Tranquilo 2021, no hace falta que te esfuerces mucho. Tu predecesor ha sido tan, pero tan malo, que el nivel de exigencia que hemos puesto en ti no es que esté bajo, es que lo tienes a ras de suelo.

Francamente, muchacho, muy mal se te tiene que dar para que nos decepciones.

Yo, por mi parte, ya te adelanto que paso de pedirte nada.

Hace mucho que dejé de hacer las manidas listas de propósitos de año nuevo. En mi caso es una pérdida de tiempo total y absoluta, no cumplo nunca ni el primero. No puedo evitar desear alcanzar algún que otro hito, pero con la misma intención e intensidad con la que me prometo que no vuelvo a acumular tanta plancha.

Tanto es así que en esta ocasión ni siquiera voy a dedicar un solo pensamiento al aire a los deseos para los próximos doce meses, que ya hemos comprobado que los carga el diablo.

Paso.

Me rehúso, que diría Danny Ocean.

Si es que veo los numerosos memes que circulan por la red al respecto, o me acuerdo de lo que le pedí al infame 2020, y me entra la risa tonta.

Tener más tiempo libre. ¡Concedido! Igual la próxima vez nos ponemos un poco más específicos y detallamos qué queremos hacer en ese tiempo libre. Mea culpa.

Leer más. ¡Concedido! Lo cual no estaría mal si el 90% por ciento de la lectura no fueran noticias sobre la pandemia.

Comer más sano. ¡Concedido! Las que vivís en un pueblo sin restaurantes con reparto a domicilio me entenderéis. ¿Alguien sabe prepararse un kebab guarrindongo? Yo no.

Librarme del vello facial. ¿Concedido? El tema era conseguir eliminar esos malditos pelos, no impedirme ir a las sesiones de láser y taparlos con una mascarilla, capullo.

Qué jocosillo este 2020, ¿eh? Me descojono.

Pero mira, de verdad, es que no quiero seguir hablando de ese desgraciado, aunque le queden unas horas para seguir dando por culo como solo él sabe, no vi’ a perder ni un minuto en volver a pensarle.

Me voy a centrar en ti, 2021, pero como ya te dije, no te estreses. Tú tranqui, a tu ritmo, poco a poco y sin presión.

Estoy un poco mosca porque, como cada comienzo de año, he revisado tus días de libranza y me ha dado un amago de infarto al ver que los festivos de Navidad caen en sábado y el 15 de agosto y el patrón de la autonomía en la que vivo, en domingo. Mal empezamos.

A ver, dado que ni siquiera nos hemos presentado oficialmente aun, y que mi cumple cae en viernes, te lo voy a pasar por alto, pero ve con cuidadito, te tengo vigilado.

La vacuna ya ha llegado, ese tanto no te lo podrás apuntar, pero sé bueno y te harás con el de ser el año de la inmunidad y del fin de la pandemia. ¿Qué te parece? ¿Trato?

Ya luego cada uno a nivel individual nos las iremos apañando como mejor podamos, tanto los que se planteen una lista de propósitos, como los que pasamos de ellas porque somos muy conscientes de que no por ponerlos por escrito y con una fecha de inicio redonda y simbólica, los vamos a cumplir.

Venga, que nos vemos en breve.

Hazte unas respiraciones profundas, coge impulso y dale sin miedo. Lo vas a hacer muy bien.

O no, pero no jodas, peor es complicado.

Te pedimos poco más que llegar a 2022, así que, ánimo. ¡Tú puedes!

 

Foto de portada de Polina Tankilevitch en Pexels