¿Dónde acaba el coqueteo y empieza la infidelidad? Una de las muchas cuestiones que tanto nos preocupan a las que hemos tenido relaciones con tíos golfos carismáticos.

Y es que muchas veces, la cruda realidad, por más triste que parezca, es que nos aferramos a las delgadas líneas entre el coqueteo y la infidelidad para no sentirnos traicionadas y poner en valor nuestra relación.

¡Mal señoras mal!

¿Dónde acaba el coqueteo y empieza la infidelidad? Pues muchas veces, si no eres una de las dos personas involucradas en esa dinámica es muy complicado saberlo.

Lo que está claro, es que dentro de un margen de salud mental razonable en el que tengamos claro que no somos unas locas del coño posesivas, los límites están ni más ni menos, donde a ti te empiece a incomodar la situación.

¿No te has enfrentado nunca a este problema? Quizás nunca te hayas preguntado dónde acaba el coqueteo y empieza la infidelidad.
Pues mira, te envidio, porque en serio te digo que has ganado en salud y en regularidad intestinal. Porque madre mía, salir con un hombre carismático que siempre tiene chicas a su alrededor es cuanto menos… INQUIETANTE.

Mira, mi primer novio (con el que estuve muchos años) era actor. El tío era alto, rubio y con unos ojazos azules de escándalo, vamos, mi prototipo 100%. El mío y el de otras mil.

Él estaba en continuo contacto con otras chicas y no te hablo sólo de actrices de teatro más liberales que un swinger con la medalla de diamante. Te hablo de que todos los fines de semana, después de cada obra, había chicas que se le acercaban, le pedían una foto y en numerosas ocasiones le ofrecían sexo salvaje en el camerino.

Es duro señoras, es MUY duro.

Pero el tema no se queda ahí. Él como figura semi pública y a modo de relaciones públicas mantenía contacto con muchas de las personas que querían o habían visto alguna de sus obras.

Lo normal y habitual era, que después de cada obra al menos dos chicas se pusieran en contacto con él por redes sociales. Y claro, claro que tenía fotos conmigo y claro que era obvio que éramos pareja.

Pero no sé, debemos tener un chip metido en la cabeza que nos dice que los actores son infieles a sus parejas por normal general. Por más que te quede claro que la persona a la que estás entrado tiene pareja, parece ser que si la persona en cuestión es actor, tienes el universo a tu favor para que te eche un polvo.

El caso, que él mantenía contacto fluido con muchas chicas que claramente querían acostarse con él o que buscaban incluso implicarse sentimentalmente con él.

Él me contaba todo y siempre me sentí con pleno acceso a esas conversaciones. Pero ostras, qué duro chicas, qué duro.

En muchas ocasiones y aunque no le dijera nada, aquellas conversaciones cruzaban barreras, límites, carreteras, barrancos y hasta océanos.

Lo que está claro es que por más insinuaciones que le hagan a tu pareja, no puedes cargar contra él por algo que no está haciendo. En muchas ocasiones se tratan de salidas de tiesto por la parte contraria, pero claro, si tu pareja no da pasos atrás y se suma al juego, entonces el tema se pone interesante.

¿Dónde acaba el coqueteo y empieza la infidelidad? Pues mira, en el momento en el que tu pareja establece con otra persona una comunicación o relación de carácter íntimo o sexoafectiva.

PUNTO PELOTA.

No hay más.

No entremos en detalles como «No es infiel porque no piensa en ella a todas horas» «No se ha tocado pensando en ella» He oído cada gilipollez que puedes flipar.

Es mucho más simple que todo eso. Si tu pareja establece una relación de carácter intimo con una persona y existe interés sentimental, afectivo o sexual en algún sentido, cariño mío, te está siendo infiel.

Por favor, puntualicemos que ser infiel no significa sacar efectivo y follarte a una persona en un hotel en media hora. Existe la infidelidad emocional señoras.

¿Y cómo puedes darte cuenta? En mi caso me di cuenta porque:

• Nombraba constantemente a la otra persona.
• En alguna ocasión incluso me llamó por su nombre
• Se pasaba el día con el móvil hablando con ella.
• El sexo cambió radicalmente, pasamos de ser una pareja que follaba 4 veces por semana a hacerlo 1 vez al mes.
• Cada vez estaba más distante y perdió mucho interés en mí.

¿Qué paso? Pues bueno, con el tiempo y vivir varias situaciones de este tipo pues la relación se resintió mucho y acabamos dejando la relación. Nosotros no pudimos sobrevivir a una infidelidad y menos sabiendo que él estaba tan expuesto y que podía volver a darse.