Ya sabéis que llevo unos meses en las apps de ligar y unas cuantas citas a mis espaldas –con el enganche que eso supone–, me sumo al reto de «Una semana…» y para mí va a ser un reto no usarlas. Lo cierto es que me he acostumbrado muy rápido y recurro a ellas para entretener los ratos muertos, los viajes en autobús o las horas de las comidas.

De partida, no he eliminado mis cuentas ni he desinstalado las aplicaciones porque para mí el desafío consiste en tenerlas y no utilizarlas, así que, de momento, siguen estando en mi móvil. A ver qué ocurre al final de la semana…

Día 1: domingo y San Valentín
Es San Valentín, sí, y me ha parecido el mejor día para iniciar el experimento de estar una semana sin utilizar estas aplicaciones que yo llamo de ligar, aunque cada vez encuentro a más gente que sólo busca amistad. Lo flipo aún. En realidad elegir empezar hoy por seguir mi norma de los horarios: nunca me conecto de madrugada, menos aún un sábado noche y, por supuesto, no el día de San Valentín. Prejuicios, puede ser, pero así son mis normas y hoy resulta fácil no entrar.

 

Día 2: lunes
Hoy me he visto tentada de entrar al despertarme, a ver qué eran esos avisos que me aparecían numerados en el círculo rojo… He sido fuerte y me he entretenido revisado Facebook y Twitter antes de salir de la cama. Al final ha sido una jornada de mucho trabajo, así que no me ha dado tiempo de nada y ni acordarme de las apps. A la hora de la cena, que también solía mirarlas, me ha llamado una amiga y hemos estado hablando un buen rato, así que he pasado fácilmente también otro momento en que las solía utilizar.

Día 3: martes
Hoy ha empezado lo jodido de verdad y he echado de menos acudir a cualquiera de las apps de ligar para distraerme un rato. Han sido dos los momentos de mono casi literal, como si de una adicción se tratara. Al desayunar, entre cucharada y cucharada de leche y cereales, y aunque las redes sociales me distraían, no era lo mismo… Son las 7 de la tarde y vuelvo a sentir esas ganas de conectarme a mis catálogos de chicos y ver qué son esas alertas que marca el círculo rojo… Se me ocurre una solución: voy a desactivar las notificaciones para que sea más fácil. ¡Así al menos no veo cómo aumenta el contador de lo que no puedo ver!

 

Día 4: miércoles
De nuevo al despertarme, aún desde la cama, me apetece entrar a visitar los perfiles, qué mensajes nuevos tengo pero noooo, no puedo, así que me pongo en marcha y que se me pase. Lo llevo bastante bien durante casi toda la mañana hasta que han saltado un par de avisos de mensaje de un chico con el que comencé a hablar la semana pasada y congeniamos bastante… Al eliminar las notificaciones, no desactivé Tinder porque es la que menos utilizo y  no le di importancia y ahora… ¡ay, me muero por saber qué me dice!

Día 5: jueves
Otra mañana de trabajo bastante completa, así que madrugo y no me da tiempo a remolonear. Superado el primer momento apps al despertarme, ¡bien! El resto del día se pasa con cierta facilidad porque el guasap no lo he considerado dentro de las apps de ligar, por supuesto, y sí lo uso… y algunas conversaciones ya tenía comenzadas, así que se me hizo el día entretenido en ese aspecto.

 

Día 6: viernes
Ya huele a fin de semana, sí y los planes se multiplican. Hoy es día de centrarme en mi vida real y desconectar de la virtual. A mediodía he salido a comer con un amigo, luego un rato más de trabajo y por la noche, reencuentro con unas amigas: cena, risas y alguna copa hasta la madrugada. Definitivamente, ni me he acordado hoy de las apps.

Día 7: sábado
Madrugo para ir a un curso y, como me encanta dormir, me levanto con la hora pegada al culo y parezco el conejo blanco de Alicia: «Llego tarde, llego tarde». Al salir, como con una amiga y hacemos marcha por el centro toda la tarde. Luego nos despedimos, que cada una tiene plan por su lado. El mío es una cita de peli y manta. Cuando el reloj marca las 00:00, ya se vale mirarlas pero mejor sigo con los besos y caricias que llevo entre manos… Ahora mismo es mucho más interesante el mundo real.

 

Conclusión. Una vez que he vuelto a entrar, ningún drama había acontecido:

  • Nadie se había ofendido por no recibir respuesta.
  • En lo que a mí respecta, más allá de algún rato de ansiedad que he acabado calmando con actividades que me gusta hacer y para las que no encontraba el momento, ningún otro síntoma. ¡He sobrevivido!
  • Una de las apps no ha tenido ningún movimiento en una semana y no he echado de menos visitarla, así que he acabado por desinstalarla.

 

  • Entre los perfiles del resto de aplicaciones, los habituales de siempre. Alguno nuevo habrá aparecido esta semana y ya lo descubriré… Y si no, pues mala suerte, ¡ya aparecerán más!
  • Ah, y lo más importante: ¿recordáis al chico que me escribió el cuarto día del experimento? Pues respondió a mis mensajes una vez que le escribí y, por si llega algún experimento nuevo, ya tengo su número. ;)