Y si lo deseas muy muy muy fuerte, Jason Momoa aparece en tu cocina preparándote unos brownies en taparrabos.

Mira, no. Si te relajas no te preñas así mágicamente. Por favor, vamos a intentar acabar con esta creencia tan tóxica que lo único que hace, de nuevo, es poner la culpabilidad en nosotras. 

Una mujer estéril, ¿qué digo mujer? ¡Una pareja! Puede serlo por mil cosas. Porque sí, no sólo somos nosotras que “no nos podemos quedar embarazadas” a veces son ellos. Hay mogollón de problemas que pueden afectar a la fertilidad: abortos de repetición, baja reserva ovárica, ovarios poliquísticos, endometriosis, anovulación, fibromas uterinos, falla ovárica prematura, problemas estructurales del sistema reproductivo, infecciones, fallos de implantación, incompatibilidad entre la pareja, problemas de eyaculación, tumores, testículos no descendidos, desequilibrios hormonales masculinos, defectos de los túbulos que transportan los espermatozoides, anticuerpos que atacan los espermatozoides, síndrome de Klinefelter, oligospermia, necrospermia, oligoastenoteratozoospermia… ¿sigo? ¿Cómo te quedas, Mari? 

Tú piénsalo. Vas a cenar a casa de tu prima, lleva ya doce años con su pareja, se casaron hace tres años y aún no tienen renacuajos correteando por casa. ¿A ti qué más te da? Pero no, el ansia viva te puede y tienes que hacer la dichosa preguntita: 

  • ¿Qué, los niños para cuándo? ¡Que se te va a pasar el arroz! 

Y delante de ti tienes a tu prima, que lleva ya doce años con su pareja, que se casaron hace tres años y que lleva más test de ovulación hechos que test hiciste tú en la autoescuela, que lleva gastado en test de embarazos de color blanquito nuclear el equivalente a lo que se gastó Carrie en zapatos en todas las temporadas de “Sexo en Nueva York” y en las pelis. ¡Incluyendo Hocus Pocus! ¡Las dos! Que tiene guardados en el armario, al fondo del armario, a la derecha, debajo del vestido de novia, unos patuquitos para dar la sorpresa a su chico cuando por fin un test salga positivo. Y vienes tú, a meterle prisa. Y ella, por no estamparte con la cena en la cabeza, muy probablemente te contestará: 

  • Sí, jeje. 

Mientras se muere por dentro. Te lo juro. Te lo juro que cuando estás en esas, cada vez que alguien te pregunta que los niños para cuándo, te mueres un poco más. Y así cada vez. 

Con suerte, tu prima te diga que es que mira, Mari, que llevamos intentándolo desde después de la boda, pero nada, que no hay suerte. Y, ¿sabes qué le vas a contestar tú, mi amor? Con todo tu amor, lo sé, pero también con una buena bocaza le vas a decir:

  • Tía, pero eso es que estás obsesionada. Si te relajas, te preñas, te lo digo yo. Que a mi vecina, la del tercero, le pasó y un día ¡pum! preñá. Ojo, que a la del cuarto lo mismo, obsesionadica perdida, se hizo no sé cuántos tratamientos de fertilidad y se quedó embarazada al final. Y cuando el bebé cumplió un año y sin quererlo ¡pum! preñá otra vez. Tú hazme caso y no te obsesiones, de verdad. 

Y lo dices tú, que tardaste dos meses en quedarte embarazada. Que no sabes que tu vecina del tercero se ha hecho más tratamientos de fertilidad que Cher operaciones estéticas y que ni te hueles que tu vecina del cuarto se transfirió uno de los maravillosos embriones de tipo A que había conseguido con su última FIV y que había mantenido congeladito a buen recaudo hasta que ella estuviera totalmente recuperada después del postparto para volver a intentarlo. 

A lo mejor, esa relajación que recomendáis, (cargaditas de amor, que lo sé, de verdad) porque la habéis visto funcionar en otras no es una relajación y tiene algo detrás. Quizá, la próxima vez que te veas en esta situación, podrías pensar un poquito qué puede haber detrás y no preguntar o, por lo menos, acompañar y no quitar importancia a lo que está pasando la persona que tienes delante. 

Sí, quizá el estrés (QUE NO OBSESIÓN), el malestar, el sufrimiento que conlleva no quedarte embarazada o pasar por cientos de pruebas, no sean lo mejor para conseguir un embarazo. O que dejes de perder cada embarazo que consigues. Pero seguro que, si lo ponemos en una escala, no es el factor determinante. ¿Por qué digo esto? Porque la Seguridad Social y las clínicas de fertilidad se ahorrarían millones de euros en tratamientos de reproducción asistida si lo primero que hicieran con cada pareja que llega por no poder tener un bebé fuera enviarlos una semanita al Caribe con gastos pagados. 

Y lo sé, de verdad que sé que esto lo decís preocupados por la pareja, pero, porfa, pensad un poquito la próxima vez. Porque os queremos y por eso no os hacemos tragaros los patuquitos que llevan cinco años en el armario, al fondo del armario, a la derecha, debajo del vestido de novia. 

 

La de siempre