No soy la suegra perfecta, pero yo lo intento

 

Yo no tuve una buena suegra, la verdad sea dicha. Tampoco es que fuese la personificación del mal la señora, pero su comportamiento y sus actitudes conmigo dejaban muchísimo que desear.

Hablo en pasado, no porque falte, sino porque cuando me divorcié de mi marido, me divorcié también de ella y su lado oscuro.

No sé si se nota, las que pasé por culpa de esa mujer me dejaron traumita.

De hecho, una de las primeras cosas que me prometí a mí misma con respecto a mi relación con mis hijos fue la de ser una buena suegra para sus parejas. Y fue una promesa que me hice siendo ellos unos niños pequeños.

Ahora que han pasado los años y mis hijos tienen parejas formales, puedo decir que soy fiel a mi palabra. Porque sé que no soy la suegra perfecta, pero yo lo intento. Lo intento cada día y con todas mis fuerzas.

No soy la suegra perfecta, pero yo lo intento
Foto de cottonbro en Pexels

Quiero ser una buena suegra. Como poco, me esfuerzo en no convertirme en una SUEGRA en el peor sentido de la palabra. Trato de evitar caer en las típicas conductas que han protagonizado vuestros Suegradramas (gracias por la ayuda, por cierto). No me meto en las vidas de mis hijos, mucho menos en las de sus parejas. No opino si no se me ha preguntado y me cuido mucho, muchísimo de meterme donde no me llaman. Nunca me entrometo. En nada. No importa las ganas o el impulso que pueda sentir. No lo hago. Tampoco critico, si no tengo nada bueno que decir, me callo la boca.

Por otro lado, una de mis máximas en mi rol de suegra es la de cada uno en su casa y dios en la de todos. Voy si me invitan, por supuesto. Y yo invito a la mía a menudo. Cuando surge, no cuando toca. Cuando puedan y les apetezca, no todos los domingos por el artículo 33.

 

No soy la suegra perfecta, pero yo lo intento

 

Pero no solo se trata de omitir esos comportamientos de la típica suegra/bruja/bicho/ser maligno tan estereotipado, también intento que sean mis actos los que me definan como buena suegra.

No soy la suegra perfecta, pero yo lo intento
Foto de Craig Adderley en Pexels

Intento estar ahí cuando me necesitan, tanto para mis hijos como para sus parejas. Ayudar en lo que pueda. Dar consejo si me dejan claro que quieren recibirlo.

Entiendo que han formado sus propias familias, respeto sus modos de vida.

Trato a mis nietos por igual, lo cual, pese a que puede parecer una obviedad, no lo es para nada. Mis hijos saben bien lo que es que una abuela haga diferencias. Y yo no quiero hacerle eso ni a mis nietos ni a sus padres.

En resumen, no soy la suegra perfecta, pero lo intento. Como tampoco soy una persona perfecta, aunque intento ser siempre mi mejor versión.

Y es que entiendo que, al final, la cuestión se reduce a eso, ¿no?

¿Seré una buena suegra simplemente siendo una buena persona? ¿O hay algo más?

 

Anónimo

 

Envíanos tus vivencias a [email protected]

 

Imagen destacada de cottonbro en Pexels