Lucas 5:39 FINAL

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    Habían pasado tres semanas desde la última vez que vi a Lucas, y durante ese tiempo no hablamos con tanta frecuencia como solíamos hacerlo.
    Los dos nos fuimos de vacaciones con amigos y estando acompañados era complicado mantener nuestras conversaciones nocturnas, así que solo habíamos intercambiado algunos mensajes en los últimos días.
    Regresé a casa un miércoles y lo primero que hice fue salir a comprar, tenía la nevera vacía y justo cuando salía del supermercado sonó mi móvil.

    -Hola pelirroja ¿necesitas ayuda con las bolsas?
    -¿Qué?
    -Que si necesitas que te ayude a llevar la compra a casa.
    -¿Dónde estás?
    -Date la vuelta.

    Lucas estaba justo detrás de mí, había salido a tomar algo con unos amigos y regresaba a casa cuando me vio salir del supermercado.
    Cogió unas cuantas bolsas y me ayudó a llevar la compra, entramos directos a la cocina para poder dejarlo todo.
    Guardé un par de cosas en el congelador para que no se estropeasen y le ofrecí una cerveza a Lucas, que estaba en mitad de la cocina de pie, mirándome fijamente y un escalofrío me recorrió la espalda a ver sus ojos clavados en mí.

    -¿No vas a enseñarme tu casa?- preguntó.
    -Claro, aunque es mucho más pequeña que la tuya. A la izquierda está el salón, la puerta de enfrente es el baño y a la derecha mi habitación ¿qué quieres ver primero?

    Lucas salió de la cocina y tal y como suponía, fue directo a mi habitación.

    -Siento el desorden, aún no he tenido tiempo de deshacer la maleta- dije mientras la apartaba de la cama.

    Lucas se acercó a mi despacio y sonreí, reconociendo perfectamente sus intenciones.

    -He echado de menos esta melena- dijo enredando un mechón de pelo entre sus dedos- y esta boca- añadió justo antes de que su lengua comenzase a recorrerla mientras me sujetaba por la cintura, pegando su cuerpo al mío.

    Descendió hasta mi cuello y sus manos se perdieron debajo de mi camiseta, levantándola hasta deshacerse de ella.

    -¿Es aquí donde te tocas cuando hablas conmigo?- preguntó.
    -A veces también lo hago en el sofá, pero esta cama ha sido testigo de muchas de nuestras conversaciones.
    -Pues hoy va a ser testigo de algo más- dijo empujándome sobre el colchón.

    No dejamos de besarnos al mismo tiempo que terminamos de quitarnos la ropa como pudimos, Lucas se tumbó sobre mi cuerpo y su mano fue directa a mi entrepierna.

    -Eres rápida- dijo sonriendo al comprobar que sus dedos se deslizaban con facilidad.

    Lucas conseguía excitarme solo con tenerle cerca y aunque disfrutábamos mucho con ello, no nos entretuvimos demasiado esta vez con juegos preliminares, los dos estábamos demasiado impacientes, saqué un condón y le ayudé a ponérselo, colocó su polla en la entrada de mi vagina y la introdujo con movimientos suaves mientras yo me sujetaba a su espalda.
    Mis manos se deslizaron hasta sus caderas presionándolas hacia mi cuerpo, Lucas sabía perfectamente cómo me gustaba hacerlo, necesitaba sentirlo dentro de mí, aceleró el ritmo y mis gemidos aumentaron al mismo tiempo que sus embestidas, cada vez más rápidas y profundas, hasta que los dos alcanzamos el orgasmo.

    -Joder, necesitaba esto pelirroja, te necesitaba a ti- dijo con la respiración aún entrecortada.

    Todo fue muy rápido, aunque placentero, pero la verdad era que me había parecido insuficiente, con Lucas siempre tenía ganas de mucho más.
    Unos minutos después nos vestimos y regresamos a la cocina, Lucas se terminó la cerveza mientras yo recogí la compra y poco después se marchó, había quedado con su hermano para cenar, pero prometió llamarme esa misma noche y una vez más, nuestra conversación se centró en el sexo.
    Lucas me preguntó qué era lo más loco que había hecho y le conté que en una ocasión salí de fiesta y aunque solía controlarme con el alcohol, esa noche me excedí y sin saber muy bien cómo, terminé con dos tíos en mi casa, con uno de ellos había estado en varias ocasiones, pero al otro prácticamente ni lo conocía, y no fue algo que disfrutase demasiado.

    -No entiendo esa obsesión que teneis algunos hombres con el sexo anal, pero en el momento en que me negué, los dos parecieron molestarse. Por cierto, ya que menciono el tema, me sorprende que aún no me lo hayas propuesto, pero eso es algo que entre tú y yo tampoco va a ocurrir, por si te lo planteabas.

    Escuché a Lucas reir a través del teléfono mientras continuaba con la historia.

