Hace unos semanas me despertaba con la noticia de que Instagram había prohibido las publicaciones que instan a seguir una determinada dieta o consumir ciertos productos adelgazantes. Una noticia, a primera vista positiva, que no deja de confirmar lo que es evidente: Vivimos totalmente inmersos en la cultura de la dieta

Es cierto que ya no se llevan las dietas que hacían nuestras abuelas, la de ensalada y pechuga a la plancha ¡Aleluya! pero que no nos engañen, por mucho nombre cool que tenga una dieta, una dieta es una dieta. Punto. 

Quizás pienses “uhhhh, yo no estoy a dieta”. Y vale, puede que no estés siguiendo una dieta keto o una dieta con herbalife u otras empresas de dudosa ética. Pero quizás sí que estás intentando seguir un “plan detox” o comer en plan “clean”. Quizás lo has querido adoptar como un “healthy lifestyle”… pero querid@, siento decir que eso es también una dieta. 

Y es que si estás siguiendo reglas, si tienes días de descanso, si tienes un margen del 10% de tu alimentación para consumir determinados alimentos, si cuentas puntos, calorías o macros, si te dicen qué, cuánto y cuándo comer, si tienes alimentos con los que no sentirte culpable… ES-UNA-DIETA. (Y encima, las dietas no funcionan)

Es así porque no estás teniendo poder de decisión respecto a qué, cuánto y cuándo comer. Son elementos externos los que te están influyendo y estás dejando en manos de un gurú de instagram o una app algo tan personal como es tu alimentación. Estás dejando de escuchar las señales que te envía tu cuerpo sobre sus necesidades y todo porque te han vendido que no puedes confiar en ti. Y eso, puede alterar nuestra relación con la comida. ¿Quieres saber si las dietas que has seguido han alterado tu relación con los alimentos? Puedes hacer este test.

A lo largo de mi vida he experimentado 4 grandes revoluciones: La elección de mi vocación como carrera universitaria, mudarme justo encima de mi pizzería favorita de Barcelona, la sustitución del sujetador por pezoneras y la alimentación intuitiva (más conocida por su término anglosajón Intuitive Eating)

“Pero a ver, ¿qué es eso?” Me preguntó con cierta indiferencia mi mejor amiga cuando le dije que estaba informándome sobre el Intuitive Eating. Entonces, mi respuesta fue algo así como “Pues tía, es escuchar lo que tu cuerpo quiere comer y comerlo” Y me quedé tan ancha.

sandwich
Olvídate de cosas como esta…

A día de hoy, algo de lo que me siento muy contenta es que tampoco tengo mucho más que añadir a la simple descripción que le di a mi amiga. A grandes rasgos es eso, pero como quiero que quede más bonito, voy a perfeccionar la definición: Intuitive Eating es un enfoque sistemático para deconstruir las normas respecto a la alimentación, eliminar la preocupación y la ansiedad por los alimentos, y volver a aprender a comer, desde cero, utilizando las propias señales internas de hambre, saciedad, placer, satisfacción, resistencia y bienestar.

Así, volvemos a ser dueñ@s de nuestra propia alimentación, confiando en nuestro cuerpo y en las señales que éste nos envía

Para comprender la Alimentación Intuitiva es imprescindible conocer sus 10 premisas:

  1. Rechaza la mentalidad orientada la dieta.
  2. Honra tu hambre: Escúchala y aliméntate.
  3. Haz las paces con la comida: No existen alimentos buenos y alimentos malos.
  4. Desafía a tu “policía de los alimentos interior”: No eres “buen@” ni “mal@” por comer o no comer algo.
  5. Respeta tu saciedad.
  6. Descubre la satisfacción: Come lo que te apetece y lo que tu cuerpo te pide en un entorno y un estado emocional que sean agradables para ti.
  7. Honra tus emociones sin usar la comida: Aprende a gestionar tus emociones sin utilizar a los alimentos, fomenta otros recursos.
  8. Respeta cómo es tu cuerpo.
  9. Practica el movimiento intuitivo: Haz la actividad física que te apetezca, cómo, cuándo y con la intensidad que quieras. La clave es disfrutar.
  10. Honra tu salud física y emocional.

Como decía, para mí ha supuesto una revolución en la forma de alimentarme y en la percepción de mi propio cuerpo. Adoptar la Alimentación Intuitiva es un proceso distinto para cada persona. Para mí, resultó bastante sencillo. Aunque es cierto que hubo momentos de duda, pues tuve que aprender a detectar y honrar mis señales de hambre y saciedad. Tuve que vencer el miedo a “dejarme llevar”, ya que a veces tenía la sensación de que si compraba ese paquete de galletas de chocolate y me comía una o dos… iba a acabar comiéndome el paquete entero. Pero no es así. ¡Ah! Tuve que aceptar que mi cuerpo engordara al principio, pero acabó encontrando la manera de equilibrarse. Mis analíticas son perfectas, tengo una salud de hierro y nunca el acto de comer ha sido tan placentero para mí. Así pues, ¡Bendita cuarta revolución de mi vida!

Ariana Sabaté

Psicóloga y Directora de CuerPositivaMente