Hace poco leí un ensayo de un psicólogo que se llamaba: “Tus líneas rojas”.

El libro, súper recomendado por cierto, indagaba en el perfil de personas narcisistas, tóxicas y psicópatas y cómo podemos poner límite para protegernos de ellas. Sin embargo, el libro daba un mensaje muy claro que se me ha grabado en la retina: siempre que puedas, aléjate de ellas para siempre.

¿Es esto fácil? No. ¿Siempre es posible? Tampoco, pero en la medida en la que podamos, es muy interesante alejarse de estos perfiles dañinos para nosotras. A veces es inevitable, porque es tu suegra, un amigo de tu novio, un familiar…En estos casos es cuando es muy interesante poner límites sanos.

¿Cómo es posible que una única persona narcisista destroce económicamente a toda una familia?

Buah, pues es bastante sencillo en realidad. Basta con darle manga ancha en la gestión del dinero, que sea bastante manirroto, y además se suma que los narcisistas son bastante aprovechados. Se creen el centro del universo, no son capaces de reírse de ellos mismos, y van a exprimir a la gente de su alrededor como naranjas para hacer zumo hasta que consigan sus objetivos.

Así es mi abuelo. Una persona tremendamente narcisista, que se paseaba por nuestra ciudad natal regalando dinero a todos sus amigotes, con un coche de lujo que no podía permitirse y otros muchos caprichos. Mientras tanto, su mujer llevaba años rogándole renovar la cocina (que es prácticamente donde se tiraba todo el día, ya os podéis imaginar cómo de machista es mi abuelo) y ni puto caso.

Prefería darle el dinero a sus amigos pendejos que a su mujer para algo necesario. Así, pasaron los años y ocurrió algo que a primera vista puede parecer un regalo, pero que si le cae a una persona de este perfil es una desgracia: nos tocó la lotería. A mi abuelo le cayeron unos cuantos millones de pesetas.

La parte que repartió a sus hijos recogió sus frutos y fue fructífera. Todo lo demás, a día de hoy, no sabemos a qué fue destinado. Yo imagino que a una mezcla de dárselo a colegas, gastarlo en violar a mujeres prostituidas y en, quizá, pagar deudas. Mira no sé, pero realmente nos arruinó a todos.

Los nietos hemos tenido que desligarnos completamente de él para poder tener bienestar económico (y emocional, por supuesto), pero los hijos, por ley no pueden. Están atados a ese cabrón todo lo que viva, y si hay que pagar una residencia se paga entre todos. Y

o alucino, tu padre puede ser el mayor hijo de putero del universo, gastarse todo su dinero en drogas y alcohol, y aún así, por ley, los hijos tienen que cuidarle. Menos mal que los nietos, sobrinos y demás estamos totalmente exentos.

Así que os recomiendo que si tenéis un familiar así, huyais siempre que podáis. Y si no podéis, dejad claras algunas reglas.

Te falta perreo