Hace algo más de un año tuve una cita con un chico de Tinder que realmente no funcionó. No hubo química, aunque parecía haberla habido mientras chateábamos.

Quedamos para tomar algo, conversar, y sinceramente, la cosa no fluía. No sé decir exactamente por qué, ya que el chico era monísimo y tenía buena conversación, pero no encajábamos en gustos.

Así que cuando nos despedimos, con esa excusa maravillosa de ‘’nos hablamos para volver a quedar’’, nunca más supe de él.

Se convirtió en uno de esos ‘’fantasmas tinder’’, como yo los he bautizado, que habitan en tu teléfono y a quienes miras los estados alguna que otra vez. Hasta que, mágicamente, un día se tornan de un tono gris, creando ese muro de desaparición que aparece con el bloqueo o el cambio de teléfono.

En uno de estos barridos de ‘’swapeo’’, me apareció un like de estrella azul, esos que tú misma puedes ver que efectivamente, alguien desde su barrido se ha fijado en ti.

Cuál sería mi sorpresa infinita cuando me fijo en que el chico detrás de esa estrella es extrañamente familiar a este fantasma de Tinder que se esconde bajo un bloqueo en mi teléfono.

Realmente, me extrañó muchísimo que, dado que me había bloqueado, nunca más volvimos a hablar tras nuestra cita, y desde luego no llegamos a congeniar, ahora, con el paso del tiempo, me soltara un like de estos como si nada.

Me apetecía conversar con él, tras haber pasado el tiempo, y comprobar que había fallado. Así que, tras hacer la investigación pertinente en su perfil y bichear sus fotos y nueva información, decidí devolverle el like.

Pude percatarme de algo curioso, y es que esta vez solo tenía la inicial de su nombre junto a su edad, es decir, aparecía como ‘’P’’,32.

No lo saludé, ya que él había iniciado este ‘’reencuentro virtual’’, por lo que yo consideraba que él debía dar el primer paso.  No obtuve el saludo hasta pasadas las horas, y me escribió un escueto ‘’Hey, ¿qué tal todo?’’.

Yo creía que se dirigiría a mí con algo más de empatía y por qué no decirlo, con cierta confianza ya que nos conocemos en persona. No supe bien qué contestar, así que traté de ser lo más suave que pude. Le devolví el saludo sin mucho entusiasmo.

Tras devolverle el saludo y comenzar a charlar, llegó la pregunta que me hizo dudar: ‘’A qué te dedicas? ¿Llevas mucho tiempo en la ciudad?»

Me encendí, mi vibración era la de un torno de alfarero, no podía creer que ni siquiera se acordase de mí. Habíamos llegado a quedar.

Entiendo perfectamente que puedas olvidarte de alguien con quien solo chateas,  pero ¿olvidarte de una persona con la que has quedado?

Me pareció indignante, así que, haciendo un ejercicio de contención (esto lo puedo jurar, porque verdaderamente quería decirle de todo), me dirigí a él con la sutileza de la que disponía en ese momento de cabreo intenso y le pregunté:

‘’ ¿No te acuerdas de mí? Qué pronto te olvides de la gente, jeje’’.

Tras verlo plasmado aquí, me parece de lo más idiota del mundo, pero es que el momento ‘’tierra, trágame’’ vino justo después.

El Señor P, me contesta anonadado, o al menos, eso me transmitió mediante emoticonos, regalándome la siguiente respuesta:

‘’Me vas a perdonar pero no recuerdo que hayamos coincidido. Me acordaría seguro. ¿Me refrescas la memoria?’’

Esta respuesta remató mi cabreo elevándolo nivel extremo, así que empecé modo metralleta a soltarle que me parecía de vergüenza, que habíamos quedado y que yo también había sentido que no había fluido nada entre nosotros, pero qué menos que acordarse de alguien, que habíamos chateado muchísimo antes de quedar…

En resumen, le solté de todo y más. Por supuesto, sin caer en el insulto pero de forma vehemente, respuesta lógica a mi parecer.

Su contestación fue el jarro de agua más fría que he recibido, y del que me voy a acordar  para siempre:

‘’ Perdona, es la primera vez que activo esta APP porque hasta hace meses vivía en el extranjero y apenas estaba por aquí. Creo que has podido tener esta experiencia con mi hermano gemelo, ‘’P’’, que sí es más dado a utilizar esta APP en la ciudad. Siento que hayas tenido esa experiencia, pero no era yo. Que te vaya bien, un beso!’’.

Tal cual os lo traslado, tal cual ocurrió. No tuve derecho a réplica. Me deshizo el ‘’match’’ automáticamente,  y ahora solo me queda decirle, que si lee esto, lo siento de veras.

¿Cómo podría yo imaginarme que dos gemelos idénticos, cuyo nombre empieza por la misma inicial, iban a utilizar Tinder y matchear conmigo?

Me sentí sumamente avergonzada, y siempre me quedará la duda si es el Segundo ‘’P’’ era distinto al primero, y si este era mi verdadero match.

Ahora solo me queda reírme de las situaciones de la vida, porque esto desde luego es de libro.

LadyMiau