    -Fue algo muy frío, uno de ellos decidió retirarse, prácticamente ni me tocó, se limitó a mirar y a tocarse la polla mientras el otro me penetraba, se corrió y me dio un par de besos como agradecimiento antes de marcharse con su amigo. Después de aquello me sentí mal por haber perdido tanto el control y además no disfruté nada esa noche, no volvería a repetir algo así.
    -El sexo anal no es una de mis prioridades, no digo que no me guste, pero hay cosas que me gustan mucho más, creo que eso ya lo sabes. Aunque deberías visitar a Claudia otra vez, quizá te sorprenda lo mucho que se puede disfrutar sin necesidad de llegar a la penetración. Y en cuanto a los tríos, los he hecho en un par de ocasiones, pero siempre con mujeres, nunca con otros hombres y lo que más he disfrutado ha sido verlas a ellas juntas. Eso me pone mucho. Las tías teneis una forma de tocaros que, nosotros, por mucho que lo intentemos, nunca conseguiremos hacerlo igual.
    -Bueno, tengo que decir que a ti no se te da nada mal, al menos conmigo.
    -¿Nunca has estado con una tía?-preguntó.
    -No.
    -¿Y no te gustaría probar? Deberías hacerlo pelirroja, estoy seguro de que lo disfrutarías.
    -Y yo estoy segura de que tu estarías encantado de verlo.

    No sé si era por el tono de nuestra conversación o por las ganas de experimentar que Lucas despertaba en mí, pero de pronto me descubrí pensando durante unos segundos en aquella posibilidad y me sonrojé ante la idea.

    -Dime una cosa, si tuvieras la oportunidad ¿lo harías?
    -¿Me estás proponiendo algo?- pregunté.
    -Solo quiero saber si estarías dispuesta.
    -No lo sé…- respondí dudosa.
    -Yo creo que si lo sabes, pero no te atreves a decirlo. De todas formas, aunque no voy a negar que me gustaría verte con una tía, nunca haría un trío contigo.
    -¿Por qué?
    -Porque no estoy dispuesto a compartirte con nadie. ¿Recuerdas lo que te dije en la heladería? Cuando te corras, quiero que lo hagas solo para mí.
    -Seguro que ahora mismo estás pensando en cómo sería.
    -Si estuvieras aquí conmigo, podría explicarte con detalle lo que estoy pensando.
    -Cuéntamelo, cuéntame qué harías si estuviera contigo ahora.

    Esa llamada terminó como la mayoría de las veces que hablábamos por teléfono, con Lucas escuchando mis gemidos, mientras yo escuchaba su voz.
    Pero antes de colgar, Lucas me propuso algo.

    -¿Tienes planes para el fin de semana?- preguntó.
    -De momento solo el viernes, he quedado con Natalia.
    -Pues vente a mi casa el sábado y trae lo que necesites para quedarte a dormir.
    -¿Quieres que me quede a dormir contigo? No sé si es buena idea.
    -Vamos pelirroja, no te estoy pidiendo que te vengas a vivir a mi casa, es solo una noche y después de todo lo que tengo pensado hacerte, terminarás cansada.
    -¿Y qué es lo que has pensado?
    -Tendrás que venir si quieres averiguarlo, pero prometo que merecerá la pena. Eso si, por mucho que me gustó verte con ese vestido rojo el otro día, esta vez no te maquilles ni te arregles demasiado, no te va a durar mucho la ropa puesta.

    Lucas ya me conocía, sabía cómo provocarme y se aprovechaba de eso, pero tenía que reconocer que era una de las cosas que más me gustaban de él, era único creando expectativas, y ese fin de semana prometía ser intenso, no podía negarme a algo así.

    -Está bien. ¿Hay algo más que necesite saber?
    – Descansa todo lo que puedas pelirroja, porque voy a follarte hasta que no te queden fuerzas ni para levantarte de la cama.

    Nuestra conversación me dio mucho en lo que pensar, descarté la idea del trío, probablemente ni siquiera me hubiese sentido cómoda.
    En realidad, lo que más me atraía de aquello no era tener sexo con otra chica, si no el morbo de que él estuviese allí para poder verlo, la manera en que Lucas me miraba cuando teníamos sexo, me hacía sentir deseada de una forma en que nunca me había sentido.
    Pero él tenía razón, yo tampoco quería compartirlo con nadie, existían muchas opciones para seguir disfrutando juntos, y para eso no necesitábamos compañía.
    Hubo algo más que Lucas dijo y que llamó mi atención, así que decidí hacerle caso y al día siguiente me fui a la tienda de Claudia.

    -¡Me acuerdo de ti!- dijo Claudia al verme- ¿Hoy no te acompaña Lucas?
    -No, he preferido venir sola, aunque…no sé muy bien qué es lo que estoy buscando.

    Le conté a Claudia aquello que Lucas dijo sobre el sexo anal.

    -Supongo que tengo curiosidad por saber a qué se refería- dije.
    -Vaya con Lucas… creo que yo sí sé a qué se refería- dijo Claudia sonriendo.
    -¿Puedo preguntarte algo?- le dije a Claudia- Tú y Lucas, alguna vez…
    -¡No!- me interrumpió riendo- salí con su hermano un tiempo y somos amigos desde entonces, pero nada más, no tienes de qué preocuparte.
    -No me preocupa, no es esa la clase de relación que tengo con Lucas, era solo curiosidad.
    -Pues vamos a satisfacer esa curiosidad ¿sabes qué es un plug anal?

