Este texto no es un alegato defendiendo el sexting ni criticándolo. Vosotras sabréis lo que hacéis con vuestro cuerpo, nadie más tiene que opinar. Eso sí, como alguien me diga “uy es que si luego se filtra una foto tuya ya verás que disgusto”, saco uñas. Si el día de mañana mis fotos son públicas la culpa será del mamarracho que las compartió, no mía por enviarlas. Dicho esto, vamos al meollo de la cuestión.

Hace un par de meses conocí a un chico y el flechazo fue instantáneo. No voy a hablar de amor, sino de química. Estaba tremendamente bueno y cuando empezamos a conocernos mejor resultó ser majete. Compartíamos gustos, aficiones y me parecía respetuoso, divertido e inteligente. Tras tres semanas de tonteo acabamos follando en mi piso durante horas. Not bad.

El finde pasado yo me fui a la capital a derrochar en el Primark de Gran Vía y él se quedó en su casa. Tras dos meses follando prácticamente a diario, el viernes por la noche empezó a cosquillearme el chichi. La conversación se encendió y acabamos guarreando como adolescentes.

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Los mensajes guarros derivaron en fotos y descubrí algo que jamás me habría imaginado: me encanta verme desnuda.

Frente a la cama de mi hotel había un espejo gigante que fue el protagonista de mi sesión de fotos. Para que os hagáis una idea, posé de todas las maneras. Un par de horas después había analizado al detalle cada parte de mi cuerpo. Mi culo, mi coño, mis muslos, mi tripa, mis pechos, mi cuello, mi espalda, mis pies… Todo menos mi cara, que no me gusta sacarla en las fotos guarras.

Me vi tal cuál soy, celulitis y estrías incluidas, y qué queréis que os diga, ¡me encanté!

No es lo mismo verte en el espejo de refilón al salir de la ducha que observar detenidamente las fotos en bolas que quieres mandarle a tu ligue. Para mí fue un shock de realidad. Ojo, no todo me gustó. Había ángulos en los que me veía horrible y fotos que tuve ganas de borrar, pero no lo hice. Las miré detenidamente y comprendí que esa también era yo, con la espalda encorvada y los michelines sobresaliendo.

No os voy a decir que hagáis sexting, porque eso es algo muy personal, pero os animo a todas a observaros, a fotografiaros en la intimidad de vuestra casa y a conocer vuestro cuerpo mejor.

Descubrid al detalle cada uno de vuestros rincones y valoradlos, porque al fin y al cabo es piel. Piel morena, piel pálida, piel despigmentada, piel con manchas, piel tersa, piel colgandera, piel con pliegues, piel con pecas… Piel que alberga tu cuerpo, tu pensamiento, tu vida entera. Quiérela, mímala, valórala.

 

Anónimo