Vivimos en la dictadura de la polla. Parece que toda nuestra vida sexual se centre en un buen pene, grande y brillante: festivales de penes, tíos que nos mandan fotos de sus penes por todos los chats posibles, comer rabos, el pene de Quim Gutiérrez y el de Orlando Bloom y, sobre todo, follar y que un pene nos dé placer. Sin embargo, y aunque parezca mentira el mundo no gira entorno una polla (sino alrededor del sol) y también podemos disfrutar del sexo incluso sin penetración. Preguntad a vuestras amigas lesbianas, que os lo contarán mejor que yo. Que sí, que nos encantan los penes pero ¿y si cambiamos el menú de vez en cuando?
Te proponemos unas cuantas recetas de sexo sin penetración como alternativa a los penes o para complementarlos, tú decides.
Dirty Talk (o lo que es lo mismo, decirse guarradas)
La gente no se da cuenta de que el cerebro es el órgano sexual más poderoso que tenemos. Cuando hablas, respiras fuerte o gimes, estás acariciando el cerebro y desatando la imaginación de tu pareja. Explícale lo que te gustaría que te hiciese con el vibrador. Expresa tus deseos con todo lujo de detalles. ¿Estás de pie, de rodillas, a cuatro patas? ¿Qué está haciendo él con sus brazos? ¿Te agarra el culo o te lame los pezones? Detállale qué llevas puesto. Y sigue, sigue, sigue.
Juguetes eróticos
¿Quién le tiene miedo a los juguetes eróticos? Sola o acompañada, siempre son bienvenidos. Te encantará que tu novio te haga gozar con un vibrador y a él le alucinará si le enseñas como lo usas… Y no solo de vibradores vive la mujer: están las esposas para que no puedas resistirte a que tu pareja recorra todo tu cuerpo con su lengua o un antifaz para que tus otros sentidos estén al 200%. ¿Quién necesita un pene ahora?
Sexo oral
Queremos hombres que nos coman el toto y que lo hagan bien. Podríamos estar horas y horas en esta posición y tener orgasmo tras orgasmo. Te animamos a probar nuevas posturas (tumbada, sentada en su cara, de lado) y nuevas temperaturas (¿habéis probado el frío-calor?). Hay un dicho que dice que es mejor dar que recibir pero nosotras estamos totalmente en desacuerdo. Relájate, da instrucciones, disfruta del momento, tómate tu tiempo y espera el orgasmo, está al caer.
Masturbación
Todas amamos masturbarnos. Incluso algunas mujeres confiesan que prefieren hacérselo ellas solas que con otra persona. Aunque, por supuesto, nosotras recomendamos ambas maneras: sola y acompañada. Además los beneficios de la masturbación son infinitos: es bueno para ti, te ayuda a conocer tu cuerpo y a saber llegar al orgasmo. Y es la mejor manera de olvidarse del estrés. Sin embargo, ¡no caigas en la rutina! Mirar siempre el mismo tipo de porno, la misma técnica, el mismo juguete, el mismo sitio, el mismo todo. Si tu momento masturbación se ha vuelto un poco aburrido, es momento de cambiar y probar cosas nuevas. ¡Deja que tu chico te ayude!
Los pezones, los grandes olvidados
Sabemos que Instagram odia los pezones femeninos. Pero la verdad es que se queda solo en esto. Los pezones son una zona erógena obvia y muy placentera. Incluso hay quien habla de los orgasmos pezoniles. Morder, pellizcar, masajear, chupar, aplicarles vibración… Añade a la lista cualquier verbo que te guste en tus pezones. Es una pena que sean los grandes olvidados tanto en mujeres como en hombres. Pídele a tu pareja que te muerda suavemente los pezones y luego nos cuentas. (Atención, si te duele, ¡díselo! y que cambie a lamerlos). Un masaje de pechos puede ser todo un lujo. Utilizad vuestro aceite de masaje favorito (o aceite de coco si te gusta lo natural) para que todo resbale mejor.
Enrollarse como adolescentes
Qué bonitas esas tardes en el parque enróllandote con tu primer novio en el césped sin ni siquiera quitaros la ropa. Tocando por aquí, metiendo la mano por debajo del jersey, besos y más besos y más besos. Pero parece que todo ese idilio se termina una vez se ha cruzado la barrera del sexo con penetración. Adiós amor adolescente. Sin embargo, piénsalo otra vez besar te ayudará a sentirte conectada a tu pareja, previene las caries, ayuda al sistema inmunitario, reduce el estrés, baja la tensión, sube la autoestima y quemas calorías. Todo ventajas, oye. Y es que tus labios están llenos de terminaciones nerviosas que enviarán calma y felicidad a tu cerebro.
La hora del masaje
Seguro que más de una vez a la semana (¡o al día!) desearías un buen masaje en tus carnes. En vez de llevarlo a territorio profesional, ¿por qué no lo disfrutas con tu chico? Atención, que pueden causar adicción si tu pareja tiene manos de oro. Además, un masaje es una de las experiencias más íntimas que podéis compartir. Baja las luces, pon música suave, enciende las velas, desnúdate y saca el aceite para que tu novio empiece a acariciar cada parte de tu cuerpo. Ni se te ocurra dejar el móvil conectado. Si suena, tienes permiso para tirarlo por la ventana. El masaje puede empezar por la cabeza o el cuello e ir bajando hacia territorios más apetecibles… Está en vuestras manos.
¡A la ducha!
No parece que el sexo en la ducha sea el plato favorito de la mayoría pero estar desnuda bajo el agua caliente con tu chico no suena mal, ¿verdad? Tendrás el relax de una ducha calentita y la excitación de ver a tu pareja mojada y sin ropa. Estaréis en un lugar pequeño, sintiéndote sexy y feliz con tu cuerpo y es una manera inmejorable de empezar (o terminar) el día. Este es un ejemplo en el que podéis hacer especial algo tan normal como ducharos. La temperatura subirá sin siquiera tener que encender el agua caliente. Además, puede sentirte orgullosa de ti misma porque estarás ahorrando un montón de agua.