    No tenía mucha idea de qué me estaba hablando, y reconozco que al principio me asusté un poco, pero Claudia se encargó de tranquilizarme y hacerme saber todo lo que necesitaba para poder utilizarlo, me enseñó diferentes modelos y al final elegí uno de silicona de tamaño pequeño, para principiantes.

    -Tendrás que estar relajada, necesitareis tiempo y mucho lubricante, pero te garantizo que si lo haceis bien, disfrutarás de las sensaciones que provoca.

    Después de casi una hora salí de la tienda con un nuevo juguete que estaba deseando probar con Lucas.
    Nunca me hubiese imaginado hacer algo así, pero eso era lo que él provocaba en mí, curiosidad y ganas de experimentar, si había alguien en quien pudiese confiar para esto, ese era Lucas, él sabía cómo hacerme disfrutar y empezaba a ser adicta al placer que me proporcionaba.
    El viernes por la noche salí con Natalia, ella sabía que Lucas y yo nos veíamos con cierta frecuencia, aunque no le había contado demasiados detalles sobre nuestros encuentros.
    Regresé pronto a casa y descansé todo lo que pude, me desperté el sábado pasado el mediodía y recordando los consejos de Claudia, dediqué el resto del tiempo a prepararme bien para nuestra cita.
    Había quedado con él a media tarde y poco antes de salir me llamó para decirme que había salido a comprar unas cosas y estaba cerca, así que me recogió con el coche y fuimos directos a su casa.
    Me esperaban veinticuatro horas con Lucas, e iban a ser las más intensas de mi vida.

    -Qué obediente- dijo al verme, mirándome de arriba abajo.

    Llevaba puestos unos vaqueros cortos, una camiseta básica de tirantes y unas zapatillas de lona, no me había puesto nada de maquillaje y me recogí el pelo en una coleta alta.

    -Tus deseos son órdenes- bromeé- eso sí, a cambio espero que cumplas con tu promesa.
    -Créeme pelirroja, no te arranco esos pantalones ahora mismo porque provocaría un accidente, pero no me faltan ganas.

    Y no mentía, porque en cuanto dejamos el coche y entramos en el ascensor, Lucas me arrinconó en una esquina buscando mi boca con ansia, sus manos fueron directas a mi culo, presionándome contra su cuerpo y notando cómo su erección rozaba la parte más baja de mi vientre.

    -Joder, ni siquiera puedo esperar a llegar a casa- dijo.

    Una de sus manos ascendió levantándome la camiseta y colándose por debajo hasta llegar a mi pecho mientras con la otra intentaba desabrochar el botón de mis pantalones.

    -Me prometí a mí mismo ir despacio sabiendo que tengo toda la noche, pero contigo no puedo contenerme.

    Apoyé mis manos en su pecho y le empujé hasta que su espalda quedó apoyada en unos de los espejos del ascensor.

    -Pues vas a tener que hacerlo, porque no pienso salir de aquí desnuda.

    El ascensor llegó a su piso y Lucas salió prácticamente corriendo para abrir la puerta de casa mientras yo caminaba detrás de él entre risas y colocándome un poco la ropa.
    De nada me sirvió porque en cuanto entré por la puerta cogió mi mochila, la tiró encima del sofá y volvió a arrinconarme contra la pared.
    Sus manos eran rápidas deshaciéndose de mi ropa y en apenas unos segundos mi camiseta y mi sujetador estaban en el suelo, tiré de su camiseta subiéndola para dejar al descubierto esos pectorales que tanto me gustaba acariciar y Lucas desabrochó de nuevo mis pantalones, bajándolos al tiempo que yo me quitaba como podía las zapatillas.
    Sus manos regresaron a mi culo colándose por dentro de mis bragas y sus dedos se clavaban en mi piel apretándome contra su cuerpo, rodeé sus caderas con mis piernas y Lucas me sostuvo con sus brazos, su boca seguía pegada a la mía intercalando besos, sonrisas y mordiscos.
    Me sujeté a su cuello con una mano, mientras la otra se deslizaba al interior de sus pantalones, tenía la polla tan dura que solo con un pequeño roce, Lucas comenzó a jadear.

    -Bájame- dije mientras le apartaba un poco de mí.

    Desabroché sus vaqueros y tiré un poco de ellos sin terminar de bajarlos, apenas lo suficiente como para poder liberar su polla, la sujeté firmemente con las dos manos, la recorrí entera con la lengua y después me la metí en la boca, humedeciéndola y presionándola con mis labios. Notaba su piel caliente, Lucas inclinó la cabeza hacia atrás suspirando profundamente y sus caderas comenzaron a moverse de manera casi involuntaria.

    -Oh… joder… voy a tener que pedirte que pares- dijo jadeante.

    Continué haciéndole un masaje suave con la mano mientras le miraba.

    -¿No te gusta lo que estoy haciendo?
    -Ese es el problema pelirroja, que me gusta demasiado y no quiero correrme todavía, prefiero hacerlo dentro de ti.

    Me incorporé sin dejar de acariciar su polla despacio y acercándome a su cuello, mordisqueé el lóbulo de su oreja susurrando en su oído.

    -¿Y a qué estás esperando entonces?

