, puede lograrse de varias maneras, sin que ninguna implique el sexo sin protección con hombres ajenos a tus verdaderas intenciones.

 

  • Porque siento que la espera y el cambio de planes, por así decirlo, sucedieron para hacerme llegar hasta este punto vital en el que se están dando las circunstancias más adecuadas para mi estreno en la maternidad. Por muchas ganas que tuviese y reprimiese durante los últimos diez años, ni yo ni mi economía ni mi situación sentimental eran las mejores. En cambio, ahora mismo siento que todas las facetas de mi vida se han alineado con mis deseos de ser madre.

 

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  • Porque afrontar la llegada de un hijo en solitario puede dar miedo o, como poco, cierto respeto, pero no es mi caso. Yo soy hija de soltera y, aun siendo consciente del gran esfuerzo realizado por mi madre, he crecido en el amor y en un entorno tan feliz, sano y positivo como el de cualquier otro niño criado por dos progenitores. No será fácil, pero es que nunca lo es.

 

  • Porque, llegados a este punto, hasta me apetece ser la dueña y señora de mi maternidad. Yo he decidido el cuándo y también decidiré el cómo. Sin necesidad de ceder ni de llegar a acuerdos con nadie en lo concerniente a crianza, educación, alimentación, etc.

 

  • Y por último, pero no menos importante, porque me da la real gana. Porque quiero, lo quiero ahora, lo quiero ya. A pesar de mis circunstancias o precisamente por ellas. Y no pienso permitir que nadie cuestione mi decisión.

 

 

Punto. Es lo que hay.

Gracias por leerme 😊

Anónimo

 

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