Cosas que no sabía del embarazo ectópico hasta que lo sufrí
Yo pensaba que lo sabía todo en cuanto a la concepción, el embarazo y el parto. Llevaba documentándome tanto tiempo como llevaba intentando quedarme embarazada, lo cual eran solo unos meses. Sin embargo, a mí de verdad me parecía que nada iba a sorprenderme. Mis hermanas tenían hijos, muchas de mis amigas los tenían o estaban en ello. De modo que, entre sus experiencias, la tele e internet, yo me sentía tan informada como podía estarlo.
Hasta que un día me puse tan mala que me tuve que ir al hospital. Y, allí, después de algunas pruebas, me dijeron que me tenían que intervenir de urgencia.
Había un embrión de aproximadamente cuatro semanas creciendo en mi trompa derecha.
Y me di cuenta de que no sabía casi nada acerca del tema cuando el propio médico me tuvo que explicar que no era una buena noticia.
Esa es la primera de las cosas que no sabía del embarazo ectópico hasta que lo sufrí.
A ver, sí sabía que existían este tipo de embarazos, sabía que podía pasar y sabía que era algo malo. No obstante, en la conmoción inicial, me costó asimilar que no había nada que se pudiera hacer. Un embarazo ectópico es un embarazo inviable. No hay más. No hay forma de llevarlo adelante. Mi mente confusa no quería entender que, a pesar de que acababan de decirme que por fin estaba embarazada, pronto ya no iba a estarlo. Fue un shock porque yo no tenía ni la más ligera sospecha de que pudiera estar embarazada y, de repente, tuve que hacerme a la idea de que había ocurrido, y de que debía entrar en un quirófano para revertir la situación porque de no hacerlo, mi vida corría peligro.
Cosas que no sabía del embarazo ectópico hasta que lo sufrí
Así es: el embarazo ectópico es la primera causa de muerte materna durante el primer trimestre. Por eso es muy importante tener un diagnóstico rápido. Lo malo es que, otra cosa que no sabía, es difícil llegar al diagnóstico porque los síntomas iniciales son los mismos que los del embarazo.
En mi caso, hasta que llegó el dolor abdominal intenso, yo no había sentido nada. O, si lo había hecho, lo había ignorado por completo.
No creo que sea la única que no pensó jamás en esa contingencia. Yo tenía presente la dificultad para lograr concebir, la posibilidad de sufrir un aborto, las complicaciones que se pueden dar en el parto y demás. Pero debo admitir que nunca me había planteado que pudiera quedarme embarazada y que mi óvulo fecundado se implantara fuera del útero.
Ahora sé que es relativamente habitual, pues, según las estadísticas, ocurre en uno de cada doscientos embarazos.
En el 95 % de los casos, el embrión se desarrolla en una de las trompas, que es lo que me pasó a mí. Aunque puede hacerlo también en los ovarios, el cuello del útero o la cavidad abdominal.
Los síntomas más frecuentes son los siguientes:
-Dolor intenso en el la parte baja del abdomen
-Pérdidas de color pardo o marrón durante los días anteriores a la aparición del dolor
-Náuseas y mareos
-Debilidad
-Pulso acelerado
-Sudores fríos
-Dolor agudo si se produce rotura de a trompa
Cosas que no sabía del embarazo ectópico hasta que lo sufrí
Yo no sufrí la dolorosa y peligrosa rotura de la trompa, aunque al final sí la perdí en la intervención. De modo que, en estos momentos, estoy recuperándome. Si todo va bien, pronto podré intentarlo de nuevo. Cruzaré los dedos para que, tal como me dice mi gine, mi fertilidad no se vea afectada (insiste en que el ovario de la trompa sana trabajará a destajo para compensar al otro…). Y cruzaré los de las dos manos y los de los dos pies para no volver a sufrir otro ectópico, pues, al parecer, uno de los factores que aumenta la posibilidad de tenerlo, es la de haber tenido uno anterior.
Rosana
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