Muy bonitas las luces, muy bonitos los árboles, las bolas, los regalos, las gambas y el santo portal de Belén; pero alguien lo tenía que decir: ¡qué ganas de que termine la jodida Navidad!

Niños, prisas, comidas, platos que fregar, suelos que barrer, regalos que comprar, ¡que he pasado más tiempo en Mercadona estas dos semanas que en toda mi santa vida! ¡Que estoy AGOTADA! ¡Que no puedo ni quiero más!

alguien lo tenía que decir: ¡qué ganas de que termine la jodida Navidad!

No quiero más bombones Lindt, no quiero más Suchard, no quiero más visitas, no quiero más sobrinos, quiero a mis hijos en su santo y bendito colegio/universidad, quiero estar SOLA en mi sofá y ver telebasura durante HORAS sin que NADIE me hable. 

Me duelen las piernas, os lo juro. Estoy agotada física y emocionalmente, yo voy de medio chula (de chulas enteras van mis sobrinas) con lo de repartir tareas y no encargarnos las mujeres de absolutamente todo, pero la verdad que me sale regular. He hecho cuatro ensaladillas (rusa, de marisco y de alcachofa) en una semana, llevo tres postres, dos asados, seis bandejas de gambas…

NO VUELVO A PISAR LA COCINA EN UN MES

Tengo tres hijos, en mi casa me queda uno, los otros dos se han independizado y no sabéis cómo lloré cuando se fueron, ¿pero ahora? Lo bien que estoy con sus camas hechas todos los días, sin líos de por medio, habitaciones recogidas 24/7… que esto sonará mal: me da mucha alegría cuando vienen, pero qué descanso cuando se van. Llamadme mala madre, me la suda. 

Estoy al borde de colapso, de verdad os lo digo. Encima es como que a todo el mundo le da igual, te ven agobiada y solo se atreven a decirte ‘ay hija, pues no hagas tanto’. Claro que sí, con todo vuestro papo. Luego si no hay de esto o no hay de lo otro, que dónde está mi pantalón mamá, que esto no me gusta, que ahora lo hago, que qué pesada soy con el Iphone nuevo, que no entiendo nada.

UNA PATADA EN EL CULO OS DABA YO A CADA UNO DE VOSOTROS

Así que nada, aquí estoy, sintiéndome fatal por DESEAR que sea ya 8 de enero y que cada mochuelo vuele a su olivo. Que cambien todos los regalos que les salga del petete y que se vayan con su desorden a otra parte. Luego los echaré de menos y la Navidad que viene volveré a liarme la manta a la cabeza, pero ahora me tengo que quejar porque sí, porque me da la gana.

Así que ale, todo el mundo al cole, a su trabajo y a su movida. Yo solo quiero comprar brócoli y acelgas, comer ensaladas solo durante dos semanas y tener tiempo de calidad para pasarlo yo conmigo misma. Ni tíos, ni abuelos, ni hijos, ni sobrinas, ni marido. ¡No quiero ni a mi marido cerca! Solo pa que me caliente los pies por la noche, que hace frío.

Foto de Julia Volk en Pexels