    Lucas sonrió y con un rápido movimiento me cogió en brazos y me llevó hasta la habitación.
    Me tiró sobre la cama, se descalzó y se arrodilló en el borde del colchón deslizando mis bragas despacio hasta quitármelas.
    Sujetó mis tobillos obligándome a flexionar las rodillas y abrió mis piernas colocándose entre ellas mientras sus manos ascendían por mis muslos hasta mi pecho.
    Jugó con su lengua sobre mis pezones pellizcándolos y mordiéndolos, Lucas sabía ejercer la presión justa para provocar que todo mi cuerpo se estremeciese con el roce de sus manos y su boca.

    -¿No vas a quitarte los pantalones?- pregunté deslizando mis manos hasta su culo.
    -Shhh… no seas impaciente- dijo- la última vez que estuviste aquí hubo algo que sé que te gustó y lo dejamos a medias. Yo nunca dejo nada a medias y hoy quiero verte disfrutar.

    Su boca descendió lentamente hacia mi sexo hundiéndose en él con su lengua, que comenzó a moverse con agilidad.
    Su mano izquierda ejercía presión sobre mi clítoris, acariciándolo con el pulgar, mientras con la otra mano, el dedo corazón se introducía lentamente en mi vagina.
    Lucas arqueó un poco el dedo buscando mi punto G, presionándolo y rozándolo cuando entraba y salía con un ritmo cada vez más acelerado.
    Mis gemidos se volvieron intensos, me sujeté con fuerza a las sábanas arqueando la espalda, Lucas sintió mis músculos contrayéndose sobre su dedo y apresuró aún más sus movimientos.

    -Vamos pelirroja, córrete para mí.

    Fue algo instantáneo, en el momento en que escuché su voz todo mi cuerpo se estremeció convulsionando de manera vibrante y aguda.
    Lucas se retiró para coger un condón, colocárselo rápidamente y penetrarme hasta correrse dentro de mí, mientras yo aún temblaba con las últimas sacudidas de aquel orgasmo.
    Un rato después regresamos al salón y pasamos algo de tiempo hablando y escuchando música, nuestras conversaciones no eran excesivamente profundas, pero pude conocerle algo más esa tarde y descubrí que bajo esa imagen de rompecorazones, se escondía un Lucas muy diferente al que aparentaba ser.
    La atracción física que sentíamos uno hacia el otro era más que evidente y nuestros cuerpos se buscaban de manera instintiva, como si se necesitaran.
    Estaba sentada en el sofá con mis piernas estiradas sobre las suyas, Lucas acariciaba mi piel como si estuviera siguiendo un camino desde la rodilla hasta la parte interna del muslo mientras yo enredaba mis dedos en su pelo.
    Me aproximé un poco más a él besando y lamiendo su cuello, ascendiendo por su mentón hasta que nuestras bocas se encontraron en un beso lento al comienzo, pero lleno de intenciones.
    Jugué con mi lengua sobre sus labios, rozándolos, mordiéndolos y volviendo a besarlos, Lucas se reclinó sobre mi cuerpo, tumbándome en el sofá, sus manos seguían acariciando mi piel, alargando cada vez más ese camino desde mis muslos hasta mis caderas.
    Sus labios intercalaban los besos entre mi boca y mi cuello y el deseo empezaba a apoderarse de nosotros.

    -Tengo algo para ti-dije.

    Lucas me miró extrañado y curioso, me levanté y fui a por mi mochila, regresé con una pequeña caja negra y me senté sobre sus piernas mirándole de frente mientras se la entregaba.

    -En realidad no es para ti, es para mí, pero quiero estrenarlo contigo.

    Lucas abrió la caja y me miró sorprendido.

    -¿Esto es lo que creo que es?
    -La otra noche dijiste que había muchas formas de disfrutar el sexo anal sin necesidad de llegar a la penetración, no sabía muy bien a qué te referías y tenía curiosidad, así que fui a ver a Claudia.

    Lucas apenas pestañeaba, su mirada se volvió intensa y una sonrisa se dibujó en su cara mientras se mordía el labio inferior.

    -¿Estás segura pelirroja?
    -Si, solo te pido que tengas cuidado y que vayas despacio, voy a necesitar tiempo.
    -Tengo toda la noche para dedicarme a ti- respondió besándome en los labios.

