¡Hola, chicas! Os escribo este e-mail porque por fin lo he conseguido, después de AÑOS de esfuerzo, de terapia y de mucho leeros ha llegado el día: ¡¡¡El día que fui al gimnasio y por fin me sentí la más diosa en clase de zumba!!!

Yo lo he pasado siempre muy mal con mi cuerpo, soy una mujer alta y gorda, tengo el pack completo. Soy una tía súper grande y se me ve venir de lejos, he tenido todos los complejos disponibles dentro del catálogo que hay para gordas y también tenía miedo, mucho miedo por absolutamente todo.

Me daba miedo comer en público, me daba vergüenza hacer la compra por si la cajera juzgaba qué tenía en el carrito y sobretodo… tenía pánico a hacer deporte. Me da vergüenza hacerlo en público y yo sola en casa no tenía ni puñetera idea ni de por dónde empezar.

Después de muuuuuuuchas horas invertidas, finalmente lo conseguí: me apunté al gimnasio. Tardé más de un mes en ir, pero la tontería de acercarme, pagar la matrícula y tomar la decisión para mí ya fue un paso de gigante, de verdad os lo digo.

Luego (aconsejada por mi terapeuta) no me presioné y lo hice todo muy poco a poco, al principio solamente llegaba a la puerta, entraba y salía (la gente seguro que pensaba que estaba loca). Luego iba yo sola a mi cinta de correr, me ponía mi música y poco a poco me iba sintiendo menos observada.

Después di el salto a la elíptica y oye, ¡ni tan mal! Hasta que una chica que coincidía casi siempre en horario conmigo me habló, me dijo que si quería ir a una clase de spinning con ella y yo la verdad es que para la bici soy un poco patosa, pero con la emoción de tener una amiga de gimnasio le dije que sí.

El día que fui al gimnasio y por fin me sentí la más diosa en clase de zumba

Fui a la clase y nadie me miró, no me sentí juzgada, me encantó la música y qué coño, me lo pasé francamente bien. El siguiente paso a dar era la temida clase de zumba. A mí me FLIPA bailar, aunque no se me dé genial, pero tengo un poco de trauma porque de pequeña se reían mucho de mí…

Pero bueno, habíamos ido a por todas y a por todas iba a ir. En la primera clase me salí antes de entrar, en la segunda me fui a la mitad, en la tercera antes de que acabara y a la cuarta conseguí aguantar los 50minutos. Poco a poco me fui adaptando, soltando y gozando. Encima hay super buen rollo en esa clase y todo el mundo es majísimo.

Y hoy, después de dos meses yendo lo puedo decir con la cabeza alta ¡¡¡hoy lo he dado todo en clase de Zumba!!! Ya me sé las canciones, me río con mis compañeros y el profesor es simplemente lo más. Me he sentido Diosa y sexy, os lo juro, es que quién me lo iba a decir a mí.

Así que bueno, empiezo el 2022 orgullosa de mí misma, puede que para la gente sea una chorrada, pero para mí es una victoria infinita y en parte os la debo a vosotras. Así que… ¡¡GRACIAS!!

Intentad disfrutad de las cosas que os gustan en entornos seguros,

daos el tiempo que necesitéis y sed muy felices <3 

Foto de Andrea Piacquadio en Pexels

 

Anónimo