Vamos a ver, amigos:
La chica WLS es gorda. También es delgada. Es alta y es baja, es hetero y es lesbiana, es rubia de rizos y morena y lisa: la chica WLS viene en un montón de tallas y tamaños, pero tiene una misma cualidad: sabe que su aspecto físico no determina su valor ni aquello a lo que debe aspirar. La chica WLS se quiere a sí misma por encima de todas las cosas y no espera nunca la aprobación de los demás. Hombre ya.
La chica WLS conoce muy bien sus carencias y virtudes, pero guarda los complejos en la mesita de noche ya que no le hace espacio a la crítica destructiva. Sabe reírse de sí misma con desenfado y no tiene miedo a decir las cosas como las piensa. Tampoco le tiene miedo a la palabra gorda (ni a ninguna otra palabra, en realidad) porque entiende que las connotaciones negativas están sólo en algunas cabezas. Son palabras, no el anticristo. En WLS somos todo humor y poco de dar pena.
La chica WLS no hace apología a la obesidad. Sabe que la obesidad no es sana, como tampoco es sano fumar, matarse de hambre o beberse hasta el agua de los floreros. Sin embargo, no la condena: entiende que cada persona vive sus propias batallas y no necesita que nadie se las machaque. La chica WLS cree que toda la gente que lucha contra alguna de estas guerras merece amor, apoyo, respeto y, dado el caso, ayuda. WLS es el lugar para encontrar todo eso: recetas healthy para chuparse los dedos, trucos para deportistas nuevas -y no tan nuevas- y consejos de moda para todas las tallas. Porque OIGA: el mundo merece ropa en todas las tallas. ¿Qué es esto de que no haya vida más allá de la 40? #TallasDignidad
Y por esto mismo: la chica WLS no odia a las delgadas. ¿Por qué habría de hacerlo? WLS, como su propia palabra esconde, es un lugar para celebrar el amor, no el odio. Le gustan las risas, le gusta el sarcasmo, le gusta un buen polvo como a cualquier hijo de vecino, pero el odio no forma parte de su filosofía. Eso sí: los imbéciles de cualquier talla no le caen bien, pero esos en realidad no le caen bien a nadie.
La chica WLS cree en la diversidad. No sólo diversidad en tallas y formas de belleza: también diversidad en maneras de pensar y de vivir. En WLS las habemos veganas y las habemos McDonaldianas; las habemos clásicas y las habemos modernas; nos gusta Gran Hermano (¡o no!) y nos gusta Quim Gutierrez (¡o no!) y entre todas, tan amigas. La chica WLS cree que la tolerancia ante todo tipo de realidad o estilo de vida abre las puertas de la mente hacia un mundo mucho más chachi.
La chica WLS sólo hace apología de una cosa: del autoestima. Muere de amor cuando sus amigas se atreven con un bikini que hace un año no se hubieran puesto o cuando se lanzan a por ese proyecto que tenían miedo de empezar. Se saca partido y se siente guapa, porque sabe que la actitud es parte imprescindible de la belleza (la de fuera y la de dentro). La chica WLS trabaja por convertirse, cada día, en la mejor versión de sí misma.
La chica WLS soy yo.
La chica WLS eres tú.
La chica WLS es cualquiera que, en toda situación o momento, disfruta de lo que tiene mientras lucha por lo que quiere.