    Lucas pareció entender muy bien qué era lo que necesitaba, todos sus movimientos se ralentizaron y dedicó mucho tiempo a prepararme con sumo cuidado.
    Continuamos besándonos y tocándonos recostados en el sofá y después de un buen rato me cogió de la mano y me guió hasta el cuarto de baño.
    Observé a Lucas en silencio dejándome llevar por él, abrió el grifo del agua y la dejó correr mientras se ajustaba la temperatura, me quitó la camiseta que llevaba puesta, se desnudó y nos metimos en la ducha.
    Aplicó un poco de gel en sus manos y comenzó a extenderlo por mi cuerpo, primero en la parte superior y después se arrodilló ascendiendo por mis piernas, separándolas un poco para llegar hasta mi sexo donde se entretuvo unos segundos acariciando suavemente mi clítoris.
    Se incorporó y me giró colocándose tras mi espalda, descendió hasta mi cintura y continuó bajando hasta colarse de nuevo en mi entrepierna, me estremecí al contacto de sus manos en mi piel mientras él continuaba masajeando toda la zona con delicadeza.
    Después de retirar toda la espuma, nos envolvimos con unas toallas para poder secarnos y fuimos hasta su habitación.
    Me pidió que me tumbase boca abajo sobre la cama y sus manos comenzaron de nuevo a acariciar mi piel desde los tobillos, ascendiendo por mi cuerpo hasta la cintura, recorrió mi columna vertebral con su lengua provocándome escalofríos y comenzó un masaje suave en mi espalda que duró varios minutos, haciéndome sentir un poco más relajada.
    Sus manos sujetaron mis caderas, alzándolas ligeramente hasta que apoyé las rodillas en el colchón y comenzó a estimular mi sexo lentamente, recorriendo todo el espacio con su lengua y sus manos, su ritmo era lento pero constante y comenzaba a excitarme, aunque de vez en cuando no podía evitar que un suspiro profundo saliese de mi boca, intentando liberarme de la sensación nerviosa que aún tenía.
    -Tranquila pelirroja- dijo colocando una mano sobre mi espalda- no tenemos prisa, lo haré muy despacio.
    Escuchar su voz susurrante y tranquila me excitaba aún más y al mismo tiempo me producía un efecto calmante que hizo desaparecer la tensión.
    Aplicó una cantidad generosa de lubricante y comenzó a masajear toda la zona, aquel gel con efecto calor estaba dando resultado y comenzaba a sentir cómo poco a poco mis músculos cedían dilatándose.
    Acarició la entrada de mi vagina introduciendo un dedo y deslizándolo al salir hasta mi clítoris, donde se detenía unos segundos para rozarlo con movimientos circulares, mientras con la otra mano estimulaba la parte más sensible de mi trasero.
    Abrí un poco más las piernas facilitándole el acceso, Lucas entendió que ya estaba preparada y su dedo pulgar realizó un poco de presión introduciéndose muy despacio.
    Gemí al notar como se deslizaba hacia mi interior y él se detuvo unos segundos.

    -¿Necesitas que pare?
    -No- respondí con seguridad- sigue. Hazlo despacio, pero continúa.

    Reanudó sus movimientos y cuando comprobó que su dedo entraba y salía con cierta facilidad sustituyó su pulgar por el plug y comenzó a deslizarlo por la parte exterior introduciéndolo con suavidad mientras lo giraba lentamente.
    Arqueé la espalda al sentir la presión y gemí profundamente, pequeñas gotas líquidas recorrían la parte interna de mis muslos, no sabía muy bien si era por los restos del lubricante o eran el resultado de mi propia excitación.

    -¿Te gusta pelirroja?
    -Uhmm- gemí asintiendo sin poder hablar.

    Lucas continuó jugando un poco más con el plug, deslizándolo y girándolo dentro de mí, provocando que mi respiración se acelerase hasta que lo introdujo por completo encajándolo perfectamente en mi interior.
    No sentía dolor a pesar de la presión que ejercía aquel juguete, la sensación que tenía era tan placentera que mi excitación aumentó hasta niveles que nunca había alcanzado.
    Dejé de sentir sus caricias e instintivamente una de mis manos se deslizó hasta mi clítoris, comencé a tocarme lentamente mientras escuchaba cómo Lucas rasgaba el envoltorio del condón y se lo colocaba regresando de nuevo a mi espalda.
    Sus manos sujetaron con firmeza mis caderas y su polla comenzó a deslizarse por el exterior de mi vagina hasta colocarse en la entrada, introduciendo primero la punta lentamente hasta que poco a poco y con suaves balanceos me penetró con profundidad.

    -¡Oh! ¡Joder!- exclamé al sentirla dentro de mí.
    -¿Estás bien?- preguntó deteniéndose.
    -Si… sigue Lucas… no pares ahora…

    Había perdido por completo el control de mi respiración, Lucas continuó acelerando el ritmo y yo notaba la presión que ejercía el plug en mi interior con cada una de sus embestidas, era una sensación muy intensa y extremadamente placentera, me sujeté fuerte a las sábanas cerrando los puños, apenas era capaz de mantener la postura cuando comencé a sentir como todos los músculos de mi cuerpo se contraían, Lucas emitió un sonido ronco que se desprendió de su garganta y sus dedos se clavaron en mi piel empujándome hacia él con fuerza hasta que a los dos nos invadió un orgasmo tan intenso y tan vibrante que me hizo jadear, gemir y casi gritar hasta dejarme absolutamente rendida, me desplomé en el colchón junto a Lucas, que se había dejado caer sobre mi espalda.
    Tardé varios minutos en poder pronunciar una sola palabra, Lucas pareció recuperarse con más facilidad que yo, extrajo con delicadeza el plug de mi interior, aún tenía los músculos tensos y exhalé un suspiro profundo al sentir que me liberaba de la presión.
    Apoyó una mano sobre mi espalda acariciándome y acercándose a mi nuca.

    -¿Te encuentras bien?
    -Si, solo necesito recuperar el aliento.

    Aun me sentía un poco mareada y notaba la falta de aire, me temblaba todo el cuerpo, nunca había experimentado algo tan intenso.
    Me giré levemente para poder mirar a Lucas.

