Siempre he estado muy delgada. De hecho, he sido de ese grupo de personas a las que se les considera “afortunadas” porque no engordan ni pa’tras y comen lo que les da la gana…Hasta que engordé. 

Como seguramente muchas de vosotras, la cuarentena me afectó en muchos aspectos y uno de ellos fue el cuerpo. Empecé a engordar bastante rápido a causa de la ansiedad que me generaba mi vida en ese momento: perdí el trabajo, encierro en casa, mis dos hijos…Y cuando pensaba que eso era lo peor que podía pasar, tocó volver a las calles y encontrarme con las miradas y comentarios del resto de la gente. 

Claro que había oído lo de que a la gente gorda le hacían comentarios sobre su salud pero sinceramente me costaba imaginarme la situación. Para mí el engordar no era tan grave como lo que me estaba pasando por dentro y en seguida fui al médico para que me echaran una mano con ello y lo que me impactó fue que, de repente, todo mi entorno estaba preocupado por mi salud al haber cogido peso. Me decían cosas como “ahora te toca volver a cuidarte”, “con lo bien que has estado siempre, procura volver por salud”, “no te descuides”, “es una pena que te hayas dejado”…Señores, ¿WTF? 

Vamos a ver, que toda mi vida he desayunado donetes, donuts, galletas con chocolate y todos los derivados de la sección. Que he bebido cerveza los fines de semana. Que me he llegado a comer dos pizzas medianas para cenar y quedarme tan ancha. Que me he tirado meses sin ir al gimnasio porque odio sudar…¿Por qué nadie me decía nada entonces?

Que el cuerpo que tengo hoy puede ser perfectamente el resultado de todos los hábitos poco saludables que he llevado durante años los cuales NUNCA me habéis cuestionado. Que me he tirado años pensando que como no engordaba, podía hacer siempre lo que me diera la gana y puede que ahora esté pagando las consecuencias pero no es ahora cuando necesito vuestros sermones, sino cuando pese a ser delgada no cuidaba mi cuerpo y todos me aplaudíais porque “podía permitírmelo”. 

Me arrepiento lo más grande de haberme creído inmune a todo, y no hablo de engordar porque eso para mí es LO DE MENOS, sino de haber tratado a mi cuerpo sin ninguna conciencia y pensar que conmigo no iba la cosa solo por estar delgada. Ahora me doy cuenta no solo de que el cuerpo puede cambiar, sino que lo que hagas hoy puede tener un impacto a largo plazo y de eso NO TE HABLAN. ¿Sabéis la de veces que he oído “tú no tienes que preocuparte por lo que comes, porque estás delgada y lo quemas enseguida”? ¿Cuántas me han repetido lo de “a ti no te hace falta cuidarte lo que comes ni moverte más”? Dejad de aplaudirnos a las personas delgadas por estarlo y ya que al parecer os preocupa tanto la salud de las personas, preocuparos de la de TODOS, no solo la de los gordos porque nunca me había encontrado con la situación de ir al médico y que me mandara perder peso antes de derivarme a un psicólogo, ni me había encontrado con que mi familia me mirara de arriba abajo con desprecio por mi nuevo cuerpo y eso NO ES JUSTO.

Se nos vende demasiado la idea de que los cuerpos delgados están sanos y los gordos enfermos. Nos hacen creer a las personas delgadas que no tenemos que cuidar nuestros hábitos porque tenemos el cielo ganado por la talla del pantalón y eso no es verdad. En mi caso ha sido ansiedad pero podría haber sido cualquier otra cosa, incluso mucho más grave, y haberme pasado estando delgada así que por favor, plantearos si lo que os preocupa es la salud de la gente o simplemente lo gordas que estemos. Porque tiene tela.  

 

Anónimo

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