He empezado este año tomándome muy en serio lo de poner límites a la gente y sus comentarios de mierda. Lo siento pero ¿no os pasa que estáis hasta la pepitilla de que la gente se meta donde no la llaman?
Hace unos días estaba en el gimnasio y todas sabemos lo que pasa con las mallas de deporte: no dejan espacio a la imaginación. Según el momento y la posición, el culo y el chumino se marcan de lo lindo pero suficiente tiene una para no caerse de la elíptica como para andar pensando en cómo de apretujado se ve el asunto.
Bien, pues estando en el vestuario una chica me soltó: “Tía, bájate un poco las mallas porque te quedan tan apretadas que se te marca todo”. Sé que habrá personas a las que les parecerá un comentario inofensivo o que no fue a malas pero sinceramente estoy harta de que la gente se tome la licencia de comentar sobre mi cuerpo y menos si no me conoces de absolutamente nada y diciéndolo de esa forma delante de otra gente así que lo único que me salió fue:
-Ah, ¿y qué?
En ese momento esa respuesta era la que de verdad sentía dentro: ¿Qué pasa porque se me marque el chumino? ¿Qué pasa porque me aprieten las mallas? Creo que ya es hora de que asumamos que cada uno se compromete al nivel que le da la gana con los cánones de belleza y los estereotipos. Si se me marca el chumino es porque tengo chumino, igual que se pueden marcar mis pezones porque tengo 2 y no me los corto al salir de casa.
La chica se quedó callada y se fue sin más y yo agradecí que no empezáramos una pelea de gatas porque la clase de Body Pump me había dejado bastante agotada pero evidentemente me fui a casa dándole vueltas.
Entiendo que hay personas que han crecido con la idea de ir perfectas por la vida, nunca despeinarse, ir siempre a la moda, no romper ningún molde pero yo he crecido con la idea de ser libre y no meterme con las preferencias de los demás. Me cansa que la gente haga comentarios sobre los demás asegurando que son “de buena fe”, “por tu bien”, “por comentar”, “sin ánimo de ofender”… Y me hace mucha gracia que las personas que más directas son para hacer comentarios sobre ti, son las primeras a las que no puedes ni soñar con decirles nada porque te saltan a la yugular. Joder, ¡es que todos tenemos complejos y movidas! Vamos a vivir y dejar vivir a los demás como les dé la gana.
En fin, que esa chorrada de comentario me hizo reflexionar en lo condicionadas que estamos las mujeres (sé que los hombres también en otras formas pero permitidme que hable sobre el género con el que me identifico para no meterme donde no me llaman) y cómo de comedidas vamos por la vida, temiendo que se nos marque el chumino básicamente por ahorrarnos las miradas y los comentarios de los demás.
A mí personalmente ha llegado un punto en que me da igual cómo de colganderas se me vean las tetas o de marcado el chumino cuando me aprieta el pantalón y también sé que no para todo el mundo es igual de fácil, por eso me revienta todavía más que se siga viendo como algo a comentar, porque sé que hay personas a las que un comentario que a otros nos parece insignificante les puede afectar, haciéndolas sentir avergonzadas o acomplejadas.
Así que para terminar, dejaros claro que nunca seré la amiga que os avise si se os marca el chumino en el pantalón porque básicamente: ¡me importa un pepino!
Sed felices (L)
Redacción WLS