    -Ven aquí- dijo rodeándome con su brazo.
    -Hemos puesto las sábanas perdidas y tendremos que ducharnos de nuevo.
    -Bueno, creo que estarás de acuerdo conmigo en que ha merecido la pena- dijo sonriendo.
    -Definitivamente has cumplido con tu palabra, no creo que pueda levantarme de la cama.

    Volvimos a ducharnos juntos, aunque esta vez no pasamos de las caricias y los besos, los dos estábamos demasiado cansados.

    -Has sido muy paciente conmigo y me has hecho sentir segura y tranquila. Nunca pensé probar con algo así, me alegro de que haya sido contigo.

    Lucas se colocó frente a mí, acercándose a mis labios.

    -Ha sido increíble pelirroja, no tienes ni idea de cuánto he disfrutado con esto, escucharte gemir y poder verte así, tenerte toda para mí… – exhaló un suspiro profundo- … vas a conseguir que me vuelva loco.

    Cuando salimos de la ducha pedimos algo de comida y mientras llegaba le ayudé a cambiar las sábanas de la cama.
    Cenamos en la cocina y nos fuimos al salón, nos tumbamos en el sofá y Lucas puso una película, creo que no tardé ni diez minutos en empezar a bostezar.

    -Creo que es mejor que nos vayamos a la cama, es tarde y está claro que estás cansada.

    Me levanté del sofá y me fui directa al baño para lavarme los dientes con los ojos prácticamente cerrados, y en cuanto me metí en la cama caí rendida por el sueño.
    Eran algo más de las siete de la mañana cuando me desperté sobresaltada, lo que parecía haber sido un simple sueño con Lucas, consiguió excitarme incluso estando dormida, estaba sudando y mi corazón latía con fuerza.
    Me levanté para ir al baño y refrescarme un poco la cara, al regresar a la cama tropecé con algo y desperté a Lucas con el ruido.

    -¿Pretendías marcharte a escondidas sin despedirte de mí?- dijo con la voz desgastada.
    -No- sonreí- perdona, me he despertado sobresaltada y he ido al baño.
    -¿Una pesadilla?
    -Estaba soñando contigo.
    -¿Ah si? ¿Y qué soñabas?- preguntó curioso incorporándose y apoyando su espalda en el cabecero de la cama.

    Entraba algo de luz por las rendijas de la persiana y el sol se reflejaba sobre su cuerpo, observé a Lucas, tenía el pelo alborotado y los ojos un poco hinchados y aun así me pareció que estaba perfecto, con su torso desnudo y esa mirada intensa que parecía atravesar mi cuerpo.
    Ya había descansado lo suficiente como para recuperar energías, aún seguía excitada por aquel sueño y decidí jugar un poco con él.
    Repté sobre la cama hasta acomodarme sentada sobre sus piernas, con las rodillas apoyadas en el colchón.

    -Estábamos aquí, más o menos como estamos ahora, solo que un poco más desnudos.

    Sonrió y sus manos sujetaron mi cintura acercándome más a él mientras yo me quitaba la camiseta que llevaba puesta, dejando mis pechos al descubierto.
    Paseé mis manos por sus abdominales ascendiendo por sus pectorales hasta llegar a sus hombros, rodeé su cuello con mis brazos y mis manos se enredaron en su pelo, atrayéndole a mi boca.
    Rocé sus labios con los míos mientras continuaba hablando, describiéndole paso a paso cada uno de mis movimientos.
    Mis caderas comenzaron a moverse rozando con mi entrepierna su erección, que en ese momento ya era evidente.
    Lucas me acariciaba la espalda desplazando sus manos hasta mis pechos, masajeándolos con firmeza y rozando mis pezones que empezaban a endurecerse.
    Mi lengua comenzó a recorrer su clavícula ascendiendo por su cuello hasta llegar a su oído.

    -Tu polla palpitaba rozando mis bragas, y yo ya estaba tan caliente que necesitaba sentirte dentro, te pedí que lo hicieras, pero entonces… me desperté.

    Dejé de tocarle y de hablarle y permanecí inmóvil, Lucas ladeó la cabeza mirándome desafiante, me sujetó por el pelo tirando un poco hacia atrás.

    -Suerte que ahora estás aquí y podemos continuar donde lo habíamos dejado antes de que tus ojos se abriesen.

    Metió su lengua en mi boca, besándome con necesidad, como cada vez que le invadía el deseo.

    -Pídemelo pelirroja- dijo sujetando aún mi pelo.
    -No pienso pedírtelo, puedo hacerlo yo misma- respondí.

    Una de mis manos descendió colándose bajo su ropa interior, alcé un poco las caderas para poder apartar mis bragas a un lado y liberé su polla colocándola en la entrada de mi vagina y dejándome caer sobre ella hasta sentirla totalmente dentro de mí, comencé a moverme rozándome contra él, subiendo y bajando con ritmo pausado.
    Lucas apoyó su frente en la mía, sus dedos se clavaron en mi piel a la altura de mis caderas y yo me sujeté a su cuerpo rodeando de nuevo su cuello con las manos.
    Sabía que no estábamos usando condón, pero no quise parar.

