Hay veces, muchas, que se me olvida que soy gorda. Es más creo que soy una gorda que no es consciente de serlo.  Así que claro, yo me comporto como si fuera «normal» y como buena tía que soy cuando le tengo que dar calabazas a alguien pues intento hacerlo con la mayor educación que puedo, sin ofender.

Pero….¿cómo? ¿Una gorda dando calabazas a alguien? Ah… que no os acostáis con el primero que os lo propone? Que no le agradecéis de por vida a ese tío que se digna a desearos dándole lo mejor de vosotras y estando a su disposición siempre que quiera? Y si encima el energúmeno es cuestión está como un queso ya ni os cuento.  Creo que la ofensa es proporcional al tamaño de su ….ego. A casi todos los que he dicho «no» les ha escocido un poco. A nadie le gusta ser rechazado, pero hay veces que os juro que es tan exagerado que mi gorda mala (sí, también la tenemos, no todas somos simpáticas y dulces a todas horas) se ha alegrado un montón y ese NO le ha engordado más que una caja entera de bombones.

Al individuo en cuestión lo conocí en esa maravillosa página que es el Badoo, de la que me he borrado y a la que no volveré así se me regenere el himen. Un italiano que, eso sí, está como un tren. Hablamos varias veces y la verdad es que no hubo mucho feeling, pero como a veces las gordas también somos superficiales me dije «lo mismo si no habla la cosa mejora». No fue así. No me gustó. Pero yo a él le encanté. Y aunque me dejó claro que se había follado (palabras textuales) a toda la página ya mencionada y poco menos que ya iba por la segunda vuelta, quiso volver a verme. Yo soy muy mala para eso de decir NO, la verdad. Así que di largas, «hoy no puedo…», «si me lo hubieras dicho antes….» «Creo que no buscamos lo mismo…» Pero él erre que erre.

Como con él no iba eso de «a buen entendedor con pocas palabras basta» al final llegó el temido «lo siento Fulanito, no me atraes sexualmente y creo sinceramente que no buscas sólo una amiga». Entonces es cuando recibo un montón de fotos del chico en cuestión haciéndolo de todas formas y en todos los sitios (pero esa postura es posible?) con varias chicas (y no de una en una) con las caras pixeladas (cuanto trabajo le he dado) y un texto que cito textualmente: «Jaja, te hablaré muy claro…no me gustas, me das morbo, nada más, reina, me sobran MUJERES PARA FOLLAR….altas, DELGADAS y muy atractivas reina (de nuevo),  sólo quería conocerte, no deseaba gustarte, me haces reír.»

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Lo que le contesté no tiene mucha importancia, le dije que yo también le había intentado dejar claro mi falta de interés, pero sin ofender y que quizás lo que le jodía es que una mujer que no sea alta, DELGADA y muy atractiva le rechazara pero que me atraía menos que el palo de una escoba.  Y en ese momento chicas, mi gordi mala engordó diez kilos y se vengó por mi y por todas mis compañeras de todas esas personas que se sienten superiores a otras por el físico, por esos engreídos (y engreídas que las habrá) que sienten que te están haciendo un favor por dirigirse a ti, por hablarte, ser tu amigo/a o echarte un polvo.

Y es que aunque haya a gente que no le quepa en la cabeza, desesperadas y desesperados que se acuestan con cualquiera en cuanto les dan la oportunidad,  hay muchos,  pero eso (como casi todo)  no es cuestión de tallas.

Amelia F Serrano