Hay personas emparejadas que reconocen en uno o varios puntos de su relación tener dudas sobre si esa es su mejor opción. Sienten, además que cuestionarse esto es una falta de lealtad, un síntoma de que algo va mal.
Pues veréis: yo creo que NO, con mayúsculas y fluorescente.
Este tema suele salir en ‘petit comité’, no es una de las grandes cuestiones de la humanidad y no es algo que se quiera gritar a los cuatro vientos.
Es equivalente a reconocer que tu vida no es perfecta y, titis, estamos en la época IG, el postureo y los #lifeisgreat #inlovewiththeworld.
“…Es que el otro día me rallé porque, entiéndeme-no-es-que-no-le-quiera-pero ¿y si blablabla?” Vamos a reconocer que no es algo que a la pareja le entusiasme escuchar, pero, ¿por qué va a ser insano? No somos perfectos, hay aspectos en los que nuestrxs respectivxs se defienden regular, además conocemos a quienes lo hacen muy bien, y no podemos evitar comparar.
Por otra parte, ¿alguien en este planeta, HOY, se cree que todo es maravilloso hasta que la muerte les separa?
Las alegrías y las penas van de la mano en una relación, la vida nos pone gente genial en nuestro camino, con quien fantaseamos que sea nuestra pareja sin que nos hayamos propuesto ni pensar en ello; otras veces nos preguntamos si merece la pena el compromiso, si habrá que disfrutar más de “lo que (dicen que) nos estamos perdiendo”, si esa es LA persona, si no nos estamos aburriendo… ¿y qué hostias le hago yo si la vida es muy larga y hay gente interesante más allá de mi novio? Sí, hay quienes nos hemos preguntado algo de esto alguna vez y no me fío mucho de quien me diga lo contrario.
No somos malos ni mentirosos, somos per-so-nas, y además personas valientes y sinceras consigo mismas, que es lo imprescindible para serlo con los demás. Y no, no pasa nada. No fallamos a nuestrx chicx por esto. Tenemos el derecho de buscar lo que nos merecemos y, para ello, las comparativas y las reflexiones son magníficas.
Y si, tras reconocer estos pensamientos y darle vueltas, finalmente seguimos con la misma persona, es porque en la balanza sigue pesando más el deseo de compartir con él o ella un proyecto de vida, a pesar de saber que en el mundo hay quien cocina mejor, quien es más comprensivo, quien gestiona mejor su tiempo, quien le gusta menos discutir…
Porque lo importante, titis, no es estar con la persona perfecta, sino conseguir dar y recibir lo mejor que se tenga. En otras palabras: ser mejores juntxs, no estar con el/la mejor.
…Y también es importante ser valientes. Porque las cosas a veces terminan, y hay que saber soltar, para poder encontrar en otro lugar otra felicidad.