Este es un mensaje para todas aquellas que ya no saben lo que hacer para echar un polvo, no estáis solas.

Ayer mismo se cumplió mi primer año sin sexo y creo que todo esto empieza a afectarme realmente. Desde que perdí la virginidad con 19 años no me había pasado tal cosa, que diréis que vaya suerte la mía, pero las cosas como son… Y que a mis 32 años tenga que estar mendigándole a mi Satisfyer un orgasmo más, es como ya muy heavy. Cualquier día lo saco del cajón y el pingüinillo me mira y me dice ‘mira tía, ya vale, búscate un ligue o algo, que se te va a desgastar la pepitilla’.

Es que además siendo una persona tan sexual como soy, en todo este año he pasado momentos de verdadera locura porque al no tener sexo con nadie es como si me encendiera casi sin pensármelo. Pero si el otro día se cayó una señora en el autobús y gimió un par de veces del dolor mientras la levantábamos del suelo y a mí se me puso la parrusa a dar palmas… ¡soy una puta loca!

¿Vosotras creéis que el himen se regenera? (Pregunta irónica) Más que nada pregunto porque no hace muchas semanas se me dio por montarme una especie de combi sexual y en medio de mi locura me puse el Satisfyer en el asunto mientras me metía un vibrador por el coño. La cosa no funcionó en absoluto porque por más que lubriqué el vibrador y que yo estaba salida perdida, aquello era como intentar meter una salchicha frankfurt por el agujero de una aceituna. Me di por vencida no fuese a ser encima terminar en el hospital por haberme intentado empalar con un falo mientras el pingüi me absorbía el clítoris.

Yo es que para la masturbación nunca he sido muy de penetración, pero digo yo que si con el Satisfyer solo voy así de salida, lo mismo es que mi vagina quiere visita. Pero yo sola, con vibradores de todos los tipos, no soy capaz, no cojo el ritmo y no logro que eso funcione. Estoy condenada a que mis bajos echen el cierre por cese de negocio.

Yo ya sabía que estas cosas podían pasar. Que en enero del año pasado cuando mi novio de entonces me dijo que se había enamorado de otra pues pensé ‘nada, ale y que te vaya bonito’. Lo que no me esperaba yo era una pandemia mundial que me ha obligado a ir del trabajo a casa y de casa al trabajo casi todo el año. Y vosotras me diréis que a ver qué hice en verano, que ahí vivimos casi libres de pandemia y pude haberme buscado un ligue o una cita Tinder de esas que te dan un buen viaje. Pero mi verano fue escaparme al pueblo a ver a mis padres, a los que hacía meses que no veía. Y creedme, en el pueblo de mis padres como no quedes con un becerro o con Pepe el que regenta el bar, olvídate.

Soy sanitaria, trabajo en la UCI de un hospital y no creo que sea el mejor año para jugar a la ruleta del covid con desconocidos. Entiendo que los demás lo hagan porque quizás no son tan conscientes de lo que hay al otro lado de las paredes del hospital, pero hablando en serio, mi situación en buena parte la he generado yo por no querer juntarme con nadie.

Así que sí, puedo decir que mi sequía sexual es también un daño colateral del maldito coronavirus. Potorros del mundo, no es que os hayamos puesto en cuarentena, es que está el momento un poco complicado para sacaros a la luz con cualquiera. Ya llegará vuestro momento de gloria, de volver a disfrutar de un buen meneo y de esos polvos que nos dejan el cuerpo tiritando. Va ya un año y seguimos sumando, pero así cuando podamos volver ¡el polvazo va a ser de escándalo!