Voy a contaros una historia a ver si os suena familiar…

Conoces a un chico en la red social X, o un bar, o en el transporte público, DA IGUAL. Os gustáis, empezáis hablando por whatsapp y surgen las primeras citas. El primer día vais al cine y os reís como nunca. El segundo te lleva a cenar a un japonés y al dejarte en casa se despide con un beso. A la tercera da igual la cena porque lo que a los dos os apetece es acabar follando como locos en el sofá. Y eso es lo que hacéis, claro. La cuarta dais un paseo por el Retiro y coméis pipas en un banco como adolescentes. Todo fluye, estás contenta, él parece sonreír de la misma forma en la que lo haces tú.

Entonces, cuando vas a proponer plan para la quinta cita, el muchacho tarda mucho en responder. Tarda tanto que en realidad no responde nunca. Tú insistes y te planteas que quizás es que se le ha roto el móvil o que está grave en el hospital. ¿Cómo alguien con quien parecías haber tenido tanto feeling te iba a dejar de hablar sin motivo? Nah, eso no puede ser.

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Le preguntas si está bien, si necesita algo. Cric, cric. Estás hablando sola.

En un último intento de descubrir qué ha pasado, le mandas un emoticono triste para darte cuenta de que solo sale un tick y que ya no puedes ver su foto de whatsapp. Vamos, que te ha bloqueado para que no te quede ninguna duda de que pasa de tu culo como de comer mierda.

Se te pasa de todo por la cabeza: ¿habré hecho algo mal?, ¿habré sido una pesada?, ¿pasó algo en la última cita de lo que no me di cuenta?, ¿quizás es que follo como el culo? Porque sí, somos tan tontas que cuando nos tratan mal encima nos sentimos culpables y nos cargamos con el peso del rechazo, buscando como locas una explicación a algo que no la tiene. Tú no eres la culpable de que el desaparecido sea un maleducado. Alégrate, te has sacado un muerto de encima.

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Y a ti, desaparecido en cuestión…

Di que ya no te gusto, que has conocido a otra, que prefieres sacar a pasear al perro antes que seguir teniendo citas conmigo. No sé, lo que sea, pero al menos despídete antes de hacer bomba de humo, ¿no?

Y es que nos encontramos en un momento en el que parece que la educación ha quedado relegada a un segundo plano, y en el que la peña se aferra a su supuesta libertad, para tratar al resto como si de basura se tratase.

Cuando te bloquean sin motivo aparente te dejan con una sensación de confusión que te hace perder mucho tiempo dándole vueltas a algo que en realidad es bien sencillo. El bloqueador puede ahorrarle el desasosiego a la otra persona siendo sincero y alegando con educación que ya no está interesado en seguir adelante, pero claro, para eso hay que ser valiente, y en este país los machitos abundan pero los huevos no tanto.

Fattie Bradshaw