Creo que la mayoría de la gente no es consciente de qué tipo de ruleta rusa es el cáncer. Y eso que todos hemos tenido casos que nos han tocado muy de cerca, que todos hemos perdido a más de una y de dos de nuestras personas por su culpa. Tal vez sea un mecanismo de defensa que se nos activa de forma instintiva. No queremos verlo, no queremos creer que cada día al levantarnos, esta maldita enfermedad nos pone la pistola en la sien y aprieta el gatillo. No sentimos el frío del cañón metálico contra la piel ni escuchamos el disparo vacío. Solo somos conscientes el día que el sonido de la deflagración nos saca de nuestro mundo y lo pone todo patas arriba. Se nos desmonta el tinglado que hemos levantado para ignorar que esa era una posibilidad. Que no somos inmunes al cáncer, que no es algo que solo le puede suceder a los demás.

Y entonces llega el miedo, porque de pronto lo recuerdas todo. Te vienen a la mente todas las personas que el cáncer te ha arrebatado, te acuerdas incluso de cada celebridad que lo ha sufrido.

 

Foto de Brett Sayles en Pexels

 

Piensas sobre todo en los que se han ido, te cuesta acordarte de los que han superado esta maldita enfermedad. Es fácil sucumbir al pánico. Es fácil quedarse paralizada. También es fácil negar lo que te está pasando, fingir que no es tan grave. Hacer como que no piensas en ello cada segundo del día. Es decir, no sé cómo es el proceso para los demás. Hablo por mí, de cómo lo vivo yo, aunque supongo que hay tantas maneras de atravesar este proceso como personas sufriéndolo. Y ninguno es mejor ni peor.

Pero no quiero extenderme más con esto ni cederle más espacio al bicho. Quiero daros las gracias. A Weloversize, a las que habéis creado este espacio tan maravilloso y particular. A vosotras y también a cada una de las personas que forman parte de esta comunidad. Porque, en mi época más difícil, este foro me salvó.

Durante los meses más duros, una parte de mí se vino a vivir aquí. Ese sitio era el lugar al que acudía para evadirme de la realidad. Donde pasaba las horas tediosas e interminables que la bolsa de la quimio me tenía atada a una butaca. Pero también venía durante aquellas en las que necesitaba alejarme de pensamientos que no me convenían.

Foto de Ave Calvar Martínez en Pexels

Cuando me encontraba tan mal que el peso del móvil en la mano era casi demasiado, venía aquí para reír, para llorar y para lo que hiciese falta. He intentado aportar y ayudar en el foro a quien, por lo que fuese, también lo estaba pasando mal. He jaleado y me he partido de risa con algunas historias, se me ha quedado el corazón tocado y blandito con muchas otras. También me he enfadado, me he indignado y hasta me he puesto vehemente con algunas. Para bien, para mal, para regular y para genial, habéis estado ahí cuando más os necesitaba. Por eso os doy las gracias. Por eso quiero seguir acudiendo a vosotras ahora que ya estoy mejor. Quiero seguir leyendo, participando, dando mi opinión en los foros y ojalá pronto poder contaros que me han dado el alta y que ya estoy al 100 % por aquí.

 

 

Relato escrito por una colaboradora basado en la historia que nos ha narrado una lectora

 

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