Si hay algo que cada vez tengo más claro, es que poco a poco hemos conseguido normalizar situaciones que hace unos años, se podrían considerar temas tabú. Aún así, creo que todavía nos queda mucho camino por recorrer, aunque por suerte, contamos con comunidades como Weloversize que nos acompañan en todo este camino. Por eso, hoy quería compartir con vosotras algunas situaciones que deberíamos empezar a normalizar.

  1. La diversidad. Y con esto me refiero a la diversidad en todo su esplendor. Diversidad de origen, sexual, física, ideológica… Normalicemos de una vez que nuestra riqueza,  está precisamente en nuestras diferencias. Dejemos de inculcar que todos debemos estar cortados por el mismo patrón, y que lo que se aleja de este estándar “no es normal”. No amig@s, lo raro es que todos tengamos que ser iguales. ¿Os imagináis cómo sería la vida de pobre y aburrida?.
  2. No trabajar gratis. Dejemos de normalizar las jornadas eternas de trabajo y las  propuestas que presentamos de forma altruista para ver si nos dan un determinado proyecto. Lo siento pero no. La vida personal es tan o más importante que la profesional,  y no somos una ONG. Si no se valora o recompensa el esfuerzo, hay que saber poner límites. Y os lo dice una que está en pleno proceso de autodeterminación para empezar a cumplir sus horarios de trabajo. Lo siento pero no trabajo gratis.

    Adiós a las jornadas interminables
  3. Los diferentes tipos de relaciones. Normalicemos que cada uno tiene derecho a vivir su vida o relación cómo le plazca. Relaciones abiertas, monógamos, poliamorosas, solteros/as… qué cada uno busque la clave de su felicidad y la siga. Como decía en el punto 1, no todos tenemos que seguir un mismo patrón. Y aunque podamos no compartir algunos tipos de relación, dejemos de juzgar y criticar a las personas, que han encontrado en estos patrones la llave para ser felices.
  4. No querer tener hijos. Una de las situaciones que más deberíamos empezar a normalizar y que sinceramente me AGOTA. No sé todavía si los tendré o no los tendré, pero basta ya de presionar a las parejas para que los tengan. La misión de una mujer o de una relación no es procrear. Empecemos a entender y respetar que haya personas, para las que tener hijos no sea una prioridad.
  5. No querer casarse. Otra situación que me convierte en un “bicho raro”. Porque claro, después de más de 10 años de relación, ¿Cómo no me voy a casar?. Pues lo siento pero no. Sólo de pensarlo me entra agobio, y no voy a pasar por algo que me genera estrés e incomodidad en mi vida. ¿Qué necesidad hay de llegar a eso? Ninguna. ¿Voy a querer menos a mi pareja por ello? En absoluto. Siempre he dicho que si algún día me conviene por temas legales, lo haré como un mero trámite más. Y como se descuiden no se lo cuento ni al apuntador.

    Sorry not sorry
  6. Decir NO. Nos han enseñado desde pequeñ@s que ser rebelde está mal. Que contestar no es apropiado. Debemos intentar quedar siempre bien con todo el mundo. Que tenemos que pensar antes en los demás que en nosotr@s mism@s. Mirad de verdad, qué pereza me da. Esta es sin duda una de las situaciones que más deberíamos empezar a normalizar. Hay que aprender a decir NO y poner límites a los demás. Lo siento, pero mi misión en este mundo NO es complacerte.
  7. Ir a terapia. La terapia me ha salvado la vida, y así lo manifiesto siempre que tengo ocasión. Tenemos asociado ir a terapia con algo malo, pero como bien ha indicado hace poco nuestro querido Dani Martín, la terapia es como un gimnasio donde la cabeza y las emociones se equilibran. Así que normalicemos decir que vamos a terapia tanto como decir que te has pasado la tarde machacándote en el gimnasio. Cuidemos nuestro interior igual de bien que cuidamos nuestro exterior. Y no nos avergoncemos de ello.

    Hay que cuidar la mente
  8. Pedir ayuda. No sé si será fruto de la cultura competitiva en la que hemos crecido mucho de nosotros, pero una de las cosas que más me cuesta, es pedir ayuda. Reconozco que es mi reto personal. Me da como vergüenza aceptar que hay algo que no domino y que necesito ayuda. Porque eso me hace sentir débil. Pues bien, basta ya de autoinculcarnos estos sentimiento de inferioridad. Vamos a aceptar que a veces, necesitamos ayuda para ciertas cosas, y NO pasa nada. Esto no nos hace más débiles, nos hace más humanas.
  9. Decir lo que te gusta durante el sexo. ¿Cuántas de nosotras hemos fingido algún orgasmo porque nos da apuro dar indicaciones a nuestra pareja sexual? Pues el fingir se tiene que acabar. En el sexo hemos venido a pasárnoslo bien, no a complacer al otro.  ¿O acaso si hay alguna comida que no te gusta te la sigues comiendo y repites? Pues eso. Normalicemos de una vez el decir: Me gusta más si lo haces así y olvidemos a los folladores de pacotilla.

    Ven aquí que te cuento
  10. Aceptar tu cuerpo. Otro de los grandes retos que tenemos muchas por delante. Gracias a comunidades como esta, el camino se hace más fácil y puedes sentir que no estás sola, pero nadie dijo que el proceso fuera fácil. Por eso creo firmemente que es sin duda una de las situaciones más importantes que deberíamos empezar a normalizar. Empecemos a aceptar nuestras arrugas, canas, kilos de más o de meno, celulitis, estrías, tetas grandes o pequeñas, culos respingones o culos carpetas. Sea como sea nuestro cuerpo, que no se convierta en una jaula que nos condicione para ser nosotras mismas.
  11. Llorar. Otro concepto que va asociado a la idea de ser “débil”. Pues bien, como dice nuestra querida Vecina Rubia, los nudos de la garganta se quitan llorando. Así que llora sin remordimientos y limpia las penas. Que no te avergüence hacerlo. Simplemente, estás sanando tu alma.

    Nada de lo que avergonzarse

¿Y vosotr@s? ¿Qué otras situaciones creéis que deberíamos empezar a normalizar?