Hacer el amor, follar, echar un polvo, triscar, echar un kiki… Hay tantas maneras de llamarlo como tipos de polvos existen. Los hay lentos y suaves, de esos repletos de besos y caricias; también los hay conejeros y rápidos, esos en los que como te desconcentres un segundo, te los pierdes. Y, para las que no lo sepáis, existen también los polvos técnicos, muy muy técnicos.
Cuando una pareja decide tirarse a la piscina de la maternidad/paternidad la idea inicial siempre es la misma ‘¡buah! Vamos a follar como locos, ¡qué maravilla!‘. El primer mes tu vida parece el Kamasutra hecho realidad, cada folleteo es una nueva oportunidad para concebir así que sexo everywhere, donde y como sea. Pero el paso de los meses y la no llegada del embarazo puede frustrar hasta al más fuerte y cuando llevas más de seis meses de búsqueda, la cosa cambia.
‘Todo es relajarse‘, es la premisa más repetida en estos casos. Relajarse y no tirar jamás la toalla, que si la labor fuese terrible, pero follar ¡eso nos gusta a todos! Esto en teoría, porque una vez más la cabeza no para y muchas parejas llegan a asociar el sexo con un deber necesario para concebir, y punto, lo de gozar y quererse se envía al cajón del olvido hasta nuevo aviso.
Marcas en un calendario los días en los que es obligatorio chingar, sí OBLIGATORIO, como si de pasar la aspiradora se tratase. Da lo mismo que ese día hayas discutido a saco con tu chico, porque hay que hacerlo aunque sea mecanizado y sin mimos ni preliminares. Todo muy romántico, como veis.
Si por casualidad ese día en concreto os apetece y estáis a tope de calientes, en tu cabeza se aparece un buen listado de detalles que no debes olvidar para poder quedarte embarazada. Ojo aquí porque no tienen desperdicio:
1/ Llegar al clímax, sí o sí
Es imprescindible que ambos lleguéis al orgasmo. Es decir, que aquí la historia no es que él se corra y se acabó. El orgasmo femenino ayuda y está demostrado. Las contracciones del útero durante este momentazo de placer son buenísimas colaborando con los espermatozoides para que lleguen al cuello del útero, real. Por lo tanto, basta que quieras llegar al éxtasis y correrte como nunca para que de la impresión de que el orgasmo no va a llegar nunca. ¡Qué duro es quererlo y no tenerlo!
2/ Se acabaron las posturas extravagantes
No todas las posturas son óptimas para la concepción. Perrito y misionero son las más recomendadas, por eso de que el semen se mantenga dentro del cuerpo de la mujer sin salirse demasiado. Lo suyo es que durante la eyaculación el pene esté lo más dentro posible, así que se acabaron los movimientos de contorsionista. Toca agarrar bien fuerte las nalgas de nuestro maromo para que aquello llegue a donde tiene que llegar.
3/ ¡Patas arriba, esto es un atraco!
En relación con lo anterior, muchos te dirán que al terminar es fantástico apoyar tus piernas en el cabecero de la cama (o la pared) y descansar unos diez minutillos en esa posición. Nada de acabar y salir corriendo al baño a hacer pis y limpiarte bien la zona, y de duchitas ya ni hablamos. Tú allí te quedas, con un cojín bajo el culete para levantar un poco más la zona y esperando que la naturaleza (y la gravedad) hagan su trabajo.
4/ ¡Qué no te coman el coño!
Esta fue una de las recomendaciones que, valga la redundancia, muchas nos pasamos por el toto. Según los científicos del ICCN (Instituto del Coito para la Concepción Natural, que no existe pero suena muy pro) la saliva es un exterminador de los espermatozoides. Por lo que si te hacen un buen cunilingus y después se corren en esa misma vagina todo bichillo vivo va a morir bajo los terribles sufrimientos de las babas asesinas. Lo mejor de todo es que sobre el sexo oral a hombres no dicen nada, así que suponemos que esta idea ha sido difundida por hombres vagos y muy egoístas.
5/ La magia del lubricante
Las malas lenguas (y las buenas también) dicen que existen unos lubricantes específicos que dan un empujón más al esperma para llegar al óvulo, qué técnico todo y que poco morbo, ¿verdad?. Los médicos lo apoyan, los lubricantes al uso no están recomendados para las parejas que busquen un embarazo, pero eso no significa que haya un mejunje mágico que convierta en súper esperma el material de tu chico. Gastarse la pasta en un bote de lubricante pensando que va a ser la solución a todos los problemas es un error, huye mujer.
¿Cómo no volverse loca con tanta información durante un solo polvo? ¿Cómo concentrarse en disfrutarlo si solo nos centramos en el objetivo final? En ocasiones como esta qué grandioso sería poder desenroscarnos la cabeza para así no pensar en nada, solo dejarnos llevar y saborear cada segundo del sexo. Polvos mecanizados nunca máis, por favor.