Aaay, los complejos… esas características (hoy hablaremos solo de las físicas) que nosotras vemos como defectos, características que nos acomplejan y las vemos mucho más magnificadas de lo que los demás verán jamás.

Según la RAE un defecto es una “imperfección en algo o en alguien”, por ende, absolutamente TODOS los seres humanos, tenemos defectos.

Porque ¿Acaso existe la perfección? Pues no, no existe la perfección ni física ni psíquica. Todos tenemos nuestros defectos, que son los que nos hacen humanos, si no seríamos o un cíborg o una escultura de Miguel Ángel y aún así seguiríamos sin ser perfectos.
Al final, la perfección se trata de algo subjetivo cuando hablamos de belleza.

Existen infinidad de complejos más allá del más sonado, que es el sobrepeso.
Cada persona tiene esa cosita que le hace sentirse insegura cuando se mira en el espejo, o al menos que no le gusta en exceso.

Y como sabemos que no solo de kilos se nutren nuestros complejos hoy venimos a darle voz a aquellos de los que no hablamos tanto pero están ahí.

  • Complejo de narices: ya sea por ancha, por larga o por aguileña. Es un complejo difícil de sobrellevar ya que es lo primero que ves frente al espejo. No se puede disimular sin ser por medio de cirugía (u hoy en día rinomodelación), pero es cierto que mucha gente que se ha sometido a una rinoplastia, además de los riesgos evidentes de cualquier operación, tiene una serie de consecuencias emocionales ya que tras esta intervención hay personas que no se identifican con su nuevo rostro y finalmente esa nariz que tanto repudiaba, era lo que le daba personalidad a su cara. Siempre respetando a quien quiera someterse a esa intervención, lo ideal, como con absolutamente todos los complejos, es aceptarlo y dejar de verlo como tal.
  • Acné: Al igual que el anterior, es uno de los complejos más difíciles de sobrellevar debido a la visibilidad que tiene. Intentas camuflarlo con capas de maquillaje pero aún así tú sabes que está ahí, y puede deberse a problemas hormonales o al estrés que el mismo te causa. Se convierte en un bucle sin fin: tengo acné porque me estresa verlo y me pone muy nerviosa, y me pongo muy nerviosa y me estreso porque tengo acné.
  • Estrabismo: Incluso tras varias operaciones de corrección sigues teniendo un poco de estrabismo y es lo único en lo que consigues fijarte cuando te miras al espejo.
  • Alopecia: porque la caída del cabello no es solo cosa de hombres. Las mujeres también sufrimos la pérdida de éste y supone un complejo enorme intentar recuperarlo o parar la caída y no conseguirlo. Le pasa un poco como al acné, y cómo nos sentimos afecta mucho a su evolución.
  • Delgadez: Que si eres gorda malo, y si eres flaca también. En cuanto a constituciones, o eres 90-60-90 o no vale. Porque tendrás el sambenito de padecer un trastorno de la alimentación solo por tu apariencia. Y da igual lo que hagas o lo que comas, siempre te dirán que necesitas hacerlo más.
  • Orejas de soplillo: Las que lo padecen habrán escuchado, sobre todo en la infancia, infinidad de motes referidos a dibujos animados casi todos. Llevar coleta supone no poder quitarte de la cabeza que todo el mundo se fijará tan solo en tus orejas.
  • Culo “carpeta”: las que lo sufren evitan ponerse monos o vestidos ajustados. Vamos, cualquier prenda que lo marque, porque ahora la moda es tener el booty a lo Kardashian peeeero, si lo tienes serás una culona.

  • Pecho muy grande: tienes la sensación de que todas las miradas se dirigen exclusivamente al tamaño de tu pecho, y ponerte escotes pronunciados no es una opción si tienes complejo ya que lo ves vulgar y con cartel luminoso que dirija todas las miradas hacia ahí. Mal, tus tetas son divinas, sean como sean, haz lo que te de la gana, si quieres llevar cuello vuelto perfecto, pero si quieres llevar un escotazo, adelante. Todo lo que te imagines que pasará será peor en tu imaginación que en la realidad.
  • Pecho muy pequeño: Porque al igual que lo de gorda o flaca, aquí también sentimos complejo en ambas caras de la moneda. Las que no tienen nada de pecho están cansadas de la referencia a las tablas de planchar.
  • Peluda: Poco a poco se está consiguiendo que se acepte el vello corporal como algo natural y que las mujeres no tienen la obligación de depilarse, solo es una opción, tan válida como no hacerlo.

Y la lista se queda corta, porque en cuestión de complejos no hay nada escrito, y tooodo el mundo sentirá alguno.
Pero lo importante es aprender a convivir con nuestros defectos, que son características que nos construyen igual que las buenas. Nos hacen humanas.

Y como escribí en otro post (la paz mental de conocer, aceptar y convivir con nuestros defectos):

“Y no sé vosotras, pero yo me niego a intentar alcanzar la perfección de lo artificial. Yo prefiero mi imperfección real. Yo soy yo con mi cara imperfecta, con mi cuerpo imperfecto y sobre todo, con mi personalidad imperfecta.”

“Bendita perfecta imperfección. Bendita paz mental de conocer, aceptar y convivir con tus defectos.”

Marta Freire