¿Sabíais que el castellano es el idioma con más insultos del mundo? ¿Qué 3 de cada 15 palabras son insultos? ¿No? Normal, me lo acabo de inventar. Las que habéis asentido según leíais, sois unas fantasmillas ¿eh? El caso es que a nadie se nos escapa que el castellano está repletito de insultos, palabras malsonantes y benditos términos hirientes que en más de una ocasión nos ayudan a liberar nuestra furia. De entre todos esos, mi favoritos es IMBÉCIL. Porque se te llena la boca al decirlo, se te ensanchan las tripas al usarlo y pesa sobre el de enfrente como una losa de mármol. Es tan común que me ha permitido desarrollar mi teoría: vivimos rodeados de seis tipos de imbéciles.
¿Conocéis la teoría de los seis grados? Esta teoría viene a decir que todos estamos conectados a todos por tan solo 6 personas. Esto es ¿Kim Kardashian y yo? Solo 6 personas de distancia. En plan, hablo con el jefe del jefe del jefe de la madre de mi amiga de la guardería y boom, este viernes planaso con Kanye. Más o menos. El caso es que yo hoy os traigo mi teoría de los 6 imbéciles, que es mucho más realista y demostrable. Mi teoría afirma que todos, TODOS, vivimos rodeados de seis tipos de imbéciles ¿no me crees? Sigue leyendo…
1.- Imbéciles a los que pagas: hay muchas profesiones en el mundo y algunas de ellas requieren necesariamente que interactuemos los unos con los otros. Lo sé loners del mundo, eso es a menudo incómodo y siempre irritante. Pero es lo que hay. Y en este tipo de profesiones los hay sumamente competentes y otros que solamente quieren ver el mundo arder. Y como tal, parece que en vez de pagarles tú a ellos, ellos te estén pagando a ti y en oro y diamantes.
Vale, lo pillo; tu trabajo, o la vida, no te motiva pero si me respondes dónde están los probadores dejo de respirar el mismo aire que tú y todos tan tranquilos o lo que sea que estuvieras antes de que llegara yo.
2.- Imbéciles que te pagan: en todas y cada una de esas múltiples profesiones que existen hay un empleado y un jefe. Bien sea un jefe jerárquico, un cliente o una idea, como querer comer o pagar tus impuestos. Y si hay un jefe, hay dinero y ese dinero a veces, muchas (demasiadas), convierte a la peña en gente muy poco amable. Exigente. Demandante. Mal educada. Y, sobre todo, sabelotodo. Infernales sabelotodo. Malditos imbéciles.
Te pagan y te chorrean con sus historias. Como saben que tienen el poder de permitirte tener un techo sobre tu cabeza, se ven legitimados a dejar fluir su naturaleza imbécil por cada recoveco de su cuerpo. ¡Anda e irse a la mierda! Mejor, en palabras de la gran Perra de Satán: ¡Me coméis tol coño!
3.- Imbéciles en coche: sí, esto merece una categoría a parte y singular porque esto de que haya peña por ahí con ganas de sacarse el carné de muerto, a mí, me desquicia un poco porque yo no quiero que nos den un 2×1 y ahí están: bebiendo, fernandoaloseando, siendo imbéciles sobre ruedas en definitiva. Estos son sin duda los peores. A los demás les puedes tolerar, más o menos, y tienes opción de dejar de soportarlos pero los motorizados, son imbéciles inesperados.
Carné de conducir con examen de intenciones para con el asfalto. No todo el mundo debería conducir, no puedes hacerlo si no ves mucho pues tampoco si no piensas mucho en los demás.
4.- Imbéciles a los que quieres: admitámoslo, a veces queremos a gente a la que le retorceríamos el cuello pero que (aunque a veces cueste muchísimo esfuerzo) no lo hacemos porque preferimos que sigan en nuestra vida. Gente que no eliges pero que desde que tienes uso del lenguaje has llamado hermano o hermana, a veces incluso padre o madre. Hay imbéciles que adoramos con todo nuestro corazón, que meten la pata a fondo pero tienen mucha gracia y mimo sacándola y bien merecen que ese defectillo suyo pase desapercibido. Imbéciles con encanto y cariño pero con una buena colleja en la nuca también.
5.- Imbéciles desconocidos: porque, qué leches, a veces viene bien cagarse en gente que no conoces. Gente que tiran basurilla en el suelo de la calle; que te empujan para poder pasar y no se disculpan; que no recogen las cacolas de sus perros cuando los pasean. Gente que no sujeta la puerta del ascensor o gente que se te cuela en la fila del cine; gente con la música a tope en el autobús o esos que ni si quiera fingen que van a dejarte el reposabrazos en el tren. Imbéciles, imbéciles todos.
6.- Imbéciles yo-s del pasado: y aquí llegamos a la joya de la corona. Tú, hermana. Tú. Yo. Todas en realidad. Todas esas yos y tús que tenemos que nos joden la vida. ¿No sabes a qué me refiero? Haz memoria. Seguro que te suena esa tú del pasado que decidió no fregar los platos de la cena de anoche por tercera noche consecutiva ¿La genia esa, la tú del pasado que dejó la lavadora sin colgar y por la que ahora no tienes bragas? Una imbécil ¿La tú de la noche del viernes que decidió tomarse el tercer chupito y escribir “ontas?” a su ex de hace dos años? Una imbécil.
¿Va a ser todo el mundo un imbécil y tú no? Venga, va, que tú también has acomodado el codo en el reposabrazos y mirado a otro lado, como si no fuera contigo, sinvergüencilla…
@tengoquenayque