    -Quiero hacer esto por ti, porque sé que te gusta así, y a mí también. Solo ten cuidado ¿vale?- dije.

    Lucas me besó, pero esta vez lo sentí diferente, todo sucedía como a cámara lenta, sus besos eran pausados y profundos, sus manos recorrían mi piel con delicadeza y su mirada fija en la mía parecía brillar de una forma especial.
    Acaricié mi clítoris aumentando el placer que ya sentía y ayudé a Lucas a terminar cuando su cuerpo comenzó a temblar y salió de mí.
    Sin dejar de tocarme, sujeté su polla con la mano deslizándola arriba y abajo hasta que Lucas se corrió sobre mi vientre, pocos segundos después yo también lo hice, alcancé un orgasmo esta vez algo más corto, pero tan intenso como cada uno de los que había tenido estando con él.
    Los dos fuimos conscientes de que aquello había sido algo diferente a lo que estábamos acostumbrados y permanecimos un tiempo en silencio, sin separar nuestros cuerpos.
    Aunque ya había amanecido aún era pronto, nos recostamos en la cama y me acomodé entre sus brazos, Lucas besó mi frente y volvimos a quedarnos dormidos hasta el mediodía.
    Mientras desayunábamos Lucas insistió en que me quedase a comer con él.

    -Lo he pasado muy bien contigo Jimena- dijo sonriendo- este fin de semana ha sido mucho mejor de lo que esperaba ¿crees que podremos repetirlo alguna vez?
    -Lo pensaré- respondí con un guiño, devolviéndole la sonrisa.

    Me acerqué a su boca y lamí sus labios con mi lengua de manera provocadora antes de darle un beso.
    Nos despedimos aquella tarde sin saber que sería la última vez que nos veríamos en mucho tiempo.
    No sabía muy bien por qué, pero me invadió una sensación extraña al marcharme de su casa, quizá era porque Lucas empezaba a gustarme más de lo que creía y me estaba dejando llevar demasiado por las cosas que él me hacía sentir.
    Lucas no estaba hecho para una relación de pareja, al menos no conmigo, era algo que supe desde el principio y nunca lo busqué, él siempre fue sincero en ese sentido, pero en el fondo sabía que podía pasar, que podría terminar enamorándome de él, y tenía que evitarlo antes de que fuese tarde.
    Tal y como había sentido la segunda vez que nos vimos, el sexo con Lucas era adictivo, con él podía experimentar, probar cosas nuevas y excitantes y lo disfrutaba mucho, pero también tenía miedo a crear cierta dependencia y que nada de lo que viniese después pudiese parecerme suficientemente bueno.
    Si Lucas continuaba en mi vida, sería mi perdición.

    “Nadie, después de haber gustado el vino viejo, quiere vino nuevo, porque dice: El añejo es mejor».
    Lucas 5:39

    Después de ese fin de semana continuamos hablando por teléfono en alguna ocasión, pero con la llegada del otoño y la vuelta a la rutina, nuestras llamadas eran cada vez más espaciadas hasta que simplemente, dejamos de hacerlo.
    Aun así, guardaba un muy buen recuerdo de Lucas, aquel fue un verano increíble, podría decir que hasta ahora había sido el mejor de mi vida y eso se lo debía a él.
    Una noche, después de varias semanas volvimos a encontrarnos por casualidad, Lucas aún ni siquiera era consciente, pero esa noche pude comprobar que algo había cambiado en él.
    Aunque esa, ya es otra historia.

    Playlist Lucas

    ………………………………………………………………………………………………………………………………………….

    Ahora sí… ¡se acabó!
    Estaré ausente un tiempo, muchas ya sabeis que estoy preparando un nuevo relato largo en el que el protagonista masculino será Lucas y además estoy reescribiendo El Vecino para publicarlo de nuevo con todos los detalles de los especiales, puede que incluso añada algo de contenido extra ?
    No me arrepiento ni por un momento de haber publicado ese primer capítulo de El Vecino, aun creyendo que no lo leería nadie porque no encajaría en el estilo de esta comunidad.
    Hubiese sido un error no hacerlo y por más veces que lo repita, nunca os lo podré agradecer lo suficiente.
    Es gracias a vosotras, a todas las que habéis seguido mis historias y decidisteis acompañarme en esta aventura, por las que a día de hoy continúo escribiendo, aunque que a veces me resulte complicado.
    ¡Ha sido un verdadero placer!
    Podeis seguirme en redes sociales ¡desde allí seguiré informando!

    Moetsi relatos

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    Responder
    Moetsi
    Participante
    Moetsi on #230640

    ¡Ya se me olvidaba!
    Como siempre ¡espero vuestros comentarios!
    Lucas y Jimena se merecen una buena despedida ?

    Responder
    Alma
    Invitado
    Alma on #230674

    Excitada!! 100% real, consigues que nos involucremos en la historia como si fuésemos la prota!! Eres sublime!!
    Deseando volver a leerte prontito!!!

