Voy a decir dos cosas antes de contar mi experiencia y que considero muy importantes:

1- Tened en cuenta que siempre, y digo siempre, las fiestas sexuales mixtas son un potencial foco de machismo y espacios no seguros para mujeres. Id con mil ojos.

2- Si en fiestas sexuales, orgías, mazmorras o antros varios relacionados con el sexo dejan entrar teléfonos, os aconsejo no hacer nada implícitamente sexual: nunca sabéis si alguien os puede estar grabando.

Dicho esto, comencemos con la historia.

Yo viví en Berlín dos años con la que era mi pareja, y tenía muchísimas ganas de ir a una fiesta sexual. A ella no le gustaba la idea y disfrutaba mucho más del sexo vainilla (de la wikipedia: Sexo vainilla es el nombre que, dentro del argot de la subcultura BDSM, se aplica al llamado sexo convencional. Más en general, es el nombre que reciben las conductas sexuales que caen dentro del rango de normalidad para una dada cultura o subcultura, y se refiere generalmente a las conductas sexuales que no incluyen elementos de BDSM, parafilias, kinks o fetichismos).

Las fiestas sexuales, aunque hay de todo, suelen ser espacios más para explorar filias y kinks varios que para tener sexo “mainstream” con alguien, pero ya os digo que esto es generalizar mucho porque hay de todo.

Cuando lo dejamos y yo ya estaba de vuelta en España me moría por ir a algún sitio liberal de ambiente sexual, y qué mejor que una mazmorra si me mola el BDSM. Fui con una amiga de confianza que también quería probar, y según entramos y nos pedimos unas cervezas fuimos asaltadas (en el buen sentido) por un grupo de hombres.

Las mujeres acompañadas por otra mujer en ese tipo de eventos no son muy comunes de ver, hay mayoría de chicos o parejas, por lo que éramos un blanco apetitoso.

Era gente muy maja, estuvimos hablando sobre la vida, sus carreras profesionales y qué les había llevado a acabar allí esa noche. Entre risa y risa nos propusieron darnos un tour por la mazmorra (que era la planta inferior, ya que arriba era bar) y enseñarnos algunos artilugios para dar hostias y eso, lo que viene siendo un 50 sombras de grey madrileños edition. Nosotras aceptamos y pasamos al sótano, donde apenas había nadie.

Era como me esperaba, un sitio cómodo, con cosas propias del mundo bdsm y sado (una jaula, una habitación voyeur para solamente mirar, mordazas, látigos, camas…). Empezamos aprendiendo la diferencia entre los tipos de látigos (que solo podían coger los que eran socios del sitio), cómo dar hostias sin que la otra persona se muera de dolor, y de repente me vi con mi mejor amiga atizando a hombres desnudos en el culo, osea what a fantasy. ¿Me gustaba alguno? No, ¿me lo pasé genial? por supuesto. Hasta que las cosas se torcieron.

Digo y me reafirmo en que conocí a gente muy maja y que fue una experiencia agradable si excluimos a un par de señores que lo jodieron todo. Esto lo digo también por si acaso os lo encontráis si vais a garitos de este tipo en Madrid, porque es muy probable que este tipo siga yendo a estas fiestas.

No recuerdo su nombre, pero era alto, con el pelo muy claro, bastante mazado y tenía varios tatuajes visibles.

En un momento que fui al baño me tocó del hombro (por supuesto, sin permiso) y me dijo que iba muy guapa. Le di las gracias de forma borde y me piré. En otro momento durante el evento, en el que yo estaba hablando con dos chicos, se me volvió a acercar para preguntarme el teléfono (así ya, directamente). Cuando no se lo di porque me dio mala espina, volvió al rato a preguntarle a mi amiga que qué me pasaba con él.

Me fascina como algunos tipos no pueden entender que no nos interesen y ya está, Jesucristo. Luego me volvió a insistir a mi que por qué no tomábamos una taza de café algún día juntos, a lo que le dije que no. Me volvió a insistir (porque son pesados de nacimiento) y ya le dije que se fuera a la mierda. Bueno, pues no sé cómo lo descubrió mi amiga, pero al parecer este tipo es nazi, nada más y nada menos.

Tefaltaperreo.