Que Amancio maneja el cotarro en esto de la moda low (y no tan low) cost no es ninguna novedad. Está claro que lo de que él dice va a misa y si se llevan los pitillos y tú quieres unos pantalones de campana, estás jodida, pero bien. Ahora, que a mi que el hombre decida lo que se lleva y lo que no, me parece cojonudo, pero que en aras del ‘estilo Zara’ se le diga a una empleada cómo se tiene que peinar, por ahí si que no paso.
Y ojo, que aún cuando yo defiendo que cada uno con su aspecto haga lo que le de la gana, soy consciente de que en el trabajo hay que acatar unas normas. Que más que me fastidia a mí no poder ir con vaqueros al curro, no le fastidia a nadie. Pero pongámonos en situación, tienes una preciosa melena afro que, como buen pelo rizado, cuando queda bien está preciosa, y cuando queda mal es una basura. Esto es así. Y tú, como trabajadora responsable que eres, decides recogerte el pelo en unas trenzas e irte tan tranquila a la tienda de Zara en la que trabajas. Tú, que podrías haber ido con el pelo hecho un higo, como hemos ido todas muchas veces, decides que lo mejor es hacerte trenzas y recogerte el pelo así:
Y es entonces cuando, no uno, si no dos jefes, te llaman la atención sobre tu pelo sacándote de la tienda y diciéndote ‘No queremos que te lo tomes como una ofensa, pero aquí buscamos un look limpio y profesional acorde a la filosofía de Zara y el peinado que llevas no es el adecuado para Zara’. ‘Perdónenme ustedes, no sabía que estábamos en Chanel’ (eso hubiera contestado yo, que soy muy de ir a la gresca), pero Cree Ballah, la protagonista de este incidente, sintiéndose humillada, decidió irse de la tienda y recurrir a Recursos Humanos para poner una queja formal contra sus supervisores.
‘Mi tipo de pelo forma parte de mi raza, y lo que sentí fue una discriminación racista, relacionada con lo que mi raza conlleva. Mi pelo suele estar fuera de control, y trato de controlarlo de la mejor manera que puedo, lo que por lo visto no está dentro de los estándares de Zara’ dice Cree Ballah.
Vale, tal vez no sea el peinado ideal que querría mi abuela para sus nietas, tal vez haya gente que pueda pensar que llevar el pelo así es ¿qué se yo?, sucio o poco cuidado, pero mi pregunta es: ¿Afecta tu peinado a tu profesionalidad?, ¿eres peor trabajador/a por llevar trenzas y una coleta despeinada que por llevar un moño de Señorita Rottenmeier?, ¿eres peor trabajador/a porque has decidido cambiar de peinado o de corte de pelo?, ¿tenéis que pedir permiso a RRHH en vuestra empresa cada vez que queréis hacer un cambio radical?
No olvidemos que hay un sitio para todo y tal vez en mi empresa no se tomaran muy bien el hecho de que yo apareciera con el pelo teñido de azul, o con unas Converse, y por ello acato las normas. Pero estamos hablando de Zara, no de Chanel o de Armani, y a mi esta chica me parece tan profesional como cualquier rubia, alta, delgada y de pelo liso.
Esto ha ocurrido en Canadá pero podría haber ocurrido en cualquier otro país donde el gigante español tiene alguna de sus tiendas. La respuesta de Zara ha sido que son una empresa diversa y multicultural que no tolera ningún tipo de discriminación, y que no tiene ninguna política oficial interna relativa al peinado de sus trabajadores, sólo que tienen que parecer profesionales. Supongo que la palabra profesional tiene muchas acepciones.
Veremos cómo acaba esto, pero desde luego, en mi opinión, esta chica se merece algo mejor que seguir trabajando en Zara.