    Responder
    Mel
    Invitado
    Mel on #230688

    Te leo desde hace un montón, nunca había comentado pero hoy tenía que hacerlo. A mi me parece que tus relatos encajan perfectamente aqui, a la vista está que somos muchisimas las que te leemos siempre.
    Yo personalmente con El Vecino ya me enganché a tu forma de escribir, haces que resulte facil leerte y meterse en los personajes y eso no lo hace cualquiera.
    Me encantó esta historia y la química que tienen Jimena y Lucas!!
    Qué pena que haya sido tan corta, ya estoy deseando ese nuevo relato.
    Gracias Moetsi!

    Responder
    LaChilena
    Invitado
    LaChilena on #230715

    Que buena despedida…
    Me encanto!

    Responder
    Mariola
    Participante
    Mariola on #231036

    ??? madre mía!
    ¿Pero como has hecho este relato tan corto? Lucas y Jimena darían para un libro nena! jajaja
    Ay, me ha gustado muchísimo!

    Responder
    Moetsi
    Participante
    Moetsi on #231160

    Gracias chicas! En estos días sé que sois muchas las que habeis leído a Lucas y me habeis preguntado por más relatos.
    Estoy escribiendo uno nuevo, mientras, aquí en el foro podeis encontrar todos los que he publicado, os dejo los enlaces por si os animais a seguir leyendo:

    El Vecino:

    El Vecino (19 capítulos)
    El Vecino (especial final)
    El Vecino (especial curiosidades)

    Marcos y Lucía:

    1: https://weloversize.com/topic/marcos-y-lucia-capitulo-1/
    2: https://weloversize.com/topic/marcos-y-lucia-capitulo-2/
    3: https://weloversize.com/topic/marcos-y-lucia-capitulo-3/
    4: https://weloversize.com/topic/marcos-y-lucia-capitulo-4/
    5: https://weloversize.com/topic/marcos-y-lucia-capitulo-5/
    6: https://weloversize.com/topic/marcos-y-lucia-capitulo-6/
    7: https://weloversize.com/topic/marcos-y-lucia-capitulo-7/
    8: https://weloversize.com/topic/marcos-y-lucia-capitulo-8/
    9: https://weloversize.com/topic/marcos-y-lucia-capitulo-9/
    10: https://weloversize.com/topic/marcos-y-lucia-capitulo-10/
    11: https://weloversize.com/topic/marcos-y-lucia-capitulo-11/
    12: https://weloversize.com/topic/marcos-y-lucia-capitulo-12/
    13: https://weloversize.com/topic/marcos-y-lucia-capitulo-13/
    14: https://weloversize.com/topic/marcos-y-lucia-capitulo-14/
    15: https://weloversize.com/topic/marcos-y-lucia-capitulo-15/
    16: https://weloversize.com/topic/marcos-y-lucia-capitulo-16/
    17: https://weloversize.com/topic/marcos-y-lucia-capitulo-17/
    18: https://weloversize.com/topic/marcos-y-lucia-capitulo-18-final/

    Responder
    Lila
    Invitado
    Lila on #231484

    Buffffff qué intensidad, qué pasión y qué pena que se haya acabado todo. Me puede más el romanticismo que el sexo y me deja un poso agridulce, como en mi propia vida con las experiencias que he tenido.
    Gracias, Moetsi por escribir tan bien!!!! ????

    #SexOnFireWithLucas

    Responder
    Mel
    Invitado
    Mel on #232039

    Hola Moetsi,
    no sé si además de publicar tus relatos, lees los que publican otras personas aquí, pero últimamente veo mucha inspiración en tus textos, en algunos casos es más que evidente, diría que incluso exageradamente descarado y no hay más que leer los últimos post para darse cuenta.
    Sé que no soy la única que lo ha notado, tengo amigas que leen y comentan aquí y todas pensamos igual, deberías registrar tus relatos para evitar estas cosas.
    No tendría que meterme en esto pero me da mucha rabia, porque de verdad creo que tienes talento y que hay quien se está aprovechando de ello para tener su minuto de gloria a tu costa, utilizando tus relatos para escribir los suyos.
    La suerte que tienes es que tu estilo ya es más que reconocible y las que te leemos desde el principio sabemos reconocer la diferencia de calidad que hay entre tus relatos y el resto, porque por mucho que lo intenten, no van a llegar a trasmitir de la misma forma en que tú lo haces, eso o se tiene o no se tiene.
    Perdona el rollo pero me indigna tanto que si no lo digo, reviento.

    Responder
    Moetsi
    Participante
    Moetsi on #232426

    LILA Ya te había puesto falta! echaba de menos tu hastag :P Ese sabor agridulce espero que se te quite con el nuevo relato ;)
    MEL No solo publico relatos, además soy seguidora de Weloversize, y aunque últimamente no tengo tanto tiempo como me gustaría para poder hacerlo, creo que como todas las que escribimos aquí, siempre que puedo entro al foro, reviso los comentarios de mis publicaciones y lo leo todo ;)
    Gracias por las palabras que me dedicas, en estos días con el final de Marcos y Lucía y después con Lucas, sois muchas las que me lo habeis dicho y para mí es la mayor recompensa, dedico mucho tiempo y esfuerzo a crear mis historias y me hace especial ilusión saber que ya reconoceis en mí un estilo propio y una forma de escribir personal, eso es lo que me importa, y con eso es con lo que me voy a quedar ;)

    Responder
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