No sé a vosotras, pero a mí las clases preparto no me sirvieron para nada. Es cierto que te explican un montón de cosas que, cuando eres mamá primeriza, desconoces. Pero en el momento del parto, creo que me sobraron todos esos conocimientos.

Cuando estás ahí empujando estás tú para acordarte de las respiraciones y de la relajación que te enseñaron en la clases. Solo piensas en que pase rápido y el bebé nazca bien. Y ya si es una cesárea, apaga y vamos. Supongo que cada una habrá tenido una experiencia diferente, porque cada parto es distinto, pero yo me podría haber ahorrado la preparación al parto y os cuento el motivo:

 

Inducción que acabó en cesárea

En mi caso, mi bebé no tenía ganas de salir así que, pasada las 41 semanas de gestación, me dijeron en el hospital que ingresaba tal día y que sería un parto inducido. Las que habéis pasado por eso ya sabéis en qué consiste: te ponen todo tipo de medicación para que el útero empiece con contracciones y se provoque un parto vaginal. Primero te introducen una especie de tampón en la vagina que se llama propess para que se dilate el cuello del útero, y luego oxitocina para provocar las contracciones. Una vez todo eso comienza, te suelen romper la bolsa para que se acelere el parto.

En mi caso, todo eso falló y acabé con una cesárea. Así que nada de empujar. Pero contracciones si que tuve, no os vayáis a pesar que todo fue indoloro. Y la recuperación de la cesárea es un tema bastante complicado, que muchas conoceréis seguro.

Parto de cine

¿Para qué sirven realmente las clases preparto?

Una cosa muy buena que te enseñan las matronas es a identificar si estás de parto y cuándo saber si tienes que ir al hospital o no. Mi caso como no me llegué a poner de parto de forma natural pues no me sirvieron de mucho: ni expulsé el tapón mucoso, ni rompí aguas en casa y por lo tanto no tuve que identificar si había roto la bolsa o me estaba haciendo pis encima (que muchas lo confunden), ni mirar el color del agua (te dicen que si ves sangre o un color marrón te vayas a urgencias pitando), ni tuve que contar cada cuanto tiempo me venía una contracción. Nada de nada.

Masaje perineal

Otra cosa que te enseñan en las clases de preparación al parto es cómo hacerte un masaje perineal para que tu vagina coja más elasticidad y esté preparada para el momento de dar a luz. Se supone que viene genial para el suelo pélvico y para evitar desgarros en el parto.

En mi embarazo, yo como era muy buena alumna, hacía todo lo que me decían en las clases, así que me hacía los masajes, que consistían en meterme los dedos pulgares, preferiblemente lubricados con aceite indicados para tal labor, e ir presionando poco a poco las paredes de la vagina. Te recomiendan que hagas esto a partir de la semana 32 o 33 de embarazo, unas 3-4 veces por semana.

Total, yo ahí, masajeándome mis partes para luego acabar en cesárea. Dinero gastado en aceites y tiempo perdido. Eso sí, mi suelo pélvico no sufrió porque mi hijo no salió por ahí.

Los cuidados del bebé y lactancia materna

Una parte súper importante de las clases preparto son los cuidados que debemos tener con nuestro hijo recién nacido y las maravillas de la lactancia materna. De cómo me trataron con el tema de la lactancia materna ya os hablé en otro artículo que os dejo por aquí por si os apetece leerlo. En cuanto al cuidado del bebé, pues bueno, hay consejos que me vinieron bien y otros que no. Por ejemplo, te dicen que para bañar al bebé el agua tiene que estar a 36-37 grados. Yo me compré un termómetro de bañera (compra inútil, ya os lo digo) para controlar la temperatura del agua. Pues los baños al principio eran un suplicio para mi hijo, lloraba como si lo estuviera torturando. Empecé a probar con el agua un poquito más caliente, y descubrí que el problema era ese, que 37 grados para mi hijo era agua fría, en cuanto empecé a bañarle en agua más calentita, se relajaba mucho y disfrutaba de ese momento.

Al final cada bebé es un mundo, y cada parto es distinto. Seguro que muchas de vosotras le habéis sacado una rentabilidad increíble a las clases de preparación al parto y estaréis flipando con mi experiencia. Pero de verdad que para mí fue tirar mi tiempo a la basura.