TIPOS DE NOVIOS QUE JAMÁS ECHARÉ DE MENOS

“Querido marido: 

Nunca jamás echaré de menos a nadie más que a ti. Porque tú eres el único en mi vida. De hecho, no caté varón hasta conocerte. Te esperé como monja de clausura. Como novicia en celibato. Como Marco a su madre o Heidi a Clarita.”

Dicho esto, cariño, ya puedes dejar de leer porque ahora empieza el salseo.

Novios (o exnovios), rolletes, líos y demás experiencias de la vida con el sexo opuesto (en mi caso). No han sido muchos, pero sí variopintos. Bueno, no nos engañemos, sí han sido muchos. Si no, ¿qué probabilidades había de que me tocaran a mi todos los tontos del bote? Cuando pruebas todo el menú del bufet está claro que pruebas platos exquisitos, pero las mierdas más gordas también. 

(Cariño, ya te había dicho que dejaras de leer. Anda y vete a poner una lavadora o algo)

Y aquí es donde empieza el desplegable de los tíos de los que más orgullosa estoy de que hayan pasado a la categoría de ex:

– El cinéfilo. Lo mismo un día ha visto Grease y viene de malote, que otro a visto Pretty Goman y te trata como a una reina, pero te acaba llamando “su putita”. Se cree que no eres capaz de arreglártelas sola después de ver El Guardaespaldas. Acaba desapareciendo como si de Ghost se tratara. Y al final te alegras de que sea Lo que el viento se llevó. 

– El consolador. (No flipéis que no van por ahí los tiros). Todo el día enganchado a las consolas. Ni-intendo cómo puede preferir jugar al Fifa que follar. Aunque también os digo que con lo poco que se llegaba a duchar a mí me acabó dando Arcades. (¡Ole el juego de palabras que me acabo de marcar! Un aplauso por favor)

– El golfista. Que se pasa el día con el palo buscando un hoyo donde meter las pelotas.

– El parchís.  Come 1 y cuenta 20 cuando en realidad no ha salido de casa. Algo inexplicable, porque en realidad se pasa el día sacando cincos (el 5 contra 1 más concretamente)

Al hilo del parchís tenemos al Juegos reunidos. Obsesionado con “jugar en grupo” (guiño, guiño), con incluir gente en la ecuación, con querer abarcar más de lo que puede porque en realidad lo único que hay dentro de la caja son los 4 juegos de toda la vida.

– El gallego. ¿Por su fama de indecisos? ¿Por su acento embaucador? No. Por su amor al marisco. En cuanto tiene ocasión se baja al pilón, pero su padre le enseñó a chupar las cabezas de las gambas hasta dejarlas sin ojos y la que al final acaba estrujada y reseca es tu almeja.

 – El dios hindú. Tiene más brazos que el común de los mortales. Por más que le apartes, no sabes cómo, pero acaba agarrándote una teta, pellizcándote el culo o lo que es peor, “marcando territorio” con el último de sus “brazos”. 

Y por último tenemos a uno que es Lo más. ¿Porque es genial? Pues evidentemente no, porque si no a ver que hacía en esta lista de despropósitos. Es lo más porque él siempre te supera. Si te duele la espalda, a él le duele más. Si anoche te pillaste el pedo del siglo, él se pilló una vez uno más gordo. Si te han ascendido, a él le han hecho jefe de Inditex. Siempre mejor, siempre peor, siempre más, siempre él-él-él. Lleva a un punto que cuando te duele la regla él sangra más por el coño que tú.  Y por supuesto, en la cama, él siempre más.

Y con esto ya estaría por mi parte. Encantada de escuchar vuestras listas de seres que, por alguna razón desconocida, o brujería maldita, un día pasaron a formar parte de nuestra historia más vergonzosa.

 

Marta Toledo