Pues ahí estaba yo, a una llamada de teléfono más cerca de vivir la experiencia sumiller completa.
Y es que durante un tiempo tuve quedadas esporádicas con un chico que no era de mi ciudad.
El susodicho, (Mr.Business a partir de ahora) venía a la city de higos a peras por trabajo. Y ahí, es donde una, como buena samaritana, pues le hacia de guía turística, entre otras cosas.
Normalmente me avisaba con tiempo para organizarme, pero en este viaje relámpago, el muchacho me había advertido de que probablemente no tuviera tiempo de vernos.
Pero que me avisaba de que estaba en la ciudad, just in case….
El caso que no daba un duro por vernos, ya que venía con todo el pack. Que si todo el día de reuniones, que si iba a acabar tarde, cena de trabajo y demás… ya tu sabes.
Pues bien, estando en un nivel 100 en la escala del vestuario casero, y me refiero a que me faltaban los rulos, porque la bata de guatiné ya la tenía. Recibo la llamada del ahorro y empieza mi dialogo interno.
Yo: Joder con lo a gusto que estoy aquí instalada, no me mueven ni con grúa.
También yo: Pues ha acabado antes de lo esperado, la verdad es que me apetece jarana…
Yo: Ni de broma me levanto, ya le veré la siguiente vez
También yo: Va con lo bien q te lo pasas, ya sabes, polvo no echado polvo que no vuelve. ¿En serio?
Yo: Pues sí, pero bueno con asearme un poquito nos vale… si ya hay confianza…
También yo: Así me gusta, a ver que nos tiene preparado Mr.Business…
Mr.Business: Venga anda, que hay una degustación de vinos y quesos franceses en el hotel, te mando un Uber y te espero en la recepción.
Yo y También yo: Uy con lo que me gusta el vino! y el queso!! y el francés!!
Hablando de francés… vale que hay confianza pero prefiero depilarme un poquito, que me ha pillado en plena fase 4 del crecimiento capilar.
Venga pues algo rapidito, no? a la que te metes en la ducha, te haces el lavado del gato, pasa por ahí la cuchilla y lo que se lleve se ha llevado. Tampoco te esmeres demasiado a ver si se va a acabar el vino, o el queso… ¡que no has cenado!
Total, que me atuso y me presento en el hotel preparada para mi cata de vinos y quesos, y sobre todo para mi francés.
«Pues muy bien to» Mr.Business está igual, aunque me parece que ya ha catado algún vino… así que entre queso y vino, magreo al canto.
Cómo subimos a la habitación os lo podéis imaginar. Nos llevamos una botella de vino porque queríamos seguir jugando a ser sumilleres, pero a nuestro play.
Digamos que le habíamos encontrado el punto erótico al rollo sumiller, que si mira, que si huele,, que si bebe…bebo, bebo si..
Espera que voy al servicio, me dice…
Así que yo, envalentonada y reconocida por mis grandes ideas, me quito las bragas y me siento en el sillón espatarrada a lo versión aliexpress de Sharon Stone en instinto básico.
Bah, esto le va a encantar, espera, coge la botella de vino y las copas, ya verás cuando salga que sorpresa…
Aquí llega…me parece que quiero probar el vino de otro sitio, me dice mientras se arrodilla. Ay omaíta menos mal que te has quitado los rulos!!!
Esto tiene pintón, ya vamos al temita, le da un sorbo a la copa y de pronto, usa mi coño cual escupidera de degustación!!
Ahhhhhhhh! Joderrrr!
Se acabó el erotismo y el calentón de golpe!!! El alcohol en mi recién rasurado sexo empieza a escocer de tal modo, que a Mr.Business casi le da un infarto del grito que metí.
Y entre risas y a la voz de escuece, quema, escueceeeee!! salió corriendo a por una toalla mojada e hicimos lo que pudimos para mitigar aquel quemazón…
Una cosa estaba clara, disfrutamos de la experiencia sumiller completa y de postre tuvimos «coño a lo crème brûlee»