Tal vez resulte evidente que una mamá que ha tenido una cesárea es mamá. Parece casi ridículo tener que afirmar que tener un hijo a través de una cesárea también es parir y no se es menos madre por ello. Pues, aunque parece algo obvio, aún hay mucho alelado (por no llamarlos algo peor) que se atreven a decir que si has tenido una cesárea no has parido de verdad.

Aquí presente, mamá de dos niños, dos cesáreas, y no sabéis la de veces que he tenido que aguantar comentarios del tipo:

“Entonces no tuviste dolores”

Vamos a ver, por donde empiezo… Mi primer hijo no quería salir, me provocaron el parto y después de treinta y seis horas de contracciones, me tuvieron que hacer una cesárea porque no dilataba. Treinta y seis horas. Ya te digo yo que sentí dolores.

Con mi segundo hijo, íbamos por el mismo camino. Semana 41 y que no me ponía de parto. Con mis antecedentes y visto lo que pasó con el primero, mi doctora decidió programarme una cesárea. Entonces que pasa, ¿con mi segundo hijo no tuve dolores? Ya lo creo que sí, los tuve después, porque, aunque ya lo pasé mal con la primera cesárea, os aseguro que la recuperación de la segunda es mucho peor.

Yo no he tenido un parto vaginal, pero supongo que cuando te desgarras o te tienen que hacer la episiotomía para luego coserte entera, no tiene que ser agradable la recuperación. Pero al final la cesárea es una intervención quirúrgica, te abren siete capas de tejido para sacar a tu bebé. Siente capas que luego tienen que volver a coser.

No recuerdo momento más doloroso que cuando me tuve que levantar de la cama horas después de hacerme la cesárea. Porque esa es otra, al principio te tienen sondada y con medicación, al fin y al cabo, te han operado. Pero ese momento en el que por fin te quitan la sonda y te dicen que te vayas levantando de la cama, esa primera vez que te incorporas, yo quería que me volvieran a sondar y no levantarme nunca más en mi vida.

“La cesárea es el camino fácil”

La gente que hace esta afirmación debe de estar super desinformada. Una cesárea no es fácil, no es que me quede embarazada y diga, como no me apetece parir pues que me rajen la barriga. Lo normal es que, si te realizan una cesárea, ya sea de urgencia o programada, sea por algún problema médico, porque posiblemente está en riesgo tu vida o la de tu bebé.

Además de que una cesárea de urgencia puede ser bastante complicada: entras sola al quirófano y si te duermen entera, puede que despiertes sin saber donde está tu bebé.

“Tú no has parido de verdad”

Los médicos y las matronas que te tratan durante el embarazo no te preparan mentalmente para una cesárea. Te informan muchísimo sobre el parto vaginal, y te cuentan que puede ocurrir que acabe en cesárea por alguna complicación, pero, en mi opinión, en las clases preparto pasan por encima este tema, cuando es algo muy importante y más común de lo que pensamos. En España, uno de cada cuatro partos acaba en cesárea.

Muchas mujeres idealizamos el parto, queremos que sea lo más natural posible, te planteas hasta no pedir la epidural y te informas de técnicas de parto sin dolor. Pero cuando todo falla y tu hijo tiene que nacer por cesárea, nos sentimos decepcionadas con nosotras mismas, nos culpamos de no haber sido capaces de dar a luz por la vagina.

Pasar por una cesárea te puede machacar física y psicológicamente. Y que luego venga un cretino a decirte que no has parido de verdad porque te han hecho una cesárea, pues te puede hundir más aún. O te puede dar por mandarlos a freír espárragos, según te pillen.