¡Ay! El Primer Amor… que bonito, que de verdad, que intenso, que todo…

La mayoría hemos experimentado esto del primer amor en la adolescencia o siendo muy jóvenes, cuando aún no sabíamos nada de la Vida ni del Mundo.

Entonces te cuelgas de aquel que te hace caso, te baila el agua y te trata… bueno, te trata, a secas. Porque muchas veces es un auténtico gilipollas, pero como estamos flotando en una nube donde todo es color de rosa y todo está edulcorado por esas sensaciones que genera el primer amor (y que estamos cachondas perdidas y no sabemos todavía lo qué es eso ni como controlarlo), pues hasta al mayor cafre de 17 años lo vemos como el único, inigualable e irrepetible.

Y qué tontería, ¿ehhh?

Lo vemos ahora con perspectiva y… ¡Qué vergüenza! Coladitas por aquel impresentable, haciendo todas aquellas locuras por “amor”… y así era… tan intenso, tan cegador…

Pero ¿era cosa del primer amor? o ¿era cosa de la edad?

Pensábamos que es una mezcla, esa revolución interior del enamoramiento de la primera vez, y la edad, la falta de experiencia.

Pues visto lo visto, definitivamente, es 100% efecto del primer amor. Tengo la prueba.

Porque a sus 40 (aunque lleva varios años cumpliéndolos) mi amiga Mari se ha enamorado por primera vez y… ¡Está muy pava! Tanto que se ha cambiado el color de pelo (porque a él le gustan rubias), ha comenzado a vestir con ropa imposible (porque él es de otro estilo) y no para de hacer actividades propias de la más tierna juventud (o de la edad del afortunado, 25 años).

¡Ay la Mari! Quién te ha visto y quién te ve. Tú sigues machacándote en el gimnasio entre semana para el fin de semana, que viene de estudiar tu enamorado, ponerte doblada de pizzas y hamburguesas. Después de 8 años sin fumar ni una calada te enciendes los pitillos con una naturalidad pasmosa. Tú que me echaste una bronca que ni mi madre cuando con 16 me fumé mi primer porro, ahora llevas librillos en el bolso. Tú con las cosas tan claras, tan entretenida con tu “de flor en flor” y con tus “aquí te pillo aquí te mato”… ahora te pones triste si no te manda un mensaje de buenas noches, te comes la cabeza si un jueves está de fiesta por la capital y tienes un enganche incontrolado a tu teléfono móvil.

Así que definitivamente… el Primer Amor tiene un efecto revolucionario en el las personas tengan la edad que tengan. Si es en la adolescencia ponemos esto como excusa, pero no, es que estamos encoñadas perdidas y nos dejamos llevar por la oxitocina y la cachondina.

No puedo decir más que: ¡Disfrutadlo! Mi amiga Mari otra cosa no, pero feliz… ¡Como una perdiz! Es probable que, como muchos de los primeros amores, acabe la cosa con la Mari llorando desconsolada, pero ¡oye! hasta que eso llegue… ¡¡¡Be Happy My Friend!!!!

 

@otto__bo