Raquel y Óscar se conocieron por redes sociales. Un día coincidieron comentando en un perfil de un grupo de música y Óscar se decidió a escribirle un mensaje privado. La verdad es que normalmente Raquel no hacía caso de estas cosas pero Óscar le hacía bastante gracia y empezaron a hablar. 

Cogieron confianza bastante rápido y no dejaron de hablar ni un solo día. Óscar solía decirle a Raquel lo bien que le sentaba la ropa, lo guapa que estaba..vamos que le metía ficha y a Raquel no le disgustaba nada. Ella también se había fijado en él, en sus fotos de la playa, en sus ojos verdes..

Habían hablado de quedar y conocerse muchas veces pero nunca se daba la oportunidad, hasta que un día Óscar tuvo que desplazarse a la ciudad de Raquel a hacer unas gestiones y ese mismo día aprovecharon para conocerse en persona. Los dos estaban algo nerviosos porque la atracción era evidente en muchos sentidos y los dos tenían muchas ganas de verse a solas.

Quedaron en una cafetería que estaba cerca de la casa de Raquel. Cuando ella llegó él ya estaba esperándola. Llevaba un pantalón vaquero bastante ajustado y una sudadera que dejaba entrever la musculatura de sus brazos. En persona estaba todavía mejor de lo que había imaginado. Óscar no había podido evitar fijarse en su falda. Era larga pero tenía una abertura en el centro que llegaba bastante arriba y daba lugar a la imaginación.

Se dieron dos besos y fueron a tomar un café, pero lo cierto es que el café duró más bien poco y pronto estaban en la calle dando un paseo mientras seguían hablando. En medio del paseo se sentaron en un banco y pasó lo que tenía que pasar. Ahí mismo se liaron, se dieron unos cuantos besos y caricias y se marcharon a casa más colorados y con más ganas que al principio, si cabe.

Planificaron verse otro día y al final Óscar subió al piso de Raquel y esa noche la pasaron juntos. Al día siguiente él se marchó pero a partir de ese día empezaron a verse todas las semanas. Quedaban, tomaban algo, paseaban y culminaban el día desahogando todo el deseo que se tenían. La conexión era más que evidente antes de haber tenido la primera noche de sexo pero es que con el paso de los días todavía se intensificaba más.

Pero por cuestiones familiares en una ocasión estuvieron dos semanas sin verse.  Ya se habían acostumbrado a tener, al menos, una dosis de placer a la semana así que dos se les hicieron larguísimas a los dos.

Cuando pudieron volver a quedar, la cosa ardía antes de encontrarse en la puerta de la casa de Raquel. Esta vez Óscar no esperó nada, llamó al timbre y antes de que Raquel pudiese cerrar la puerta tras él, él ya la tenía agarrada por el culo y la estaba llevando a la habitación. No hubo un ápice de sutileza, los dos se tenían muchas ganas. Tardaron en desnudarse el uno al otro menos de 30 segundos y en cuanto se quitaron la última prenda de ropa Óscar agarró a Raquel y la lanzó a la cama con la intención de abalanzarse encima de ella y empezar a besarla. En cuanto Raquel cayó en la cama se escuchó un sonido, como si algo hubiera crujido, pero estaban tan ensimismados que no se dieron cuenta de nada. Nada más poner una rodilla en la cama para lanzarse a por Raquel, el somier de la cama se partió en dos por la zona de las patas y los dos salieron rodando al suelo como si fueran dos bolitas de pelo.

A Raquel le estaba pareciendo surrealista al mismo tiempo que se moría de vergüenza, pero al verse tirados en el suelo y en pelotas le dio un ataque de risa. Óscar tampoco pudo contener la risa y entonces pensaron qué podían hacer.

Como el calentón seguía ahí a pesar de haber rodado y no querían desaprovechar la situación de poder verse después de 2 semanas, intentaron buscar una solución.

Hicieron 2 montañas de libros que funcionaron como patas de la cama y con la misma pasión pero un poco más de cuidado para no volver a salir disparados de la cama terminaron follando hasta bien entrada la noche.

Kerasi 

 

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