Muchas veces terminamos nuestras relaciones de pareja odiando a la otra persona: desde simples diferencias irreconciliables que se acaban haciendo bola hasta problemas de cuernos, pasando por relaciones tóxicas y dañinas, lo habitual suele ser acabar no queriendo saber nada de la otra persona. Sin embargo, hay relaciones que llegan a su fin cuando se acaba el amor, pero no necesariamente el cariño: hay veces en que simplemente dos personas no están en el mismo momento vital y lo mejor que pueden hacer es romper como pareja para evitar hacerse daño. 

Algo así fue lo que nos pasó a mi pareja y a mí: llegó un momento en que nos dimos cuenta de que no bastaba con quererse mucho. Ninguno podía darle al otro lo que necesitaba y por más que lo intentábamos no llegábamos a un punto en común. Por eso decidimos dejar de intentarlo y, tras una breve temporada alejados mientras nos curábamos, seguimos siendo grandes amigos, hasta el punto de que mi actual pareja y él se conocen y se llevan bastante bien.

Pero por supuesto siempre hay gente que tiene que meterse en las vidas ajenas y opinar sobre lo que no les incumbe, y en el caso de nuestra ruptura, teniendo en cuenta además que casi todos nuestros amigos pertenecían al mismo grupo, no iba a ser menos. 

Esta es una pequeña lista de las cosas que he tenido que aguantar por seguir teniendo amistad con mi ex:

 

1._ Acusaciones

 

Lógicamente hubo mucha gente que no tardó en ponerme de ‘’guarra’’ para arriba. Me gané fama de ser la mayor de las manipuladoras y aunque nadie me lo dijo a la cara, me consta que se propagó el rumor de que no sólo había puesto los cuernos a mi pareja, sino de que intentaba mantenerlo cerca de mí para cuando no tuviese a nadie a quien tirarme. 

Supongo que toda esa gente no sabe que cuando me encontré a mi ex en Tinder estuve dándole consejos sobre qué fotos poner y qué escribir en la biografía.

 

2._ Abandono

 

¿Sabéis estas superamiguis turboguays que te quieren, te adoran, te idolatran, con las que tienes tanto en común y con las que crees que vas a poder contar en momentos tan duros como una ruptura? Pues sí, yo tenía unas cuantas y dejaron de hablarme.

Como leéis.

Imagino que se pusieron del lado de mi ex, aunque lo cierto es que por suerte en esta ruptura no hubo bando alguno.

 

3._Exclusión de planes

 

Así es, algunas de esas superamiguis turboguays que solían contar conmigo para todo empezaron a darme de lado a la hora de hacer planes, no fuera a ser que mi pobre ex se sintiera incómodo en mi presencia. ¿Qué más daba que el mes antes de su cumpleaños ambos hubiéramos ido juntos a un concierto para el que me había regalado entradas antes de cortar? ¡Ellas sabían mejor que él que EVIDENTEMENTE no le apetecería verme en su fiesta de cumpleaños! 

¿Lo más gracioso? Que él mismo me contó que le habían hecho un regalo que…en fin…no le había gustado demasiado, mientras que cinco años después aún conserva el regalo que yo le hice.

Aiins, inconscientes…si tan sólo hubieran contado conmigo, que tan bien le conocía después de haber sido su pareja…

4._ Red de espionaje

 

De repente, mis amigos ya no eran mis amigos: eran mi nueva pareja, mi más reciente rollo o incluso mi amante durante mi relación con mi ex. Si alguien conocido me veía por la calle con alguno de ellos no tardaba en informar a mi ex del dónde, cuándo y con quién, y si de paso podían adornar la verdad con algún detallito morboso, mejor que mejor.

Lo que se les había escapado a mis ‘’espías’’ es que mi ex no sólo sabía de sobra con quién me juntaba, sino que agradecía de corazón a esos amigos que siguieran a mi lado y no se hubieran dejado llevar por guerras de bandos absurdas.

 

5._ Buitres

 

Por todas es conocido que hay tíos que acechan como carroñeros a las mujeres que estamos pasando por un momento emocionalmente vulnerable para lanzarse a nuestro cuello cuando más débiles creen que estamos. Pero de entre esos carroñeros hay un tipo especialmente turbio: aquellos tíos que parecen encontrar un siniestro places en enrollarse con la ex de un amigo suyo. Me recuerdan a los perros yendo a mear donde ha marcado otro perro anteriormente, solo que a ver…los perros son perros. Ver a un ser humano con esas actitudes es realmente asqueroso.

 

6._ Más rumores

 

Pasado un tiempo prudencial (por nuestra salud mental, más que nada), mi ex y yo empezamos a quedar de nuevo como amigos y a coincidir en planes. En un cumpleaños en casa de un amigo se propagó el rumor de que nos habíamos ido a follar a una habitación obviando por completo el pequeño, nimio, minúsculo detalle de que estábamos cuidando de un amigo que había bebido demasiado. Desde ahí todo fue cuesta abajo y sin frenos: parece ser que nos habíamos reconciliado, pero de momento sólo estábamos de rollo y a ver qué pasaba, aunque en realidad estábamos juntos pero teníamos una relación abierta…En fin, que seguro que alguna de las historias que se inventaron sobre nosotros se me está quedando en el tintero, porque desde luego fueron muchas y muy variadas.

 

Aunque de todas las habladurías, historias, gilipolleces y penas al hombro, mi favorita era y sigue siendo la más sencilla: Es que no es normal llevarte bien con una ex pareja. Así es, había gente que nos criticaba por algo tan simple como no haber terminado nuestra relación tirándonos los trastos a la cabeza. Y qué queréis que os diga, esas personas a día de hoy me dan mucha pena, porque mientras yo tengo la fortuna de tener un exnovio que es un gran amigo y un novio que no tiene ningún problema con esto, estas personas me demuestran que sólo entienden las rupturas de una manera agresiva y bélica, en la que dos personas que se han querido acaban siendo enemigos mortales.

Porque por supuesto que yo no tengo esta relación con todas mis exparejas, pero porque ni todas las relaciones ni todas las rupturas son iguales.

 

Con1Eme